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Crítica de Transformers: el despertar de las bestias - Entretiene como peli de acción, pero queríamos más Maximals

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Transformers El despertar de las bestias

Crítica de Transformers: el despertar de las bestias, la secuela de Bumblebee que presenta en la gran pantalla a Maximals y Terrorcons. Estreno el 9 de junio.

¿Quién dijo que la franquicia de los Transformers estaba agotada? Los juguetes de Hasbro prometen seguir dando guerra en la gran pantalla gracias a un revelador giro al final de Transformers: el despertar de las bestias del que no vamos a hablaros directamente, pero que supone un vuelco muy curioso. Y hasta aquí podemos leer.

Tras el decepcionante estreno de Transformers: el último caballero llegó Bumblebee para refrescar la saga y darle una nueva vida. De alguna manera, podemos considerar esta cinta una continuación de aquella, aunque solo sea porque se sitúa temporalmente en una etapa posterior (se ambienta en 1994) y hay alguna leve alusión a lo sucedido en ella.

Por lo demás, Bee se deja ver poquito y, como espectadores, hace que nos sintamos ante un nuevo reinicio, dado que la película dirigida por Steven Caple Jr. (Creed II) arranca con la historia de los Maximals  (el arco de la Era de las Bestias) y su enfrentamiento con Unicron y sus secuaces Terrorcons y Predacons.

Uno de los puntos fuertes de la película es, de hecho, el diseño de los personajes: cada minuto en pantalla de Optimus Primal, Cheetor, Rhinox y Airazor es un regalo. Mucho menos estimulantes resultan "los malos": meten excesivo ruido visual con enfrentamientos bastante farragosos y no terminan de conseguir diferenciarse unos de otros en el batiburrillo general (más allá de Scourge).

Y es que el argumento es una ensalada bastante difícil de digerir: por una parte se dice que los Maximals son "descendientes" de los Autobots, pero en verdad llevan más tiempo que ellos en la Tierra y, aunque se supone que los Predacons provienen de los Decepticons aquí ni se habla de ellos ni los Terrorcons están a las órdenes de Galvatron... es más, no se combinan entre ellos. ¡Qué bluf!

 

La coherencia con respecto a las películas de Michael Bay es nula, así que no es que sea una revolución de la saga, sino que cambia el canon. O, si se prefiere, hace que sea preciso obviar las cinco entregas anteriores al estreno de Bumblebee que, con todos sus defectos, también tenían su particular encanto, aunque solo fuera por el descaro de un tipo que rueda la acción como nadie.

Por otra parte, tenemos la trama de los humanos, protagonizada por dos personajes: Noah y Helena, dos ciudadanos de Brooklyn con dificultades para llegar a final de mes que sirven para reivindicar a la gente de a pie y, en el caso del primero, el clásico camino del héroe hasta empoderarse para asumir su rol en un equipo... multidisciplinar, por llamarlo de alguna manera. Tarea: salvar la Tierra.

Transformers El despertar de las bestias

Paramount Pictures

Anthony Ramos y Dominique Fishback defienden bien sus roles, aunque la gran atracción es sin duda Mirage con su capacidad para proyectar hologramas independientes de sí mismo o de transformarse con su conductor en el interior además de poder adoptar el aspecto de cualquier vehículo. Es una versatilidad que casi compensa que se comporte como un adolescente insufrible.

Otros como Stratosphere o Arcee están bastante desaprovechados y tienen pocos momentos para brillar, además de que no se explora demasiado cuál es su historia. Y es que, en general, a la peli de pesa el exceso de personajes y el guión errático (cinco manos al timón parecen demasiadas en esta ocasión).

Transformers: el despertar de las bestias

Transformers: el despertar de las bestias se deja ver, aunque no tiene los elementos necesarios como para tener una identidad propia que la haga brillar especialmente ni para entusiasmar al público.

No hay que rascar demasiado para ver similitudes con películas como Parque Jurásico, Predator, Indiana Jones o El señor de los anillos, pero esos toques cinéfilos que son casi homenajes, resultan algo perezosos. Casi tanto como los diálogos, no excesivamente brillantes y carentes de sentido del humor, en los que hay alguna que otra morcilla en castellano que incluye "coj...es". Pues vale.

En suma, Transformers: el despertar de las bestias se queda en blockbuster veraniego entretenido, aunque poco memorable. Desperdicia la ocasión de extraerle todo el jugo a las nuevas adiciones al equipo de las criaturas robóticas gigantescas y nos deja colgando de una idea que, eso sí, tiene potencial de cara al futuro.

Quien quiera acción, tendrá dos tazas y con elementos nunca vistos antes en la saga que incluyen una peculiar hibridación. Aunque... ¡queríamos ver más a los Maximals!

VALORACIÓN:

A Transformers: el despertar de las bestias le falta empuje para tener identidad propia y le sobran personajes, dicho lo cual los Maximals se convierten en una fabulosa atracción que además de robar muchas escenas serán el próximo éxito de ventas de Hasbro. Es una cinta de acción entretenida y con visos de crecimiento en una dirección inesperada.

LO MEJOR:

El diseño de los personajes es una verdadera pasada: Maximals y nuevas adiciones al equipo de los Autobots son un acierto absoluto.

LO PEOR:

A nivel argumental es una peli sencillota y bastante disgregrada por la profusión de los personajes: los Terrorcons meten mucho ruido de imágenes.
Hobby

67

Aceptable

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