Crítica de Solo asesinatos en el edificio temporada 3 - El Arconia vuelve a teñirse de sangre

La plataforma de streaming Disney+ nos propone una de esas paradas obligatorias del verano: los fans de Mabel, Oliver y Charles van a poder reencontrarse con su trío de investigadores y podcasters favorito.

Saben qué terreno pisarán puesto que el asesinato que tendrán que esclarecer en la tercera temporada de Solo asesinatos en el episodio quedó planteado al final de la segunda. Fue una sorpresa del desenlace que quedó estipulada como cebo para mantenernos muy interesados y la trama principal se retoma desde ese mismo punto.

¿Alguien en la sala necesita que le refresquemos la memoria? Vamos a tratar de hacerlo contando lo mínimo imprescindible, si bien al comienzo ya hay un breve resumen del desenlace para que nadie se despiste.

Después de esclarecer quién fue el autor del último asesinato cometido en el Arconia, Oliver Putman consigue regresar a Broadway con un nuevo montaje teatral titulado "Estertores de muerte" encabezado por la estrella Ben Glenroy (Paul Rudd). Sin embargo, la noche del estreno, a los pocos instantes de aparecer en escena, el actor cae fulminado.

Putman se verá entre la espada y la pared, asfixiado por la idea de que se suspenda su regreso a las tablas y de esta forma comenzamos a conocer los detalles de cómo se gestó el proyecto desde los primeros ensayos.

Solo asesinatos en el edificio 3 se mueve en dos planos temporales: los inicios de la producción, en los que Glen ya demostró ser un cretino dándole motivos a prácticamente todos los miembros del equipo artístico y técnico para odiarle y el momento actual en el que el trío protagonista se reagrupa para investigar sobre la marcha.

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A nivel personal, cada cual tendrá que lidiar con sus propios demonios. Mabel era una fiel admiradora de Glen en la medida en la que le traía gratos recuerdos de juventud al haber crecido viendo su serie más icónica, Chica poli, y está buscando su lugar en el mundo mientras se acerca el momento de abandonar el piso recién reformado de su tía en el Arconia, que se va a poner en alquiler.

Charles seguirá teniendo como caballo de batalla lidiar con el ocaso de su carrera y tendrá que reconocer incluso algunos errores cometidos en el pasado cuando gozaba de la fama. Oliver tendrá que modular su genio creativo para no perecer en el intento de recuperar el esplendor cuando el corazón le dé un buen susto.

La serie, creada por John Hoffman y Steve Martin, afila mucho más el guión para introducir un nuevo personaje interpretado por el GRAN FICHAJE de esta tercera temporada: la fantástica Meryl Streep.

O, lo que es lo mismo, la producción se amolda a la calidad de la actriz para pegar un estirón y pulir todavía más su trama, su sentido del humor y otorgarle un lugar central en el argumento, como ya se anuncia en la secuencia de apertura en la que es presentada a la audiencia como (¡viva la ironía!) una actriz fracasada en busca de una oportunidad.

Solo asesinatos en el edificio vuelve a echar mano de una fórmula que siempre le ha funcionado y que sigue revitalizando y perfeccionando: el humor metalingüístico con especial atención en esta temporada a lo que supone el oficio de intérprete con sus luces y sus sombras.

Esto es algo que habíamos atisbado a través de Charles/Brazzos pero que aquí se pondrá aún más de manifiesto con el personaje al que encarna Paul Rudd (ojo, que hay algún huevo de Pascua hacia papeles como el de Ant-Man) y sobre todo el de Meryl Streep, que parece así romper una lanza por todos aquellos que encuentran dificultades para coronarse en el escenario.

La ficción se suma a otras como The Afterparty, también de gran calidad, que se atreven con el cóctel de misterio y humor configurando un whodunit que engancha, divierte y te saca la sonrisa como pocas. 

Disney+ ha estrenado ya los dos primeros episodios de la temporada 3 de Solo asesinatos en el edificio. Completará la emisión de los ocho restantes a razón de uno a la semana de modo que emplaza a la audiencia al 3 de octubre para conocer el desenlace. ¡Va a merecer la pena cada segundo invertido en disfrutarla!