Lo normal es que si eres aficionado a pegar tiros (virtualmente, claro), tengas bien aprendidas una serie de pautas y estrategias comunes para el género. Aunque nunca viene de más aportar algunos consejos y adaptarlos al entorno de Helghan:
• Si quieres aprovechar tu munición, olvida del todo el disparar mientras te mueves. Tus balas se desperdigarán sin sentido. Dispara de pie o, mejor, agachado.
• Cada batalla presenta varias alternativas tácticas. Observa el escenario, localiza las vías de entrada y salida y luego escoge la posición más ventajosa.
• Los Helghast saben cubrirse de tus balas a la perfección, pero poco pueden hacer contra una granada bien lanzada. Úsalas a diestro y siniestro.
• Mantén con vida a Rico y el resto de tus compañeros, ya que te prestarán una ayuda inestimable. Socorre a tu compañero lo antes posible, él hará lo mismo por ti si hay ocasión.
• A pecho descubierto no vas a durar mucho. Busca sitios tras los que parapetarte. Cada escenario tiene decenas de ellos.
• Busca a tu enemigo más peligroso de entre el batallón que te ataque y acaba con él primero. Suelen ser los Helghast equipados con rifles de precisión o lanzacohetes.
• Sólo te llevará unos segundos recuperar el aliento tras un ráfaga enemiga, así que no te precipites. Tómate tu tiempo para recuperarte. Durarás más.
• Elige bien tus armas, cada una es ideal para según qué tipo de situación. Y lo ideal es que experimentes con ellas, te sorprenderás más de una vez con los efectos que consigas.
• Lo mejor es evitar el combate cuerpo a cuerpo, pero si es inevitable, procura hacerlo en silencio y cogiendo a tu víctima desprevenida del todo.
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