Crítica del episodio 1x01 de Cuentos asombrosos titulado "The Cellar" ("El sótano")

¡Cuentos asombrosos ha vuelto! Al calor de series antológicas como The Twilight Zone, Room 104 o Electric Dreams, se ha recuperado una de las series de culto de los años ochenta: Amazing Stories, que a España llegó en primer lugar a los cines con un recopilatorio de tres episodios y contando con el creador y productor Steven Spielberg también como director de uno de ellos.

La nueva serie consta de cinco episodios que se estrenarán a razón de uno por semana cada viernes con los siguientes títulos: "The Cellar", "The Heat", "Dynoman and Volt", "Signs of Life" y "The Rift".

El primero de ellos, ya disponible en Apple TV+, es el de "The Cellar" ("El sótano") y está protagonizado por Dylan O'Brien (El corredor del laberinto) y Victoria Pedretti (La maldición de Hill House).

En la ficción, él es Sam Taylor, un hombre que se dedica a reformar casas junto a su hermano. Cuando les asignan una vieja granja en Iowa, Sam descubre un barómetro en el sótano que, en determinadas circunstancias meteorológicas, le permite viajar en el tiempo.

Para su sorpresa, aparece en 1919 y, antes de que pueda explicar qué fenómeno le ha llevado hasta allí, conoce a una mujer llamada Evelyn Porter, cuyo matrimonio concertado está a punto de tener lugar. Mientras busca respuestas, Sam se enamora perdidamente de Evelyn y de su voz y decide ayudarla a emanciparse para poder dedicar su vida a su pasión: la música.

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El sello de la casa de Cuentos asombrosos es enfrentarnos a historias en las que se dan la mano la aventura, lo sobrenatural y, por supuesto, lo escalofriante, pero la audiencia de 2020 está muy lejos de la ingenuidad de la de mediados de los años 80.

Es muy difícil, a día de hoy, crear un relato sobre viajes en el tiempo que sea sobresaliente y que resulte "asombroso", máxime teniendo en cuenta que son 50 los minutos que componen cada episodio y que no permiten por tanto profundizar en exceso en los personajes. Es harina de otro costal una serie tan original y compleja como la española El ministerio del tiempo que sí que ha conseguido tal atención mediática que constará de una muy merecida cuarta temporada.

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"The Cellar" tiene momentos muy emocionantes y un despliegue de producción proporcionado a sus intenciones de crear un relato para toda la familia, pero quizás se queda corta en lo que al elemento sobrenatural se refiere y las vueltas de tuerca que se le puede dar al concepto. No obstante, está bien dirigida y los intérpretes tienen una química innegable, lo que hace que llegue a buen puerto y resulte correcta y muy asequible para todos los públicos. 

Chris Long (El mentalista, The Americans) firma un trabajo satisfactorio que cuenta con el guión escrito por Jessica Sharzer (American Horror Story, Nerve) y con Eddy Kitsis y Adam Horowitz, creadores de Érase una vez, como showrunners.

Puede que le falte algo de ambición como para ser tan memorable como la serie original, que solo el paso del tiempo puso en su lugar, pero para poder juzgarla en toda su dimensión tendremos que ver los cuatro episodios restantes de esta primera (y esperemos que no última) temporada de Cuentos asombrosos. Merece la pena invertir en ella el tiempo porque no solo deja buen sabor de boca sino que es una de esas series que tienen un trasfondo positivo y dejan un poso agradable.

En el maremágnum seriéfilo de este siglo puede que hagan falta más producciones así: sencillas, blancas, con valores en el subtexto y aptas para el gran público. Es un buen vehículo para enganchar a niños y jóvenes al género, algo que resulta de agradecer.