Crítica de Fast & Furious X: el preludio del final es tan grandilocuente y loco como cabría esperar

El comienzo del fin ha llegado. Ya sabemos que Fast & Furious tiene gasolina para seguir quemando en la medida en la que el público siga apostando por ella y si hay una Fast & Furious X que funcione en taquilla podéis dar por cierto que la petición de Universal de que la trama se alargue no ya uno sino dos episodios más está más que asegurado.

El director francés Louis Leterrier (Lupin) no ha querido levantar el pie del acelerador y ha optado por una cinta trepidante que arranca muy pronto con la acción y no da demasiados respiros.

Solo los necesarios para reintroducir de modo (a cuál más loco) a personajes que resuenan fuerte en la franquicia y, se entiende, tendrán un papel más importante en un futuro inmediato. El componente culebronesco es cada vez mayor, así que podéis esperar grandes revelaciones de esas de "ríete de la saga Skywalker".

Pero aquí el verdadero show lo ofrece Jason Momoa dando vida a Dante, un personaje que tiene cuentas pendientes con el protagonista y algún que otro cable suelto. De esta manera, el actor se lo lleva a su terreno con cierto aire de Joker psicópata, que lo mismo planta una bomba de lo más inconveniente que se burla de Dom haciéndole una pedorreta.

Su mayor virtud más allá de su excentricidad, es el de suponer un giro radical al aportar un personaje completamente impredecible por su inestabilidad, colorido y a la vez simpático por contraste con el heroico Dom siempre circunspecto y moralizante con sus discursos (que si la familia, que si la fe...). 

Pero, ¿es una buena peli de acción? Los fans de la saga se van a encontrar exactamente lo que buscan: hay cochazos impresionantes, muchos momentos videocliperos, algún que otro reportaje turístico muy ad hoc de cara a las vacaciones (allá quien pueda pagarse un vuelo a Río de Janeiro, a Roma, a Nápoles, a Londres o a nuestra vecina Portugal) y movimiento a espuertas.

Sí que hay un discurso que subyace un poco a la trama y le da un toque nostálgico a Fast X: eso de que ya nadie escucha y que en los tiempos que corren "no hace falta nadie al volante": nos puede sustituir un dron no tripulado, un algoritmo o un robot... o no... Aquí está Dom para demostrar lo contrario, claro,

Aunque no deja de ser curioso que este mensaje se encuentre precisamente en una película que tira, y mucho, de tecnología. Hay que reconocerle también un gran trabajo al equipo de especialistas y a los propios intérpretes que se curran al máximo sus secuencias de enfrentamientos pero la parte de las carreras de coches y de megalómanas amenazas es mucho menos artesanal por razones obvias.

En verdad la película no ofrece nada que no hayamos visto antes en otros episodios: peleas cuerpo a cuerpo, explosiones, saltos en aire, coches haciendo mil y una piruetas... esta vez no hay viajes al espacio ni una voluntad de llevarlo todo al extremo, aunque la verosimilitud esté más que perdida desde el arranque.

Aquí lo de la suspensión de la incredulidad es imprescindible y ni por esas, porque hay más de dos momentos WTF? resueltos de una forma tan tonta que es casi preocupante que nos la intenten colar así.

Otro problema que tiene la película de forma recurrente es el raccord en las escenas más calmadas. Cumple con la parte más difícil y luego en los planos cortos el montaje hace aguas con las posiciones de los personajes, los peinados y hasta la luz.

Ojo a las semillitas que se van plantando a lo largo del metraje y al final, porque hay escena postcréditos y es importante para la próxima entrega ya sea la última o el eslabón entre Fast X y Fast XII.

La familia de Dom sufre mucho en esta peli pero la de Vin Diesel es cada vez más grande reuniendo en el elenco a un montón de estrellas entre las que no faltan cuatro ganadoras del Óscar como son Rita Moreno, Helen Mirren, Charlize Theron y Brie Larson. Las dos primeras apenas hacen un cameo pero Theron y Larson tienen un mayor protagonismo, dentro de ser una película muy coral.

En suma, locura disfrutona y tontorrona que queda abierta y un villano estrambótico que estamos deseando volver a ver. ¡Queremos más Dante!