Logo Hobbyconsolas.com
Logo HobbyCine

Todas las películas que se han basado en cómics de Alan Moore

Las películas basadas en cómics de Alan Moore

Repasamos y analizamos todas las películas que han adaptado cómics de Alan Moore. ¿Cuáles son las mejores? ¿Se ha respetado la obra original?

Alan Moore es uno de los autores de cómics más famosos de todos los tiempos. Ha sido considerado por muchos lectores —y también artistas— como el mejor guionista de la historia de los cómics. Sus obras han trascendido las fronteras del consumo de tebeos y han llegado a un público realmente diverso.

Esto ha hecho que «todo el mundo» conozca a Alan Moore. Mientras que hay otros autores de cómics que son imprescindibles para el medio, pero cuentan con poca relevancia mediática más allá de la industria, el nombre del bardo de Northampton ha llegado a un espectro verdaderamente masificado.

Recuerda al caso de las películas de animación japonesa y Hayao Miyazaki. Uno de los artífices de los Studios Ghibli derribó las barreras del anime en Europa y se colocó en medio de la cultura popular occidental, permitiendo así que otros filmes de su nación se colaran en nuestro imaginario colectivo.

El caso del autor británico, de todos modos, es cuanto menos curioso. Los cómics de Alan Moore son auténticas obras maestras, pero sus adaptaciones no han gozado de la trascendencia literaria que sí tuvieron sus tebeos. Esas adaptaciones son, en suma, un tanto pobres y ligeramente superficiales.

Las películas basadas en cómics de Alan Moore no cuentan con el aplauso generalizado y, de alguna manera, muchos lectores coinciden en que no son grandes adaptaciones. Hay mejores y peores, obviamente, pero su traslado de un medio a otro, como también pasa con las novelas, fue cuestionable.

Hoy repasamos en este post todas las películas que se han basado en cómics de Alan Moore, el guionista que reniega del cine. ¡Vamos allá!

Desde el infierno (2001)

Desde el infierno (2001)

Los hermanos Hughes, directores de Dinero para quemar (1995), American Pimp (1998) y El libro de Eli (2010), fueron los responsables de adaptar uno de los cómics más ambiciosos, alucinantes y aclamados de Alan Moore. Estamos hablando, efectivamente, de la obra conocida como From Hell.

Esta novela gráfica de Alan Moore, dibujada soberanamente bien por el talentoso Eddie Campbell, narra la historia de Jack el Destripador, pero es un ejercicio casi periodístico, una profunda investigación de los hechos a partir de acontecimientos históricos, aproximándose lo máximo posible a la realidad.

En esa coctelera de realidad y ficción —solo los anexos de From Hell darían para veinte libros en la actualidad—, Alan Moore desdibuja las fronteras y nos sumerge en la locura, como si hubiera heredado la pluma de Joseph Conrad. Todo parece real, o pudiera serlo, pero nada es lo que parece al mismo tiempo.

La película Desde el infierno es una pobra adaptación de From Hell. La obra de Alan Moore no aparece por ningún lado. Ni está ni se la espera, visto lo visto. Johnny Depp trata de articular una buena interpretación en una traslación que se apega más al terror que al material original. Al menos, la ambientación está a la altura de la obra precedente.

La liga de los hombres extraordinarios (2003)

La liga de los hombres extraordinarios

Vivíamos en los albores del cine de superhéroes moderno, con éxitos como Spider-Man de Sam Raimi y los X-Men de Bryan Singer. En ese contexto, 20th Century Fox vio una puerta de entrada a la recaudación inmediata. Las taquillas se controlaban con más seguridad que ahora. Era una buena apuesta.

Por qué no, ¿verdad? ¿Por qué no adaptar La liga de los hombres extraordinarios de Alan Moore? Y allá que fueron. Stephen Norrington había logrado colocar Blade en 1998. Parecía manejar bien la combinación entre la oscuridad y los superhéroes. Era el director idóneo, pensó el estudio.

A todas luces, desde el inicio, supimos que no. La historia de Alan Moore fue llevada al cine como un pastiche de fantasía, ciencia ficción, acción, steampunk y superheroísmo. Sin embargo, nada podía entenderse en la película protagonizada por Sean Connery, quien también fue productor del filme.

Una vez más, como sucedió con From Hell, La liga de los hombres extraordinarios prefirió la superficialidad de la obra de Alan Moore, antes que su complejidad narrativa. Por eso fracasó como adaptación, de la misma manera que lo hizo Desde el infierno.

