Crítica de Spiderhead, la nueva película de Kosinski tras Maverick con Chris Hemsworth y Miles Teller

El papel de Chris Hemsworth en Spiderhead se va a convertir en uno de los más emblemáticos de su carrera... pero es que le da la réplica Miles Teller, un actor de una versatilidad increíble. Lo hemos visto en la extraordinaria Whiplash, en la saga Divergente, en Héroes en el infierno y últimamente en Top Gun: Maverick, también a las órdenes de Joseph Kosinski.

Así que, de primeras, podemos decir que uno de los grandes estandartes de esta película es la solidez de su elenco, en el que figuran también, en papeles secundarios, Jurnee Smollett, BeBe Bettencourt y Mark Paguio.

Todos ellos tienen oportunidad de brillar, sobre todo en la medida en la que son manipulados con drogas que les llevan a estados de conciencia extremos (menudo caramelo para un actor).

Pero... ¿de qué va esto?

Spiderhead es una película de las que no necesitan grandes presupuestos, de hecho discurre prácticamente en su totalidad en una misma localización en la que el minimalismo es extremo.

Nos lleva a conocer unas instalaciones en las que una serie de reclusos ha decidido someterse a experimentos farmacológicos a cambio de una conmutación de sus penas. No saben qué van a meterles en el cuerpo cada vez, pero pueden gozar de cierto grado de libertad e incluso comunicarse con el exterior.

Entre ellos está Jeff, un hombre atormentado por una mala decisión que, en el pasado, se saldó con un accidente mortal y que le lleva a sentir una enorme culpa.

Steve Abnesti es el hombre detrás de todos los experimentos, un genio carismático y bastante cruel, cuyas metas antepone de forma sistemática a las personas que tiene a su cargo. Mediante un dispositivo anclado en la base de la columna de sus pacientes llamado MobiPak, les administra dosis variables de compuestos con los que puede manipular sus sensaciones y sus respuestas a los estímulos.

Spiderhead está basada en un cuento del popular escritor George Saunders publicado en The New Yorker en 2010 y titulado "Escape from Spiderhead" que puedes leer aquí. La película se separa del relato en distintos aspectos, pero se queda con la idea principal, que ha sido desarrollada como guión por Rhett Reese y Paul Wernick, los responsables de la saga Deadpool.

¿Una ocasión desperdiciada?

Pues en cierta medida sí: por la calidad e implicación del reparto y por la cantidad de subtramas que lanza: la culpabilidad, la búsqueda de la redención, la naturaleza del afecto y del amor, los límites éticos de la experimentación científica cuando los sujetos son humanos, la forja de la identidad propia en base a decisiones de las que somos dueños... etc., Spiderhead daba para muuuuucho más.

Es una película indiscutiblemente entretenida que te mantiene pegado al televisor presa de cierto grado de curiosidad, pero los vaivenes tonales hacen de la experiencia de visionado un "quiero y no puedo".

Hay una excelente historia de ciencia-ficción dentro de ésta, pero se pierde cada vez que irrumpe un humor, a veces de trazo demasiado grueso, o un gran hit que contrasta con la barbaridad que cuenta la película.

La banda sonora está plagada de ellos con algunos de los grandes éxitos de Supertramp o The Doobie Brothers, pero no hacen más que desentonar con la historia, a la que se le quiere dar un sarcasmo canalla que resulta muy impostado.

Las 10 mejores películas exclusivas de Netflix estrenadas en 2022

Parece una decisión premeditada (aunque es discutible que acertada,) pero la película es liviana adrede, como si buscara deshacerse de cualquier posibilidad de generar un debate serio, cuando estaba llamada a hacerlo. Spiderhead escurre el bulto evitando levantar ampollas y opta por un final maniqueo, lleno de adrenalina y cero reflexión. 

Por el camino, se lleva por delante la construcción de los personajes: ciertos aspectos son tan predecibles como ridículos y nunca conseguimos comprender los por qués de las acciones que lleva a cabo nuestro macabro Abnesti. Dotado de un trasfondo, sería arrollador.

En suma: Spiderhead se deja ver y, a tenor de que los gustos de la audiencia parecen decantarse por propuestas sencillas, eficientes y entretenidas más allá de la búsqueda de una calidad intrínseca en lo que se refiere a guiones fuertes o tramas significativas y trascendentales, no es difícil augurar un nuevo éxito para Netflix. El cartel vende bien la película.