Crítica de Paralelos desconocidos, ciencia-ficción juvenil con viajes en el tiempo y una amistad que trasciende el presente

Disney+ sigue apostando por novedades interesantes dentro de su catálogo y, aunque vía STAR haya ido estrenando contenidos dirigidos a un público adulto como Pam & Tommy tampoco descuida al grueso de su audiencia: el target juvenil al que se dirige con Paralelos desconocidos (Parallels).

Se trata de una de sus primeras producciones francesas y constata su interés por producir en Europa para llegar a todo el mundo. De hecho, la serie tiene una vocación universal con los mensajes que traslada y funciona a la perfección suponiendo una bocanada de aire fresco de lo más interesante.

Paralelos desconocidos consta de seis episodios de entre 30 y 40 minutos a lo largo de los cuales, nos presentan el día a día de cuatro adolescentes, Bilal, Romane y los hermanos Sam y Victor, que forman una pandilla unida por una sólida amistad.

Sus vidas se ven gravemente alteradas cuando un misterioso suceso causado por la puesta en marcha del LHC, el colisionador de partículas más grande del mundo, los separa y los envía a dimensiones paralelas.

Ellos intentan entender qué ha pasado y hacen lo posible para volver atrás en el tiempo para recuperar su vida anterior para lo cual tendrán que aliarse con la madre de Bilal, una de las artífices del gran experimento que desencadena los cambios en su línea temporal.

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Varios aspectos muy positivos respecto a Paralelos desconocidos: es cierto que tiene un formato que facilita el visionado porque los episodios son breves y la trama avanza a bien ritmo pero, no menos importante, presenta una narración bastante adictiva y conclusiva.

Eso no quiere decir que sea una serie sin futuro sino que en el caso de que funcione y haya una apuesta de continuidad, tendrá que ser presentando un nuevo conflicto porque la historia queda zanjada de forma satisfactoria.

Por otra parte, es una serie de corte familiar bastante blanca y sencilla que no presenta ni grandes dificultades ni escenas especialmente conflictivas: ni violencia verbal ni física. En este sentido, los amantes de las sensaciones fuertes pueden tener la sensación de que se les queda algo corta, sobre todo teniendo en cuenta sus similitudes con series como Stranger Things o Dark.

Pero, por otra parte, tiene la ventaja de que puede verse en familia dado que además apuesta por resaltar los valores familiares y la amistad que se desarrolla entre los protagonistas. En este sentido consigue que sea fácil encariñarse con los personajes y empatizar con sus conflictos.

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Otra de las virtudes de Paralelos desconocidos es el casting. Los viajes en el tiempo posibilitan que veamos versiones adultas de los adolescentes que conocemos en al comienzo y la elección del reparto es fundamental para que captemos al vuelo sus identidades y los identifiquemos rápido. 

Muy correcto también el apartado de los efectos especiales, que consiguen sacarle provecho a algunos de los trucos que se despliegan en pantalla: en un determinado momento descubrimos que ciertos personajes pueden detener el tiempo o hacerlo correr de forma acelerada y la plasmación visual es bastante acertada. Sí se aprecia algún que otro fallo de raccord, aunque de menor importancia.

Por lo demás, la serie se esfuerza es ser inteligible para todos los públicos (dentro de su propuesta fantástica), razón por la cual el guión incluye alguna que otra explicación larga que le sobrará a la audiencia más curtida en paradojas temporales pero le vendrá bien al resto.

En resumidas cuentas, Paralelos desconocidos es una serie muy recomendable para ver en familia e iniciar a los miembros más jóvenes en la ciencia-ficción light. Vista sin demasiadas pretensiones, desde luego tiene su puntito emocionante gracias al cautivador reparto y a un guión sencillo pero eficiente.