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Crítica de temporada 1 de Britannia, ya disponible en HBO España

Jesús Delgado

Britannia
Britannia temporada 1 ya puede verse al completo en HBO España. Analizamos en esta crítica la serie de Sky producida por Rick McCallum sobre la conquista romana de Inglaterra. Estamos ante una ficción histórica con toques mitológicos.

Desde la semana pasada, HBO España cuenta en su catálogo con la serie Britannia, de Sky. Como ya os contamos en la reseña de su primer episodio, es una suerte de ficción histórica, ambientada en la conquista de Inglaterra por parte del Imperio Romano hacia el 43 d.C. La trama parte de la invasión comandada por Aulo Plaucio y el futuro emperador Vespasiano. Su llegada a la isla coincide con la guerra abierta entre las tribus celtas de los cantii y los regni, en medio de las conjuras de los druidas.

Con el citado análisis del primer episodio de Britannia, ya os hicimos un avance de qué podíamos esperar de esta serie. Ahora, tras ver la temporada 1 al completo, ya os podemos decir con más detalla qué pensar de este título producido por Rick McCallum.

Con todo, ya os adelantamos que nuestro parecer respecto a Britannia no ha cambiado mucho desde que vimos el episodio 1 de esta primera temporada. Aún así, hay matices a tener en cuenta. 

Ficción "histérica"

En primer lugar, hemos de advertiros que no podéis verla pensando que es "histórica". Esta es una de las mayores trampas de la serie. Utilizando la baza de la ficción histórica, los productores han montado un relato épico e histérico que se sustenta en dos conceptos. El primero de ellos es el del nacionalismo británico, sacando pecho de la defensa estoica de las islas frente a los invasores continentales a lo largo de los siglos, desde la Antigüedad. El segundo, el de la oposición de los "felices y buenos salvajes" frente al "maligno y depravado hombre civilizado". El maniqueísmo está implícito en el propio relato, exagerando y magnificando la maldad de los romanos, un pueblo que no negaremos que era muy cruel. 

Aunado a este defecto de forma, tenemos un defecto de fondo con una documentación historiográfica bastante cuestionable. Encontramos errores históricos o el uso de figuras reales de manera muy libre. Los términos y designaciones utilizados, así como los nombres de las tribus, son incorrectos, al igual que la continuidad de hechos. Paralelamente, la propia construcción de los personajes se ajusta a los valores morales actuales y no a la forma de pensar de los humanos de por entonces, lo que resta credibilidad a la trama. 

Como prueba de esta acomodación moral a los criterios de hoy día, vemos unas cuotas raciales colmadas de manera bastante injusta. En este sentido, la integración de africanos en las filas de los romanos no es una mala elección per se, ya que efectivamente las legiones se nutrían de sujetos de todo el imperio. Nos explicamos: la presencia de africanos en puestos de poder es una flagrante inconsistencia, aunada al hecho de que los nombres de todos latinos. En realidad, las tropas de origen no romano se consideraban auxiliares y sus integrantes, si acaso, adoptaban apellidos reservados a las clases bajas romanas. Solo ciudadanos romanos, nacidos en Italia o pertenecientes a ciertas familias, se consideraban legionarios.  

Si además a todo esto añadimos al cóctel que la serie de Sky, llegado un momento, toma los derroteros de convertir lo mitológico y lo profético en historia, entonces estamos ante un un juego peligroso. Recordemos el enorme desconocimiento del espectador medio en materia de historia, que podría tomar esto como fuente historiográfica fidedigna y no como un relato supuestamente lúdico. 

Por otro lado, como ya dijimos en su momento, podemos criticar el modo en que la serie pretende enarbolar la bandera del feminismo, recuperando el papel de la mujer en las culturas celtas. Como nos olíamos, este retrato es más fachada que otra cosa, no haciendo nada nuevo, y sí recurriendo a tópicos. Estos son bastante facilones, por cierto. De hecho, el cliché está a la hora del día y no vemos una reivindicación real, sino una postura cómoda y políticamente correcta.

