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Crítica de Saben aquell, la película de David Trueba en la que se narra cómo llegó a la fama el humorista Eugenio

Saben aquell

Crítica de Saben aquell, la película de David Trueba en la que se narra cómo llegó a la fama el humorista Eugenio y cómo fue su faceta como marido y padre. Estreno el 1 de noviembre.

Los humoristas crean personajes para hacernos reír, aunque a veces a la audiencia nos da por confundir a esas personas con los personajes que han creado para hacernos reír. Gila se hacía el tonto para tirar de humor absurdo y convencernos de que nació und día que su madre no estaba en casa, Lina Morgan apelaba del estereotipo de bobalicona y Paco Martínez Soria del de paleto.

Eugenio, inconfundible con su "atuendo de enterrador", de negro puro de los pies a la cabeza, con su cruz al cuello, su sempiterno cigarro, su vaso de tubo y sus gafas de cristal ahumado, se defendía de las miradas de la gente como buenamente podía para superar el miedo escénico. Y aquí, en Saben aquell, conocemos algunas facetas más íntimas de un hombre complejo e inclasificable.

David Trueba compone una cinta biográfica que recoge una parte muy importante de su vida: desde el momento en el que conoció a la que sería su esposa, Conchita, a finales de los 60 hasta que su fama como humorista lo llevó a lo más alto, llenando teatros y vendiendo masivamente cintas de cassette con sus chistes que se convirtieron en un clásico de los viajes en automóvil en los 80.

Es una película que sirve a la vez de tributo al genio detrás del humo de cigarro, pues recupera algunos de sus chistes más míticos, que no han perdido vigencia por ser muestras de humor blanco e imperecedero y de reconocimiento a la mujer junto a la que forjó su carrera y era la que estaba llamada a triunfar en los escenarios por su talento, pero que le dejó paso para que emergiera.

 

Se trata de una película muy bien narrada, asentada en varios puntos clave en la biografía de Eugenio, pero que, sobre todo, calibra muy bien la mezcla de drama y humor.

Saben aquell tiene mucho corazón y lanza un discurso muy contundente acerca de la dificultad de los artistas para vivir de su trabajo, de llegar al gran público triunfando y asentándose y del nivel de exposición que tienen cuando se enfrentan al reto de agradar a las masas, sin importar su situación personal. Hay una transformación en el escenario que se recoge de forma muy certera.

Pero esta película, no sería nada sin los dos grandes intérpretes que soportan los dos papeles fundamentales. David Verdaguer, con su voz profunda y una caracterización medida al milímetro, hace un ejercicio que transciende la imitación para ir un paso más allá y hacernos sentir el gran vacío emocional de hombre al que la depresión terminó arrasando.

Aunque, el alma de la película es una inmensa Carolina Yuste que pone los pelos de punta. Hay tres momentos clave en los que su pecho se convierte en metáfora de algo más: el deseo, la maternidad y la enfermedad y que marcan, como si se tratara de un metrónomo, el momento vital que atraviesa su marido.

Conchita, no obstante, es siempre el soporte emocional y familiar, el norte de un hombre algo perdido en la vida que encuentra su vocación de forma casi casual. Sin Conchita, no habría habido Eugenio, para entendernos. Así que, quien busque, solo, un biopic del humorista, se va a encontrar la sorpresa de descubrir el peso específico que tuvo en su ascenso a la fama su esposa.

Saben aquell es además una película llena de detalles ambientada de forma exquisita para hacernos navegar por los años 70 de forma muy cómoda: todo es reconocible, desde las caracterizaciones hasta los escenarios y "la forma de hacer" de la época.

Se divide en dos partes muy claras, una primera en la que se habla de la vida musical previa de Eugenio, con la formación del grupo Els dos, la participación en las pruebas para ir a Eurovisión.y la competencia con otros artistas y una segunda en la que se centra en su carrera humorística y tropezamos con exitazos televisivos como el Un, dos tres.

Mención especial a los cameos: es un caramelo encontrarse por ahí a Pedro Ruiz interpretándose a sí mismo, a Lara Dibildos dando vida a su madre Laura Valenzuela o a Paco Plaza interpretando a Chicho Ibáñez Serrador.

Saben aquell tiene madera para colarse no solo en una sino en varias categorías en los premios Goya y es, decididamente, una de las mejores películas españolas del año. ¡Mejor no perdérsela! Tiene la maravillosa capacidad para hacer que nos sintamos reconocidos en la pantalla, para hacernos reír y llorar. ¡Menudo combo!

VALORACIÓN:

David Trueba entrega un trabajo poliédrico sobre un personaje públicamente muy querido y privadamente muy desconocido. El genio que nos hizo reír tanto a pesar de no ser feliz y que alcanzó su mayor popularidad en su momento más sombrío. Muy recomendable por la calidad del guión, del reparto y por recuperar un momento de nuestra historia.

LO MEJOR:

El guión, que consigue ser homenaje pero tiene tamién su lado crítico, la ambientación y Carolina Yuste, magistral. ¡Y los cameos!

LO PEOR:

A pesar de que Verdaguer hace un magnífico trabajo, hay algún momento más dramático en el que perdemos al personaje.
Hobby

85

Muy bueno

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