Fue en 2017 cuando La guerra del planeta de los simios concluyera la exitosa trilogía sobre una de las franquicias de ciencia ficción más importantes del cine. Siete años después y ya bajo el manto total de Disney, El reino del planeta de los simios da pie a una nueva serie de películas, que mantienen continuidad con las previas, pero muuuuchos años después. ¿Quién tomará el relevo de la Tierra?

Kingdom of the Planet of the Apes mantiene parte del equipo de producción, pero es Wes Ball (El corredor del laberinto: La cura mortal) quien dirige una nueva historia situada 300 años después de la muerte de César, con diferentes clanes de simios dispersos por el mundo y unos pocos humanos salvajes intentando sobrevivir a duras penas.

El nuevo protagonista es Noa (Owen Teague, It), un simios joven que vive en un clan en armonía con la naturaleza. Los líderes del clan respetan mucho su entorno e incluso tienen águilas amaestradas para ayudarles, pero también son muy estrictos con las normas, algo que choca con la mentalidad inocente y ávida de conocimientos de Noa.

Por diferentes motivos, Noa acaba cruzando su destino con Nova (Freya Allan, The Witcher), una humana que aparentemente se encuentra en un estado tan salvaje como el resto de los de su especie, pero que oculta más de un secreto.

Pronto, acabarán topándose con el reino de Proximus Caesar (Kevin Durand, X-Men Orígenes: Lobezno), un simio autoproclamado monarca que dice ser portador de las enseñanzas de César, pero que en realidad lo hace con una perspectiva distorsionada para seguir sus propios fines. 

Proximus está obsesionado con la tecnología del pasado de los hombres y está dispuesto a lo que sea para conseguirla y conservar su status...

Estas son las líneas maestras de la historia en la película, aunque por supuesto tenemos muchos otros personajes secundarios para conocer, que os dejamos que descubráis por vuestra cuenta.

Lo importante es que César desapareció hace mucho tiempo, así que la película busca mostrarnos una nueva generación, a la vez que honra el profundo legado del simio evolucionado original.

En ese sentido, se nos invita mucho a reflexionar sobre cómo el paso del tiempo puede emponzoñar un mensaje de esperanza como era el de César (el "Moisés" de los simios), dependiendo de quién te lo cuente. Eso mismo se podría aplicar a la Humanidad hoy en día, parece decirnos el filme.

Poco a poco, la película se centra más en las aventuras de Noa y en su relación con Nova. La chica es un personaje que resulta interesante, pero que tiene un desarrollo algo forzado y excesivamente spoileado por las campañas publicitarias, lo que lleva a que se pierda buena parte del factor sorpresa o incluso uno de los pocos momentos de humor de la película. Si no sabéis nada sobre ella, mejor.

El propio Noa representa a un héroe creíble (teniendo en cuenta que hablamos de un simio parlanchín, claro) y cercano, gracias a una estupenda interpretación de Owen Teague. Frente a la lucha "enfadada" de César, este nuevo protagonista representa más la inocencia y las ganas de conocer el mundo.

Al (próximo) César lo que es del César

No cabe duda de que la actuación más energética es la de Kevin Durand como Proximus. No sabemos cómo funcionará con el doblaje (hemos visto solo la versión original para la crítica), pero el trabajo vocal es excepcional en este caso, al intentar demostrar la dificultad para hablar de los simios, que lo hacen "desde el estómago", con energía y rudeza.

Y claro, llegados a este punto, tenemos que alabar el asombroso trabajo de efectos especiales, que ya era estupendo en la trilogía previa, pero que aquí hace que sea casi imposible diferenciar lo digital de lo "real", si no es por nuestro sentido común. El nivel de detalle y la expresividad de los simios resultan alucinantes, gracias a una exhaustiva captura de movimiento.

Ese trabajo es especialmente complicado en esta secuela porque tenemos muchos tramos con agua, salpicaduras, fuego, inundaciones, explosiones... La acción es intensa y resulta especialmente complicado integrar lo digital en ese contexto, pero se consigue de forma ejemplar.

Con todos estos ingredientes, las dos horas y veinte minutos que dura El reino del planeta de los simios no se hacen largas. Como decíamos, hay mucha acción, misterio y momentos para la reflexión, tanto sobre cómo están evolucionando los simios (¿acaso son muy diferentes a nosotros?) como los errores de los humanos que los llevaron a su aniquilación...

En ese sentido, también hay lugar para los mensajes positivos, sobre el ecologismo, sobre la capacidad de maravillarnos que tenemos o sobre cómo el verdadero legado de César es importante, en torno a la comunidad y el compañerismo.

El tono general, aun con esas contadas perlas de humor, es el de una película seria, a veces incluso (lógica y necesariamente) cruel, con momentos que te hacen pensar "¿qué habrías hecho tú en esa circunstancia?", pero con esa capa de esperanza que va filtrándose cada vez más y más, en torno al mensaje de que no podemos vivir con miedo, hay que confiar y avanzar.

Cuando acaba la película, el espectador seguramente quedará satisfecho, aunque es cierto que se nota mucho la intención de convertir la historia en una trilogía. 

El reino del planeta de los simios tiene algunos cabos sueltos de forma demasiado descarada y cabe preguntarse si no habría quedado más sólido cerrar ciertas tramas o explicar mejor otras, pero desde luego apetece ver más, mucho más en el futuro... Que es la idea de los productores, claro. El ratón Mickey vuelve a salirse con la suya, aunque sea en un futuro distópico.