El planeta imaginario en el que transcurre Mundo Extraño está en crisis, y la gente que habita en el interior de Avalonia necesita encontrar nuevos recursos para su salvación más allá de las fronteras. Nadie había explorado jamás al otro lado de las impenetrables montañas, tan altas que ni siquiera las mejores naves podías sobrevolarlas.

Como toda buena historia de aventuras, ésta comienza con un mapa, y rápidamente pasa a mostrarnos la premisa de su argumento en blanco y negro, como una antigua película de ciencia ficción, para finalmente enseñarnos las páginas de una revista pulp, de donde nace la mayor fuente de inspiración para el nuevo largometraje de Don Hall y Qui Nguyen.

El protagonista de este breve relato en cel-shading es, lógicamente, la parodia del típico hombre blanco y fuerte, un explorador nato sin miedo, que vive por y para la aventura y la conquista de territorios desconocidos, y cuyo único lenguaje es el de la violencia. Hasta la pegadiza cancioncilla que acompaña a su presentación nos hace remontarnos a una época pasada… 

Pero algo cambia esta vez, porque aunque Strange World beba de viejas historias de exploración, aquí la aventura va a ser diferente. Searcher Clade, el hijo del heroico Jaeger Clade, no piensa igual que su padre. Acaba de encontrar una planta muy cerca de la frontera que podría abastecer de energía a su mundo, haciendo que sus caminos se separen.

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Searcher Clade logra hacer que prospere de nuevo la vida en Avalonia gracias al cultivo de aquellas plantas, mientras que Jaeger Clade ha desaparecido más allá de las montañas. Pero la exploración llama de nuevo a la puerta de Searcher cuando los cultivos empiezan a deteriorarse sin razón aparente.

El mundo se muere y hay que encontrar la raíz del problema precisamente siguiendo las raíces que se sumergen en el centro de la tierra. 

En esta ocasión Jaeger debe viajar al interior del planeta, y lo hará accidentalmente acompañado por su esposa Meridian, su hijo Ethan e incluso su perro, topándose por el camino con el viejo Jaeger, que ha permanecido atrapado bajo tierra durante décadas sin llegar a conocer lo que había al otro lado.

Desde hace algunos años, Disney está apostando cada vez con mayor fuerza por la diversidad, y esta película no es una excepción. Si bien Jaeger y su hijo siguen siendo estereotípicos, no es así con el resto de personajes que aparecen en la película, de diferentes razas y complexiones. 

Por encima de todos ellos destaca Ethan, el hijo adolescente de Searcher, por ser abiertamente gay y además uno de los protagonistas de la película. Con gestos como este, cada vez iremos viendo más inclusión en los próximos proyectos de la compañía. 

La cinta de Don Hall y Qui Nguyen le confiere mucha importancia al choque generacional entre Jaeger, Searcher e Ethan. Cada uno de ellos tiene una visión muy diferente de sí mismo y de cómo quieren que sea el mundo, pero sus intereses se enfrentan en más de una ocasión. 

Searcher teme que su hijo acabe convertido en su padre, pero Ethan necesita espacio para expresarse y encontrar su propio destino que está a medio camino entre los sueños de Jaeger y de Searcher. 

Curiosamente, la orientación del adolescente no se cuestiona en ningún momento, ni siquiera cuando Ethan habla del chico que le gusta con ese abuelo tan rancio que tiene, un punto bastante fantasioso pero también positivo para que no violente a nadie al ir a ver la película, que en todo momento tiene un conveniente tono amable.

Otros personajes imprescindibles en la compañía son los secundarios cómicos, que en Mundo Extrañoestán encarnados por un perro de tres patas y un bicho azul con tentáculos, que no tiene la capacidad de hablar pero sí la capacidad de gesticular caricaturescamente. 

Herencia de todas las mascotas de Disney, los gags de este ser funcionan, pero en principio no parece un secundario memorable, aunque seguramente el tiempo y los fanarts cambien las tornas. 

Mundo Extraño es una película de ciencia ficción y aventuras para toda la familia

Aun por encima de sus personajes está ese “mundo extraño” de tonalidades rosadas en el que aterrizan. Fuertemente influenciado por la fauna marina, las imágenes de ese territorio desconocido fascinan al verlas por primera vez. 

Todo en el interior terrestre es muy orgánico, todos sus seres tienen formas dulces y redondeadas, incluso las más amenazadoras, y muchas son de tamaños colosales. Lo único que se le puede echar en cara a este derroche de imaginación es la falta de variedad de sus biomas.

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A lo largo de los 102 minutos que dura el largometraje, sus protagonistas atraviesan distintos territorios del interior terrestre, que sí son diferentes entre sí, pero en los que siempre vemos a las mismas criaturas habitándolos, dejándote con las ganas de que te sigan sorprendiendo a cada nuevo fotograma.

Strange World presenta todos los ingredientes para conformar una película de aventuras animada perfecta para toda la familia, con sus guiños a las antiguas obras de ciencia ficción y a la cultura popular más contemporánea, mientras reflexiona sobre cómo podemos vivir armoniosamente con nuestro ecosistema sin destrozarlo.

El viaje al interior de la tierra es frenético, con persecuciones, con escenas de acción y con suspense, y a cada nuevo avance de la trama va ganando en escala hasta que sus personajes dan con la respuesta que necesitan en un último girito final. Ni siquiera las escenas más introspectivas se interponen en la agilidad de su ritmo narrativo.

Esta vez sí, Disney lleva su película a las salas, oportunamente pocas semanas antes del puente de diciembre. Mundo Extraño se estrena en cines el próximo viernes 25 de noviembre.