El mundo tiene que seguir adelante, también en los acontecimientos de Falcon y el Soldado de Invierno, la segunda serie del Universo Cinematográfico Marvel que por fin llega a su ecuador. Como hemos visto hasta ahora, la serie gira sobre cómo el mundo está resquebrajado tras la desaparición del Capitán América y los acontecimientos de la batalla en Vengadores Endgame.
Tal y como ya se había anunciado en los tráilers, casi tan importante como los propios Bucky y Sam es el Barón Zemo (Daniel Brühl) en este juego del gato y el ratón para averiguar en manos de quién está el suero del supersoldado y qué quieren hacer con ello.
Prueba Amazon Prime Video gratis durante un mes
El servicio de series y películas en streaming de Amazon te da la oportunidad de probarlo totalmente gratis durante 30 días.
Así, el capítulo 3 de Falcon y el Soldado de Invierno es, quizá, el menos superheroico de todos, para dejar paso a un thriller de espionaje y acción que poco tendría que envidiar a una película de Jason Bourne. En ese escenario, los tejemanejes del Barón Zemo (que, recordemos, la lió muy parda con sus acciones terroristas en Capitán América: Civil War) son cruciales y ayudan a mantener la tensión en torno a una alianza forzosa que, claramente, va a terminar estallando por algún lado.
Nuevas series de Marvel en Disney+ tras Wandavision
Sus maquinaciones y la revelación del poder que seguía manteniendo en la sombra son muy importantes en este episodio. El personaje y todo lo que dice es muy importante, aunque quizá Daniel Brühl está un pelín sobreactuado en su interpretación de "villano maquiavélico". De hecho, hasta está leyendo el libro de Maquiavelo en la serie...
En ese sentido, a veces la serie se esfuerza demasiado en hacernos ver que algunos malos quizá no son tan malos (como en el caso de la terrorista Karli, a la que interpreta Erin Kellyman) mientras que Zemo es más pernicioso que un dolor.
Pero no es la única "facción" que aparece. La visita a Madripoor (un emplazamiento icónico de los cómics Marvel) supone un momentazo para deleitarse con sus escenarios y calles eclécticas que recuerdan a una Night City de Cyberpunk 2077. De nuevo, es en tramos como estos donde se demuestra que en Disney no se ha reparado en gastos para estas series del UCM.
Sharon Carter (Emily VanCamp) vuelve a la carga desde El Capitán América: El Soldado de Invierno y su fugaz aparición en Endgame y, como era de esperar, va a ser una aliada de armas tomar, con secuencias de acción muy atractivas. En este sentido, llegamos a un punto en el que es muy recomendable haber revisitado esas películas previas del UCM, porque se hace menciones a acontecimientos y facciones previas que pueden confundir un poco si no tenemos claro todo lo que sucedió.
Y, tal y como nos sugiere el cliffhanger del final del episodio, parece que la trama solo acaba de empezar a enredarse. Puede que, llegados a este punto, haya quien se sienta algo decepcionado porque no haya más acrobacias imposibles o superpoderes en una serie de Marvel pero, al igual que pasaba con Bruja Escarlata y Visión, esta Falcon y el Soldado de Invierno tiene su propio tono: funciona muy bien como thriller geopolítico con las dosis adecuadas de acción.
Sobre todo, es interesante para que sigamos reflexionando sobre lo que significaban de verdad los Vengadores como símbolo, aparte de como salvadores reales del mundo. Tal y como dice Zemo, ¿estábamos demasiado obsesionados con poner al Capitán América en un pedestal como para darnos cuenta de que era imperfecto, como todo el mundo? Esa es la parte más interesante de la serie.
El próximo viernes entraremos en la segunda mitad de la serie y veremos cómo todos los frentes colisionan, probablemente. Por ahora, la serie no tiene esa capacidad para impactar que vimos en la anterior, pero sí mantiene un notable equilibrio entre acción, espionaje y reflexión... Con pequeñas gotitas de humor. Todo, para ayudarnos a ver cuál es el lado oscuro de las barras y estrellas.