La actriz Shelley Duvall (El Resplandor) vuelve al cine tras dos décadas retirada
La protagonista de la película de Stanley Kubrick formará parte del reparto de la cinta de terror The Forest Hills.
Conocida principalmente por su papel en El Resplandor, la actriz Shelley Duvall es una de las intérpretes con una de las historias más tristes. Pues después de haber sobrevivido a un rodaje extenuante en la cinta de Stanley Kubrick, tuvo que soportar las crueles críticas de la prensa por su interpretación que, incluso, le llevó a estar nominada a un premio Razzie.
Tras esto, estuvo un tiempo en el cine y la televisión, donde incluso llegó a estar nominada a dos premios Emmy, pero finalmente en 2002 decidió retirarse para intentar solucionar sus problemas de salud mental. Y ahora, tras dos décadas retirada y a sus 73 años, Shelley Duvall ha decidido volver al cine con una nueva película de terror.
Tal como informa Deadline, Duvall es una de las protagonistas de la película The Forest Hills, dirigida y escrita por Scott Goldberg. Pero la actriz no va a ser el único nombre que “vuelve”, pues la cinta también va a contar con Edward Furlong, el niño de Terminator que llevaba sin hacer cine desde el 2019.
La película, que también cuenta con la presencia de Chiko Mendez y Dee Wallace, cuenta la historia de un hombre perturbado al que le atormentan visiones de pesadilla, después de sufrir un traumatismo craneal mientras acampaba en las montañas Catskill. Duvall interpreta a la madre del protagonista, que le habla desde su voz interior, al que da vida Méndez.
El infierno de Duvall en El Resplandor
La actuación de Shelley Duvall como la mujer del protagonista de El Resplandor es una de las más recodadas de la historia del cine, además de ser una de las más recordadas por la propia actriz. Tras haber sido objeto de controversia desde que se estrenase la cinta, en 2021 la intérprete concedía una entrevista a The Hollywood Reporter en la que contaba el infierno que pasó durante el rodaje.
En ella recordaba que estuvo llorando durante los 56 días que duró el mismo, “muchas veces, el simple hecho de saber que tenía que llorar me hacía llorar. Levantarme un lunes por la mañana y darte cuenta de que tenías que llorar porque lo decía el guion, me hacía llorar”, aseguraba Shelley Duvall.
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