Crítica de El Estado contra Pablo Ibar, la miniserie documental true crime de HBO
Hay muchos aspectos excepcionales en el caso de Pablo Ibar, que lleva 25 años judicializado y que aún a día de hoy nunca ha terminado de esclarecer la inocencia o culpabilidad del reo.
Mañana, tras su premier mundial en el Festival de San Sebastián, llega a HBO España la miniserie documental de corte true crime El Estado contra Pablo Ibar. Se compone de seis capítulos de 55 minutos que siguen paso a paso el curso de los acontecimientos desde el comienzo: “El crimen”, “La apelación”, “El juicio”, “Los testigos”, “El veredicto” y “La sentencia”.
La miniserie ha sido dirigida por Olmo Figueredo González-Quevedo y producida por La Claqueta PC, La Cruda Realidad e Irusoin. Más de 2.000 horas de rodaje, cientos de horas de archivos de vídeo (incluyendo los grabados por la propia víctima), audio, fotografías y miles de páginas de sumario judicial hacen de esta serie documental una obra tremendamente bien documentada y provista de evidencias que han sido y siguen siendo objeto de controversia: desde declaraciones contradictorias hasta pruebas presentadas en el último momento pasando por decisiones cuestionables de los abogados y el propio juez instructor del caso.
Pablo Ibar y Seth Peñalver fueron condenados a muerte por un triple homicidio en Miramar, Florida. Las víctimas Casimir Sucharski, Sharon Anderson y Marie Rogers fueron asesinadas a sangre fría, algo que fue registrado por una cámara de seguridad doméstica. Fue la primera vez en la historia de Estados Unidos que hubo unas grabaciones que pudieron utilizarse como prueba, de modo que se convirtió en un caso muy comentado en Florida y seguido por la prensa.
Tras pasar años en el corredor de la muerte, el caso de Pablo Ibar fue reabierto en 2016, después de que la Corte Suprema de Florida dictaminase que había falta de evidencias en su contra y ordenase que se repitiera el juicio.
De vuelta a la casilla de salida, la Fiscalía volvió a pedir la pena de muerte mientras la familia Ibar buscaba los fondos con los que costear un juicio cuyo monto final supondría más de un millón de dólares. Así, se pondrían en marcha desde las autoridades europeas hasta las instituciones españolas e incluso la ciudadanía que contribuyó a apoyar a la defensa mediante crowdfunding.
El Estado contra Pablo Ibar ha tenido acceso privilegiado al equipo jurídico de Pablo Ibar y ha seguido la evolución del juicio desde el punto de vista de todos los implicados: amigos, familiares, abogados, fiscales, testigos, jueces, policías y, por supuesto, el acusado.
Durante más de seis años de filmación, se han realizado entrevistas a más de 50 personas y las cámaras del equipo documental han sido las únicas permitidas dentro de la sala del tribunal durante todo el proceso. Así que uno de los retos a los que se enfrentaban los guionistas era darle forma a tamaña cantidad de material para hacer inteligible las dudas y los puntos de fricción entre la defensa y la acusación.
Uno de los aspectos que juegan a favor de El Estado contra Pablo Ibar, es el hecho de que no se posiciona en ningún momento y trata de equilibrar la balanza para que se comprenda la postura de las dos partes. Ni siquiera puede decirse que sea un documental provida, que defienda la abolición de la pena de muerte, que podría haber sido un camino fácil a seguir. Antes al contrario muestra las enormes diferencias entre la idiosincrasia y el sistema judicial y penal de Estados Unidos y España como país europeo y la percepción de la justicia que ambas naciones tienen y tan alejadas se encuentran la una de la otra.
A esto hay que unir el hecho de que el documental se desarrolla con un "narrador invisible". Son los rótulos que nos ubican en los distintos momentos en los que tienen lugar los hechos y los apuntes, negro sobre blanco, para aclararlos, los que guían una narración ágil y marcada de hitos que sirven de "anzuelo" al espectador, que es tratado, a fin de cuentas como un miembro más del jurado y al que no se le da masticada ninguna conclusión.
Así, El Estado contra Pablo Ibar recoge con enorme respeto tanto el dolor de los allegados de Ibar (entre los que se incluye a sus propios hijos, gestados mientras estaba ya en prisión), privados de su compañía e incapaces de retomar por completo sus vidas, y también el tremendo enfado y pesar de los familiares de las tres víctimas asesinadas que tienen una visión diametralmente opuesta.
Si eres un espectador en busca de respuestas, no te lo van a poner fácil. Como ya señaló la famosa "duda razonable" de 12 hombres sin piedad en el 57, la verdad es incognoscible salvo para la víctima y el verdugo en un caso de asesinato, pero teniendo en cuenta la complejidad del proceso de Ibar y todos los vericuetos que se desentrañan, el viaje es apasionante y muy emocionante. Por desgracia, sigue sin encontrar un final satisfactorio para todos, si es que puede haberlo.
VALORACIÓN:
El Estado contra Pablo Ibar es un excelente documental que da la voz a las dos partes enfrentadas: la familia de Pablo Ibar, en una eterna pugna con la justicia por demostrar su inocencia y el Estado y las familias de las víctimas como acusación, obcecados en demostrar su culpabilidad. Una contienda judicial sin precedentes que no ha terminado.LO MEJOR:
La rigurosa explicación de cada detalle y de todo el proceso judicial, desmenuzando las estrategias de defensa y fiscalía y las anomalías del caso.LO PEOR:
El espectador, una vez concluido el visionado, será incapaz de formarse una opinión respecto a la culpabilidad de Pablo Ibar.82
Muy bueno
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