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Crítica de Top Gun: Maverick - Tom Cruise vuela alto para recuperar a uno de sus personajes más icónicos

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Top Gun Maverick

Crítica de Top Gun: Maverick, la secuela tardía de Top Gun producida y protagonizada por Tom Cruise y dirigida por Joseph Kosinski (Oblivion). 

Cinematográficamente hablando, Top Gun: Maverick es muy superior a la primera entrega de 1986. Lo decimos de entrada y sin anestesia para que quede claro que revisitar un icono ochentero de este calibre y salir airoso es ya un gran mérito... pero es que mejora bastante la experiencia de visionado gracias a un montaje mucho más fluido y una historia en la que reina la aventura por encima de todo.

Cuando Ídolos del aire llegó a las carteleras supuso un antes y un después para toda una generación que quería ser Mav, pilotar aviones y vivir grandes historias de amor con el martilleo de "Take My Breath Away" haciendo denso el aire (qué turra de canción). Pero han pasado ni más ni menos que 36 años y lo que funcionó entonces, visto con las gafas de 2022, chirría una barbaridad.

Así pues, dura tarea la de los guionistas Peter Craig, coautor de uno de los grandes taquillazos del año como es The Batman y el genial Chris McQuarrie, con quien Tom Cruise ha establecido una simbiosis brutal desde que trabajaran juntos por primera vez en Jack Reacher y posteriormente en la exitosísima saga Misión imposible, entre otros proyectos.

McQuarrie sabe hacer brillar a su estrella sin descuidar la historia de la que le rodea y Cruise, que parece haber nacido para asumir grandes retos, es feliz pilotando, conduciendo una moto, un coche o lo que le den (cuando no corriendo a toda mecha) y alimentando también su ego a tope. Bien por él y bien por nosotros que apreciamos su entusiasmo, entrega y enorme profesionalidad.

¿Dónde nos sitúa la acción? Top Gun: Maverick nos desplaza tres décadas para contarnos cómo la reputación de Pete Mitchell, alias Maverick, ha ido enturbiando su futuro laboral. 

Es, sin duda, uno de los mejores aviadores de las fuerzas armadas y tiene un largo historial de condecoraciones, medallas y menciones, además de hazañas legendarias, pero también tiene fama de temerario empedernido y de no saber parar... y sigue pesando sobre su conciencia la muerte de su compañero Goose, de la que nunca ha llegado a reponerse del todo. 

En gran parte, eso se debe a que su hijo, Bradley Bradshaw (alias Rooster) ha seguido los pasos de su progenitor convirtiéndose en un calco de él. El caso es que los tiempos han cambiado y con ellos la generación de aeronaves: Maverick tendrá que familiarizarse con las nuevas tecnologías y defender sus habilidades como piloto frente a la incursión de los drones y los aparatos teledirigidos.

Para ello se le encomendará una misión suicida: burlar en tiempo récord el radar enemigo, incursionar en un relieve imposible para bombardear su sede y escapar a tiempo antes de que se le echen encima las naves defensoras. Y no podrá hacerlo solo, sino que necesitará entrenar a la flor y nata de la armada para llevar a cabo la tarea.

Top Gun: Maverick

Son tantas las similitudes entre Top Gun y Top Gun Maverick que es casi más fácil señalar las diferencias, que tienen que ver sobre todo con el tercio final de la película.

Por lo demás, todo es familiar: desde el arranque calcado con la bronceada fotografía o la banda sonora que nos retrotrae en el tiempo hasta la presentación de Mav como instructor de la nueva generación de pilotos de élite. ¡Hasta la tipografía de los créditos y los ralentizados!

Lo primero que llama la atención es que haya una continuidad total respecto a todo (la explicación del destino de la esposa de Goose, la carrera de Mav, el papel que desempeña Iceman, etc.) y se haya borrado al personaje de Charlie. El nuevo interés amoroso del protagonista es Penny Benjamin (Jennifer Connelly), con quien tiene una relación intermitente que irá madurando con el tiempo.

Aunque es incuestionable la buena química que hay entre ambos, da la sensación de que Connelly queda muy desaprovechada. Es como si fuese una necesidad abordar la faceta sentimental del personaje de Maverick pero Charlie y Penny fueran intercambiables, siendo totalmente distintas. Tiene que haber una chica en la moto para que la peli quede redonda, parece ser.

Top Gun Mavericktambién arrastra otros problemas de su predecesora: aunque rebaja el nivel de testosterona, se pliega a otros convencionalismos algo vagos como el enemigo indeterminado pero amenazador del mundo libre, el patriotismo trasnochado y el triunfo del individualismo más pertinaz. Es lo que tienen los héroes... hay trabajo en equipo, pero solo él puede salvar el día.

Yendo al meollo de la cuestión, lo mejor de Top Gun: Maverick es la forma en la que homenajea a Tony Scott y cómo, partiendo del respeto a lo que hizo grande la primera película, sabe transformarlo en algo más pulido y digerible para el público actual, con mucho menos "rollo panfleto" de las fuerzas armadas y dejando que el riesgo guíe el drama.

Vamos, que no os quede ninguna duda, Top Gun: Maverickes un blockbuster muy funcional que deja un excelente sabor de boca y os permitirá pasarlo muy bien... sobre todo a los nostálgicos que os subisteis al carro de la primera. Mucho mejor cuando los personajes están en el aire que en tierra firme.

Como le viene sucediendo a otras películas, su gran valor es el de defender el legado y una forma de hacer cine que peligra cada vez más, a pesar de ser espectáculo puro y duro. No es casual que Cruise se haya autoerigido como uno de los defensores de las salas en Cannes. Defiende un oficio que ama y que le ha hecho llegar muy lejos con gran esfuerzo.

Mejor todavía si revisáis Top Gun antes de buscar la pantalla más grande y con mejor sonido de vuestro entorno para hacer despegar Top Gun: Maverick: veréis así el contraste sociológico y la mejora técnica (y sí, vais a querer pedirle a Cruise el contacto de su cirujano o del diablo con el que ha pactado para estar en forma a sus casi 60 tacos... que cumplirá el 3 de julio).

VALORACIÓN:

Todo el mundo ha hecho sus deberes para entregar una secuela, más de 30 años después, que es a la vez homenaje y amplificadora de la primera Top Gun: los apartados que podían mejorar, lo han hecho y hay muchos elementos de continuidad que harán sentir a los espectadores un placentero dejà-vu en la sala de cine.

LO MEJOR:

Las peripecias aéreas, cómo se regodea en las secuencias calcadas de la película del 86, la química entre Cruise y Connelly y la dedicatoria final.

LO PEOR:

El borrado de Charlie. Es una película plenamente focalizada en el público nostálgico que va a tener complicado enganchar a nuevos espectadores.
Hobby

80

Muy bueno

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