Arnold Schwarzenegger desvela el brutal entrenamiento al que fue sometido durante el rodaje de Conan: ''tuve que lavarme bien la boca''
El carismático actor austriaco se sincera sobre el rodaje de Conan el bárbaro, la mítica película de acción estrenada en 1982, que fue una verdadera ''mili'' para el culturista.
No hay duda de que la trayectoria de Arnold Schwarzenegger como actor está escrita en letras doradas. Ha interpretado papeles de extraordinaria calidad, como Dutch (Depredador), Harry Tasker (Mentiras arriesgadas) o el genial T-800 (Terminator).
Pero nos estamos olvidando de otro de sus papeles estrella, que lo convirtió en un icono en la década de los 80. No es otro que Conan, el legendario héroe de las historietas de cómic.
En 1982, Arnold Schwarzenegger dio vida a Conan en la película dirigida por John Milius, cuyo éxito dio pie a una secuela (también interpretada por él), un remake y numerosos videojuegos.
La realidad es que el rodaje de Conan el bárbaro fue, cuanto menos, un desafío. Casi como si fuera un ''pequeño campamento militar'' para Chuache, en el que aprendió a sobrevivir como si fuera el mismísimo Conan en persona.
En sus memorias, tituladas Sea útil: siete herramientas para la vida, Schwarzenegger habla sobre el rodaje de la película de John Milius, destacando una anécdota tan surrealista como desagradable.
Aprendiendo a ser Conan
En sus memorias, el actor de 76 años cuenta todo lo que vivió (y aprendió) durante el rodaje de Conan el bárbaro, una película recordada por todos nosotros, que ya forma parte de la historia del cine fantástico.
Su experiencia fue tortuosa y gratificante. Arnold Schwarzenegger no se muestra arrepentido por su participación, e incluso declara que quiere hacer una tercera película de la saga.
Básicamente, Arnold fue entrenado para parecer un héroe de tebeo, capaz de romper rocas con sus manos, hacer saltos imposibles o cabalgar un elefante.
''Aprendí a montar a caballo, en camello y en elefante. Aprendí a saltar desde grandes rocas, a trepar y balancearme con largas cuerdas, a caer desde una altura. Básicamente, fui a otra escuela vocacional, una para aspirantes a héroes de acción''.
Dada la precariedad de la época y el ajustado presupuesto, Chuache tuvo que afrontar graves heridas (tuvieron que darle 40 puntos en la espalda), huir de perros salvajes o arrastrarse entre las rocas, hasta que los antebrazos le sangraban.
Pero lo más surrealista fue la icónica escena del árbol, en la que Arnold está atado y muerde la cabeza de un buitre. Atentos a lo que dice al respecto:
''Mordí un buitre muerto real y tuve que lavarme la boca con alcohol después de cada toma'', reconoce el actor austriaco, en lo que sin duda es una escena tan peligrosa como impresionante.
Aclarar que el buitre ya estaba muerto, pero por supuesto era real. No hay duda, después de esto hay que reconocer que Arnold es un tipo muy, muy duro, y comprometido con su trabajo.
Conan el bárbaro (1982) es una de las mejores películas de Arnold Schwarzenegger, así como una prueba de cómo se hacían ese tipo de producciones, en una era ausente de efectos digitales y grandes presupuestos.
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