Crítica de Loki capítulo 4 - Duda de tu realidad

¡Qué rápido crecen estos niños! Parece que fue ayer cuando arrancamos la serie Loki, pero ya hemos pasado su ecuador y el argumento está a tope de revoluciones con el episodio 4 de la serie protagonizada por Tom Hiddleston.

Como recordaréis, en el capítulo 3 de Loki las cosas no pintaban bien para el Dios del Engaño y para esa otra persona que lo acompañaba. Persona que, ahora que ya lleva unos cuantos capítulos con nosotros, vamos a comenzar a mencionar a partir de esta reseña. ¡Avisados estáis, por si acaso!

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La cuestión es que, después de un intervalo más aventurero, este episodio 4 de Loki vuelve a la esencia de su argumento: ¿qué demonios es en realidad la Agencia de Variación Temporal, qué secretos esconde y por qué temen tanto a los Lokis?

Algunas de esas respuestas comienzan a vislumbrarse, a la par que llegan otras preguntas. Y es que este capítulo está lleno de grandes revelaciones (que, por supuesto, no mencionaremos aquí), las cuales rompen los esquemas sobre lo que creíamos tener concebido.

Lo más interesante es que, mientras el capítulo anterior era prácticamente una historia de dos personajes, en este aparecen todos los actores clave de la serie, pues es la hora de que todos vayan tomando una posición en este conflicto. En ese sentido, es interesante ver a Mobius o a Ravonna jugando al despiste, soltando la información justa, justo como solo haría Loki en otras circunstancias. También hay alguna grata sorpresilla para los fans veteranos del UCM...

Y, por supuesto, la presencia de Sylvie (esa Loki interpretada por Sophia di Martino) añade un extra de incertidumbre al conjunto. Parece una víctima más en todo esto, pero... ¿Hay algún plan maestro detrás que nos esté engañando a todos? ¿Quizá no de ella pero sí de otra persona?

Ese juego de humo y espejos se mezcla con una profundización cada vez mayor en el lore de Marvel, en lo que sabemos sobre la Agencia de Variación Temporal y los Guardianes del Tiempo, pero también sobre el propio concepto de Loki (no os vayáis al acabar el episodio, que hay una escena postcréditos muy importante).

En ese sentido, este es, posiblemente, el capítulo más intenso de la serie hasta ahora, si bien es cierto que hay poquísima acción en sus algo más de 40 minutos de duración. Eso se ha echado un poco en falta, además de una mayor mesura a la hora de hacer progresar a ciertos personajes.

No hablaremos mucho de ellos por si acaso, pero ese "síntoma" se da en el propio Loki, que parece excesivamente sincero y noble, algo que viene pasando desde el primer episodio. Da la sensación de que su progresión como personaje está forzada porque solo tenemos 6 episodios para la serie y hay que "darse vida" para contarlo. Pero claro, también podría ser otro engaño...

En cualquier caso, a estas alturas, la serie Loki ha conseguido alcanzar una buena velocidad de crucero y proporcionarnos unas sensaciones parecidas a las de Bruja Escarlata y Visión: que sintamos que cada cliffhanger de episodio nos obliga a recomponer nuestros esquemas sobre lo que creíamos saber de la historia. Y claro, necesitamos para ayer el episodio 5... Si la línea temporal no se viene abajo antes.