Resumen y crítica de La casa del dragón 1x06 "The Princess and the Queen"

La casa del dragón regresa, como ya contamos la semana pasada, tras la despedida de algunos de los intérpretes del reparto principal y agregando caras nuevas.

La serie precuela de Juego de tronos encara su segunda parte, una vez superado el ecuador de su emisión y elevando el show gracias a muchos giros de guión inesperados.

El episodio 1x06 de La casa del dragón ha sido escrito por Sara Hess y dirigido por Miguel Sapochnick y es sin lugar a dudas, uno de los más interesantes hasta el momento por la cantidad de cosas que suceden y lo que abundan en pantalla, por fin, los dragones, que no son solo un caro complemento digital sino parte activa de la trama como símbolos de poder y amenaza mortal.

¡Damos un salto temporal de diez años! La casa del dragón 1x06 arranca mostrándonos a una adulta Rhaenyra alumbrando a su tercer hijo: otro varón, para regocijo general. Una sirvienta pide que el niño sea llevado ante la reina de manera inmediata. Rhanerya dice que lo hará ella misma, de modo que se levanta, le cortan el cordón umbilical y la visten de forma apresurada. 

Su marido acude a apoyarla y le pide acompañarla, aunque está evidentemente muy demacrada. Alicent se asombra de verla en pie tan pronto y pide un lugar en el que pueda sentarse. Viserys sigue vivo (sorpresa, el episodio anterior daba a entender que había muerto) y abraza a su nieto entusiasmado. Su padre, Laenor, dice que lo llamarán Joffrey, sin consultarlo con Rhaenyra.

Viserys felicita a su hija con afecto y mientras tantoAlicent le deja claro a Laenor que sabe que no es hijo suyo. Ya en sus aposentos, Jacaerys y Lucerys le dicen a su madre que han escogido un huevo de dragón para su hermano recién nacido. Rhaenyra se queda a solas con Harwin Strong, Guardia de Desembarco del rey y, se rumorea, su amante y verdadero padre de los niños, todos morenos.

Los hijos de Rhaenyra son conducidos junto a sus primos al foso de los dragones donde son instruidos para domar a las criaturas. Jacaerys tiene a su cargo a Vermax.

A Aemond, uno de los hijos de Viserys y Alicent, le toman el pelo diciéndole que tienen un dragón vestido de rosa para él y le conducen ante un cerdo. Una vez queda a solas, se introduce en el foso y observa a los dragones de cerca hasta que uno de ellos empieza a expulsar fuego y tiene que salir corriendo.

Alicent dialoga con su hija Helaena cuando un guardia conduce a Aemond hasta ella que le cuenta lo que se la ocurrido muy ofendido. La reina le dice a Viserys que debería tener a raya a los niños porque son salvajes y ya en privado le dice que le parece una indecencia que permita a su hija tener no uno sino tres hijos ilegítimos. Viserys zanja la discusión y le dice que no vuelva a sacar el tema.

Alicent se desahoga con Criston Cole. Ella tiene claro que Viserys sabe la verdad pero trata de convencerse a sí mismo de otra cosa, mientras que Cole define a Rhaenyra como una araña que clava el aguijón y drena a sus víctimas. Es tan duro con sus palabras que incluso tiene que disculparse por pasarse de la raya.

Aegon está desnudo y masturbándose en la ventana cuando Alicent entra en su estancia y le pregunta de quién ha sido la idea del cerdo. Le advierte que si Rhaenyra llega al poder su vida estará en peligro por el simple hecho de existir y respirar y que tiene que respetar a su familia, sobre todo a su hermano.

Daemon disfruta de sus dotes de jinete de dragones con su esposa Laena. Ambos presiden un banquete en Pentos donde les ofrecen una residencia perpetua con tierras, tributos y total libertad. La Triarquía tiene una nueva alianza, pero ellos tienen dragones con los que podrían defender al puedo como hizo Aegon en el pasado.

Daemon y Laena discuten a costa de esta decisión que a él le parece buena y a ella una deshonra para su familia, sobre todo teniendo en cuenta que está embarazada y quiere alumbrar a su hijo entre los suyos.

Criston reta a Aegon y su hermano a tocarlo en un entrenamiento, en el que les deja en ridículo. Harwin Strong le propone poner a prueba Aegon enfrentándolo a uno de sus primos y Criston elige de menor edad. Aunque de primeras parece pan comido, le planta cara.

Harwin detiene el combate y se enzarza con Criston, que sugiere que lo protege como su fuera su hijo. Desatado, Harwin e hace una cara nueva a Criston, lo que enciende la ira de la mano del rey, que le advierte intramuros que lo suyo es un secreto a voces.

Laenor regresa bebido junto a su esposa y le habla de una nueva batalla que se avecina contra un gigante de barba púrpura que utiliza vestidos de mujer. Ansía volver al mar y revitalizar su sangre con nuevas aventuras. Rhaneyra le dice que está loco y que hay muchas preguntas alrededor de ellos además de insinuaciones sobre el verdadero padre de sus hijos.

Él le dice que es un caballero y un guerrero y ha sido fiel a su palabra durante diez años. Ella le dice que ha hecho lo que le ha dado la gana, emborrachándose y acostándose con quien ha querido. Rhaneyra le ordena como heredera al trono que se quede con ella en Desembarco del Rey.

La hija de Daemon y Laena le dice a su madre que quiere ser jinete de dragones y ella la emplaza a reclamar ese derecho.

Laena informa a Daemon que Laenor les ha escrito para anunciar el nacimiento de su nuevo hijo. Ella echa de menos a su hermano y quiere volver. Le recrimina que pase el tiempo leyendo y le recuerda que merece más.

