Crítica de Imperdonable, con una irreconocible Sandra Bullock dando vida a una expresidiaria estigmatizada

Al igual que sucediera recientemente con el exitazo Alerta roja o con El poder del perro, la película Imperdonable llega un par de semanas antes a cines que a la plataforma Netflix siguiendo por tanto la misma estrategia de estreno... algo que se repetirá próximamente con No mires arriba también.

Estamos ante un drama de cocción lenta que raya las dos horas de duración y nos lleva a conocer la historia de una mujer marcada por la desgracia a la que todo el mundo estigmatiza por haber estado encarcelada acusada de asesinar a sangre fría a un policía.

Imperdonable nos presenta a Ruth Slater, una mujer que acaba de conseguir la libertad condicional tras haber pasado veinte años en la cárcel. A lo largo de su condena se ha estado preparando para poder trabajar y ganarse la vida, pero sobre todo ha estado obsesionada con la idea de encontrar a su hermana pequeña, de la que se hacía cargo antes de ser ingresada en prisión.

De ella se hicieron cargo los servicios sociales, que le dieron un hogar de acogida y finalmente fue adoptada de forma permanente por una familia que ha cuidado bien de ella. Sin embargo, el juez decretó que Ruth no podría volver a ponerse en contacto con ella y Ruth no sabe ni siquiera si sigue viva.

Su agente de la condicional, a quien Ruth debe rendir cuentas, le facilita una habitación compartida en la que pernoctar y el contacto de una fábrica en la que necesitan personal para que pueda arrancar su nueva vida, pero nada resulta fácil en un entorno hostil en el que además se oculta una gran amenaza: los hijos del policía que encontraron muerto en su casa quieren venganza.

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Imperdonable (7 imágenes)

Uno de los grandes atractivos de Imperdonable es ver la transformación física de Sandra Bullock. La que en otros tiempos fuera una de las divas de las comedias románticas de manual, busca con este papel dar un giro a su carrera apostando por un papel muy distinto a otros desempeñados antes y con el que vuelve al ruedo tras una temporada de retiro voluntario.

Puede que su interpretación sea demasiado hierática a veces, pero no cabe duda de que la actriz consigue meternos en sus zapatos para que sintamos el rechazo de la sociedad hacia una persona a la que consideran apestada.

Hay que señalar que es el segundo largo de la directora y guionista alemana Nora Fingscheidt tras la exitosa System Crasher con el que hizo su debut y el primero que rueda en inglés y llama la atención la sensibilidad con la que consigue trasladar ciertos pasajes de la película.

El libreto no es suyo en esta ocasión sino fruto del esfuerzo compartido de Peter Craig, Hillary Seitz y Courtenay Miles.

Los prejuicios y las venganzas personales se apropian de una película en la que no debería haber "villanos" pero que se empeña en calzarlos para añadir pimienta al guión.

Sin embargo, menos habría sido más: la propia sociedad y la cultura de rechazo visceral a quienes matan a los héroes locales, los policías, habrían sido suficientes reclamos para componer una historia más intimista que no necesita buscar espectacularidad y que de haber "extirpado" esa parte, de hecho, tendría una duración más contenida.

Es más, es casi una rara avis en la cinematografía estadounidense que se le dedique tiempo a explorar las dificultades, estrecheces y problemas de adaptación por los que tiene que pasar una persona que ha pasado por la cárcel. El sistema penitenciario y la propia idiosincrasia de la población es muy distinta a la nuestra y no le pone nada fácil la reinserción a quienes tratan de rehacer su vida.

Por lo demás, Imperdonable tiene un puntito de predecible que hace que la gran revelación final se pueda anticipar con relativa facilidad. Donde da en la diana es a la hora de conseguir emocionar con su final porque hay mucha humanidad en la composición de los personajes y a la hora de mostrar lo que les une.

En resumidas cuentas: merece la pena el visionado pero con ciertas reservas. Lo que está claro es que a Nora Fingscheidt hay que seguirle la pista porque tiene un enorme potencial por exprimir. A su llegada a Netflix veremos si Sandra Bullock sigue teniendo el mismo poder de congregar a las masas que tuvo con A ciegas.