Crítica de Porco Rosso, película de animación de Studio Ghibli

A estas alturas, resulta un tanto redundante indicar que Netflix apuesta muy fuerte por el género del anime, pues cada vez son más y más las series y películas de animación japonesa que la plataforma trae a su catálogo, llegando incluso a realizar producciones originales. Uno de los últimos bombazos fue el hecho de que Netflix irá añadiendo las películas de Studio Ghibli a su catálogo a lo largo de tres fases, arrancando la primera tanda el pasado 1 de febrero de 2020.

Para celebrar la llegada del cine de Studio Ghibli al catálogo de Netflix estamos revisitando cada una de sus películas y analizándolas en la web de Hobbyconsolas. Tras haber realizado nuestra crítica de El Castillo en el Cielo y la crítica de Recuerdos del ayer, nuestra próxima parada es Porco Rosso, otra de las míticas películas de Studio Ghibli escrita y dirigida por Hayao Miyazaki. Sin más dilación, arranquemos con nuestra crítica de Porco Rosso.

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El cine de animación realizado por Studio Ghibli ha abarcado multitud de géneros y estilos de narración, desde emocionantes aventuras por un mundo mágico como El viaje de Chihiroa la realidad más cruda como La tumba de las luciérnagas, dejándonos esta última con uno de los momentos de series y películas anime que más nos hicieron llorar. En el caso de Porco Rosso, podríamos decir que es una mezcla de ambos extremos, porque por un lado se nos presenta una realidad ubicada en el siglo XX, durante el periodo de entreguerras (aunque sin el dramatismo de La tumba de las luciérnagas), pero por otro lado tenemos un elemento de fantasía, pues su protagonista es un cerdo parlante de aspecto humano. ¿Cómo es eso posible?

Según se revela al poco de comenzar la película, Porco Rosso originalmente era un ser humano llamado Marco que, por alguna razón, acaba sufriendo las consecuencias de un hechizo que lo convirtieron en un cerdo. Ahora, Porco Rosso es un aviador cazarrecompensas que se dedica a dar al traste todos los actos vandálicos perpetrados por los piratas aéreos del Adriático, convirtiéndose en el punto de mira de estos, quienes contratan los servicios de un aventurero americano para acabar de una vez por todas con Porco Rosso.

Un cerdo que no vuela es solo un cerdo

Teniendo en cuenta que la trama se centra en los aviadores, buena parte de la película Porco Rosso transcurre en el cielo, ofreciéndonos unas secuencias aéreas de lo más impresionantes, tanto en las maniobras que hacen los personajes con sus respectivos vehículos como los diferentes combates que se efectúan. Por otro lado, tenemos una narrativa muy bien cuidada como bien cabría esperarse de Hayao Miyazaki, destacando especialmente la construcción del personaje de Porco Rosso a lo largo de toda la película. Todo ello muy bien acompañado por las piezas de música compuestas por Joe Hisaishi, quien ha trabajado posteriormente en la banda sonora de otras grandes películas de Studio Ghibli como La princesa Mononoke y El viaje de Chihiro.

Sin embargo, el hecho de centrarse tanto en su protagonista, hace que otros personajes secundarios importantes en la trama de Porco Rosso queden demasiado relegados a un segundo plano, en especial los personajes femeninos de Gina, amiga de la infancia de Porco Rosso, y Fio, una adolescente que ayuda a reparar la avioneta de Porco y que se acaba uniendo a él como su compañera. Además, aunque tampoco es estrictamente imprescindible para lo que se narra en la película, no habría estado de más haber profundizado un poco más acerca del hechizo de Porco Rosso, ya que eso también se queda en un segundo plano y no se cuenta demasiado acerca de ello.

Aun con todo ello, Porco Rosso es una película más que recomendable de ver, en la que Hayao Miyazaki nos embarca en una emocionante a la par que divertida aventura por los cielos del mar Adriático. Su corta duración y su ameno desarrollo la convierten en una de las películas de Studio Ghibli más cómodas de ver para realizar una maratón de sus películas en Netflix.

Otras películas de Studio Ghibli interesantes de ver

En el cine de Studio Ghibli es bastante complicado encontrar una película que no merezca la pena ver, y ahora que van a llegar todos sus títulos al catálogo de Netflix, es la ocasión perfecta para que cada uno compruebe cuáles de todas ellas son sus favoritas. Nosotros por nuestra parte os invitamos a que leáis otros análisis de los largometrajes de Studio Ghibli que realizamos en su momento y que sin duda os recomendamos ver cuando aterricen en la plataforma de streaming, como nuestra crítica de La princesa Mononoke o nuestra crítica de El viaje de Chihiro.