En manera paralela, la prometida psicodelia del relato es más bien flojita, limitándose al rupturista uso de la canción "Hurdy Gurdy Man" de Donovan en los títulos de crédito. De hecho, tampoco resulta innovador o revolucionario cómo se introducen secuencias oníricas y elementos sobrenaturales. En conjunto es bastante conservador en este sentido. Más allá de estos detalles, podemos ver bastante cosas buenas a la serie Britannia

Vikingos de Tronos

Dejando al margen los defectos y su baja calidad como ficción histórica, debemos entender Britannia como una suerte de sosias de Vikings y de Juego de Tronos. Es una serie que viene a colmar la fiebre de lo medieval, del sexo (tórrido y liberado) en cabañas o chamizos, las amputaciones sanguinolentas en el campo de batalla y alguna que otra criatura mágica o hecho sobrenatural de por medio. En definitiva, de todo aquello que hace diez años solo interesaba a un grupo de personas considerados vulgarmente como "cuatro frikis raros" y que ahora es una moda a la que se ha apuntado hasta el botones de la oficina. 

A día de hoy tenemos series de este tipo por doquier que tratan temas como la lucha entre el mundo salvaje y la civilización, la liberación sexual, las intrigas palaciegas por doquier. Algunas lo hacen con mejor tino, comoBlack Sails(que nunca pretende ser históricamente fiable, sino una mera precuela de La Isla del Tesoro), y otras de manera tibia, como Knightfall o El último reino, a pesar de sus alardes de ficciones histórica serias. 

Con todo, los modelos claros a imitar por todas estas obras que citamos son Juego de Tronos y Vikingos. En este sentido, Britannia pretende ser una mezcla de ambas. Por un lado junta el intento de coralizar una historia con distintos puntos de vista, siguiendo el relato de la serie de George R. R. Martin. Por otro, busca la exaltación del paganismo y la nostalgia de ese mundo prerromano y precristiano, oscuro, seductor y muy idealizado.

Desgraciadamente, su desarrollo no llega ni a la genialidad y frescura de las conjuras de la guerra Stark-Lannister-Targaryen, ni logra contar con el carisma del impredecible Ragnar, del neurasténico Floki y del resto de cafres de Kattegat. Lo intenta, ojo, y con este ejercicio logra obtener puntos muy favorables, en cierta manera. Sobre todo, debido a que NADIE tiene inmunidad de guión. No os encariñéis de ningún personaje, pues no sabéis cuándo morirán. No digáis que no os avisamos. 

Si Britannia aprueba este examen se debe principalmente a elementos que ya detectamos en el primer episodio. A saber, un vestuario excepcional, especialmente notable en el bando romano; un maquillaje cuidado, que no es negligente a la hora de marcar los rigores de la vida en los bosques; localizaciones bellísimas y unas atmósferas muy bien logradas; una fotografía de quitar el hipo; y, lo más importante de todo, una calidad actoral impecable por parte de sus intérpretes.

¿Sabéis que existe un cómic llamado Britannia, de temática muy similar a la serie?

Desde David Morrisey, en el papel de protagonista/antagonista principal, hasta Kelly ReillyNikolaj Lie KaasMackenzie Crook, el reparto está sencillamente magistral, defendiendo unos textos que no darían más de sí de no ser por quienes lo sostienen. De hecho, gracias a estas interpretaciones la serie gana muchísimo interés y somos capaces de ver más allá de sus defectos, tomando este título como un un sustitutivo adecuado de las series a las que pretende emular.

Concluimos diciendo que dentro de las supuestas ficciones históricas, Britannia es alza sobre otras producciones mucho más mediocres y que, al menos, resulta funcional y eficiente a pesar de sus fallitos. Es una serie bastante entretenida, y en cuanto a la forma, cumple. Si buscáis algo con lo que calmar el mono entre temporadas de fuego y hierro y de razzias de nórdicos furibundos, Britannia os dará lo que buscáis. 

VALORACIÓN:

Serie de corte épico con endeble base de ficción histórica, sustentada sobre tropos recurrentes de la televisión actual. Un sustitutivo válido para Juego de Tronos y Vikings.

LO MEJOR:

La ambientación, maquillaje y vestuario. La calidad actoral del reparto. Su fotografía.

LO PEOR:

Los clichés explotados hasta la saciedad. Las falsedades historicas notables. El discurso partidista. Quiere ser JdT y Vikings, y no llega a ninguna.
Hobby

70

Bueno

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