Rhaenyra y Alicent chocan de frente en materia de qué hacer en los Peldaños de Piedra. No obstante la primera se disculpa por las ofensas que su familia haya podido causar. Para aplacar la ira de Alicent propone en el Consejo real que su hijo Joffrey, heredero tras ella, sea prometido a la hija de Alicent y Viserys, Helaena para que reinen juntos.

También como muestra de buena voluntad le propone que si Cyrax vuelve a poner huevos, su hijo Aemond pueda escoger uno de ellos. Rhaenyra, que está dando el pecho a su hijo recién nacido, se mancha la ropa con la leche así que deciden terminar. 

Viserys cree que su hija es sincera, pero Alicent cree que está desesperada y no está dispuesta a ceder, solo cuando esté “fría en su tumba”, según sus propias palabras.

Lyonel Strong va ante el rey a presentar su renuncia al considerar que la actitud de su hijo Harwin le ha deshonrado. Viserys cree que con expulsarlo de la guardia es suficiente, pero la mano del rey no lo ve igual, considera que las dudas sobre su casa, no le permitirán darle consejos justos.

Alicent le emplaza a explicarle al rey cuáles son esas dudas, pero él le dice que no puede de modo que Viserys decide que siga en su cargo. Pide que su hijo se vaya a Harrenhal y escoltarlo él mismo. Alicent está furiosa y se encuentra con Larys Strong, a quien le cuenta lo ocurrido.

Larys va a las mazmorras para fichar a varios presos que iban a ser colgados pero a los que les promete piedad a cambio de que les corten la lengua. 

Laena se pone de parto pero las cosas van mal: el niño está encajado. Laena se sitúa frente a su dragón y le. Dice “Dracarys” de modo que frente a los ojos de Daemon se quita la vida.

Harwin se despide de los niños y les dice que regresará pero que le llevará mucho tiempo. Besa a Joffrey para quien sabe que será un extraño y se macha. Rhaenyra le dice a su primogénito que intercambiarán misivas mediante cuervos pero él sabe que es su padre y es un bartardo. Rhaenyra le dice que es un Targaryen y punto.

Rhaenyra y Laenor acuerdan regresar a Rocadragón y ella le permite llevarse a su amante con la excusa de contar con “todas las espadas disponibles”.

Harwin y su padre quedan sepultados por el fuego poco después de llegar a su nuevo destino. Larys le explica a Alicent que es un lugar de infortunio y que los Siete han enjuiciado a su hermano por sus acciones, pero ella tiene claro que ha sido él quien ha orquestado el incendio. Larys le dice que escriba a su padre y que está seguro de que le recompensará llegado el momento.

Viserys es tonto y Larys, artero

El estreno de cada nuevo episodio de la serie de HBO Max viene precedido de una gran expectación y no es para menos. En esta ocasión tenemos el salto temporal más grande hasta la fecha y un relevo de rostros importante, además de la presentación de muchos personajes, hijos de distintos matrimonios que van a entrar en liza en algún momento por el poder.

Quienes estuvieran fascinados por la interpretación de Milly Alcock como Rhaenyra Targaryen pueden despedirse ya de la actriz a la que reemplaza en la ficción a partir de este punto Emma D'Arcy. En el caso de Alicent Hightower, Olivia Cooke asume el relevo de Emily Carey.

El resto del casting se mantiene sin cambios a excepción de Laena Velaryon, que, aunque ya ha dado el estirón, tiene una versión más adulta interpretada por Nanna Blondell y Aegon Targaryen en su versión joven que es interpretado por Ty Tennant (el hijo de David Tennat y Georgia Moffett).

Si os preguntáis cuántos episodios restan de esta primera temporada de La casa del dragón, os diremos que solo cuatro y que no es de extrañar que se espere la renovación por una segunda temporada más pronto que tarde si tenemos en cuenta que los índices de audiencia no paran de subir y la serie de incrementar su interés por el destino fatal de la Casa Targaryen.

El cambio de actrices principales no solo es un acierto absoluto sino que le da a sus personajes el empaque que no tenían en sus versiones más jóvenes.

Dábamos ya al rey Viserys Targaryen por muerto, pero no, sigue vivito y coleando y siendo uno de los personajes con menos luces de la serie. Su esposa, mucho más joven que él, comprende perfectamente la situación mientras que él da palos de ciego y sus hijos pasan por una adolescencia bastante bobalicona.

Así que aquí ya se ve bien que son Rhaenyra Targaryen y Alicent Hightower las que van a mantener el conflicto tomando más de una vez decisiones imprudentes. A río revuelto, ganancia de pescadores y aquí tenemos a Larys Strong convertido en un verdadero villano en las sombras conspirando por alcanzar sus objetivos.

Ya os habíamos comentado que Larys era el "nuevo Meñique" y el actor Matthew Needham le da el toque necesario para que nos ponga los pelos de punta desde su pretendida situación de inferioridad. 

Además de personajes más interesantes y complejos y un mejor ritmo en los eventos que los sacuden a ellos y sus expectativas, tenemos ¡AL FIN! más dragones en pantalla y no solo como breves apariciones sino como parte activa de la trama y algo más que activos de guerra en combate.

También se constata que cuanto más se abre la óptica de la serie a otras casas y no se encierra solo en la de los Targaryen, más interés cobra, en la medida en la que vemos cómo las interacciones con los demás generan subtramas absorbentes y añade capas de complejidad a la historia principal.

Por todo ello, probablemente estemos ante uno de los mejores episodios de la serie hasta el momento. Cruzamos los dedos para que se mantenga el nivel y para que La casa del dragón siga demostrando que más allá de la fuerza de Daemon Targaryen puede crear escenas magníficas de tensión.