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Crítica de The Witcher temporada 3, parte 1: La serie no brilla para decirle adiós a Henry Cavill

The Witcher

Crítica de la primera parte de la temporada 3 de The Witcher, estrenada en Netflix y que se completará el 27 de julio con la emisión de la parte 2.

Los inminentes cambios en The Witcher han marcado de forma inapelable a la serie de Netflix. La temporada 3 se enfrenta a un doble reto: mantener el interés de los espectadores ahora que saben que es la última vez que disfrutarán del trabajo del entregado Henry Cavill como el Lobo Blanco y despedir al intérprete de forma digna sin perjudicar al conjunto.

El primer paso para lograr ambos objetivos es bastante titubeante. La plataforma de streaming no ha optado por poner toda la carne en el asador, que quizás habría logrado un mayor golpe de efecto y habría sido más honrado y se ha decantado por un doble estreno: los cinco primeros episodios se han lanzado el 29 de junio y los tres restantes harán lo propio el 27 de julio.

Esto implica dejar los principales arcos argumentales abiertos y, se entiende, postergar la traca final un mes, puesto que se dejan apuntados fuertes enfrentamientos y la resolución de la trama. ¿Cómo justificarán el cambio de protagonista? ¿Mediará la magia? Todo está en el aire.

The Witcher baja un peldaño importante en esta tercera temporada constatando el giro hacia el dramatismo de la segunda tanda de episodios. Los personajes han desarrollado unos vínculos de amor, respeto y confianza que nos llevan a ver una faceta más madura pero también de alguna manera se vuelven más plomizos y predecibles. Menos interesantes y carismáticos, sin duda.

El sentido del humor es uno de los grandes sacrificados en estos cinco nuevos episodios donde clama al cielo el enfoque que se le ha dado a Jaskier. El que fuera personaje estrella y robaplanos en la primera temporada ha ido sufriendo un paulatino declive hasta convertirse en un verdadero estorbo para la trama principal. Han conseguido que termine siendo hasta antipático.

 

La acción también ha pasado por la pila de los sacrificios: una secuencia por episodio a lo sumo y con unos efectos especiales que dejan mucho que desear. A pesar de que es marca de la casa, porque nunca no han terminado de convencer demasiado, en esta ocasión el resultado es especialmente insatisfactorio.

No hay justificación para un tratamiento visual tan pobre. Incluso da la sensación de que los procesos de postproducción están en ocasiones a medio terminar. Quizás habría merecido la pena esperar para ver la temporada al completo a un mes vista y haberle dedicado un poco más de tiempo a mejorar este apartado.

Respecto a las interpretaciones, se ve a Henry Cavill muy apagado, no hay otra manera de explicarlo. Cierto es que afronta una etapa en la que su personaje está más asentado a nivel personal, es más consciente de lo que corre el riesgo de perder ahora que ha formado una suerte de "familia" y debe mostrar sus emociones más allá de su coraza emocional, pero es algo que trasciende al Brujo.

Lo hemos visto despedirse entre lágrimas del papel que tanta ilusión le hacía interpretar (y por el que persiguió a la showrunner hasta conseguirlo) así que es fácil comprender que para él ha supuesto un mazazo renunciar a Geralt de Rivia a mitad de los planes de Netflix, que planeó en un principio seis temporadas.

En fin, se trasluce su tristeza en su trabajo y se diría que ese sentimiento tiene una onda expansiva en el resto del reparto.

En detrimento de la calidad de la serie juega también la escritura de los guiones: Geralt se ha vuelto muy parlanchín (demasiado) y los enredos de la corte también vienen con un exceso de personajes secundarios y de diálogos intrascendentes que hacen muy apetecible tirar una mayor velocidad de reproducción para llegar a la enjundia.

Y, para más inri, el quinto episodio recae en el viejo truco de revisitar secuencias para mostrar información adicional (un calco de lo que hicieron en el episodio más aburrido y repetitivo de La reina Carlota), pero que no cuaja por la sencilla razón de que los espectadores ya habíamos sumado dos más dos antes que los personajes. Los juegos temporales no son el fuerte de The Witcher.

En definitiva, esta tercera temporada es la más floja de las tres y muestra una debilidad que le viene muy mal al show ahora que precisamente afronta cambios tan trascendentales. Veremos si los tres episodios que restan son tan espectaculares como para reflotar un proyecto que parece abocado a la intrascendencia. Un día después de su estreno sigue sin entrar en el top 10 de lo más visto.

VALORACIÓN:

Hasta ahora, la temporada más floja de The Witcher: se consolida el giro al dramatismo de la segunda temporada con personajes más maduros (y también más aburridos). Poca acción, malos efectos especiales y, en general, cierta desgana derivada de la falta de garra de estos cinco episodios.

LO MEJOR:

La química entre Henry Cavill y Freya Allan, particularmente eficiente cuando pelean juntos.

LO PEOR:

Episodios demasiado largos con muchas intrigas cortesanas, tramas predecibles y un vergonzoso CGI. Volvemos a las andadas.
Hobby

60

Aceptable

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Etiquetas: Netflix