Porque a veces no vale solo con parecerse. A fin de cuentas, un cómic es un cómic y… Una película es una película. Son medios distintos.

V de Vendetta (2005)

V de Vendetta

Difícil, muy difícil hablar de V de Vendetta sin que se nos tiren al cuello. Vamos a ver, seamos honestos y quitémonos nuestras caretas de Guy Fawkes. La película es una buena cinta generacional, funciona como blockbuster y ha regalado decenas de pie de foto en Instagram.

Se ha convertido en el símbolo que el propio personaje protagonista de la película querría ser y su máscara nos evoca a activismo político cercano al terrorismo, aunque también al concepto revolucionario o a las luchas sociales. Debemos aceptarlo, valorarlo y elogiarlo.

Sin embargo, la película de V de Vendetta está muy lejos del cómic de Alan Moore. Como adaptación, es mala, muy mala. Esto no la convierte en una mala película, entendednos; la convierte en una mala adaptación, por eso siempre se recomienda leer también el material original, para conocerlo.

El V de Vendetta de Alan Moore es mucho más prosaico en la construcción narrativa. En resumidas cuentas, no tiene tantos «fuegos artificiales». A fin de cuentas, es un cómic muy cercano a la literatura, comparte muchos rasgos con ella y se sostiene en un relato verdaderamente formal.

Todo lo que tiene la película de blockbuster le falta al cómic. La sutileza de las viñetas es reemplazada en el filme por la violencia, la teatralidad en las formas y la narrativa one-liner que funcionó en otras obras revolucionarias de espíritu anarquista, como fue el caso de El club de la lucha (1999).

Constantine (2005)

Constantine

Lo cierto es que esta película no parte realmente de una adaptación de Alan Moore, sino más bien de Garth Ennis, el hombre que creó The Boys. Sin embargo, el personaje de John Constantine es obra y gracia del bardo de Northampton. Por lo tanto, no está de más mencionarlo.

La película de Constantine, protagonizada por Keanu Reeves, nos pareció poco sugerente en su día, pero con el tiempo ha ido ganando entereza. Quizás sean nuestras ganas de ver The Hellblazer en el cine moderno, pero… No es una película tan mala, ¿no?

Acción, fantasía, ciencia ficción, mundos sobrenaturales, un rollete thriller. Constantine combinó todo lo que hizo grande al personaje en los cómics de DC, quizás perdiendo algo de profundidad por el camino. Pero, desde luego, su espíritu y naturaleza mágicas permean toda la película.

Watchmen (2009)

Watchmen

Y llegamos a la obra más importante de la historia del cómic. Probablemente, el mejor cómic de Alan Moore, aunque el que escribe el presente artículo aplauda con mucha más fuerza y adoración La Cosa del Pantano. Sea como sea, Watchmen no es moco de pavo; sería caviar, en todo caso.

La película de Watchmen probablemente fue adaptada por la persona menos idónea para ello. Hablamos de Zack Snyder, un cineasta que domina lo físico y lo superficial, lo estético, y coloca todo ello por encima del resto. Algo tan profundo como el cómic de Watchmen quedaba lejos de su estilo.

Sin embargo, Warner Bros. Pictures confió en el hombre que articuló 300 (2006) y aceptó llevar Watchmen a la gran pantalla. ¿El resultado? Una de las peores adaptaciones de cómics que se recuerdan. Un batiburrillo conceptual que se limita a colocar viñetas en la pantalla, olvidándose del contenido.

Pese a ello, Watchmen es una película muy querida por el público de los superhéroes. Una amplia mayoría opina que es una de las mejores cintas que ha dado el género. En nuestro caso, si habláramos de Watchmen sin tener en mente el cómic, podríamos llegar a opinar muy parecido.

No es el caso. Watchmen es la «vaca sagrada» del mundo del cómic. Su belleza, su triunfo, no radica en lo superficial, en lo banal, en lo estético. La historia, su narrativa, su contenido, el mensaje que subyace bajo toda la capa de Dave Gibbons… Ahí está su brillo, su verdadera identidad.

Eso es lo que se pierde en la película de Zack Snyder. El cineasta, fiel a su estilo, antepone la belleza de las imágenes por delante del mensaje. Los videoclips del filme son soberbios y su introducción, mayúscula. Pero el Watchmen de los cómics no aparece por ningún lado.

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Hobbyconsolas.