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Una extraña tormenta vuelve el cielo de color verde cual película de catástrofes

Una extraña tormenta vuelve el cielo de color verde cual película de catástrofes

No ha sido ningún tipo de escape radiactivo, sino un fenómeno meteorológico muy poco común que se acaba de dar en Estados Unidos.

Hay muchas tormentas, sobre todo en verano, unas tormentas que pueden dejar vientos huracanados y grandes precipitaciones, pero también cielos de distintas tonalidades, aunque quizás jamás hubieras imaginado una tonalidad en color verde, como si fuera un episodio de alguna película catastrófica bajo algún elemento químico.

Pues esto mismo ha pasado en ciertas partes de Dakota del Sur e Iowa, pero también en Nebraska, Minnesota e Illinois donde se encontraron con un derecho el pasado martes, que incluso volvió verdes los cielos en ciertas áreas.

Quizás no sepas lo que es un derecho porque no son muy habituales en nuestro país, pero se podrían definir como un fenómeno meteorológico bajo una tormenta de viento en línea recta y de larga duración, y que está asociado con un conjunto de fuertes tormentas conocidas como sistemas convectivos de mesoescala y cuentan con vientos a la altura de huracanes y tornados.

Este conjunto de tormentas han provocado multitud de daños desde Dakota del Sur hasta Illinois con vientos que pudieron derribar líneas eléctricas enteras y árboles, y algunos cayeron sobre casas y vehículos. Además miles de familias se quedaron sin servicios públicos ni electricidad.

Pero lo que pasó a la primera plana de la información no fueron las consecuencias dañinas del derecho, sino también que los cielos se volvieron de un siniestro color verde neón, como fosforescente. Los meteorólogos lo conocen, pero incluso señalan que este tono no es nada habitual verlo.

La principal hipótesis del por qué los cielos ganan esta tonalidad verde es que tiene que ver con la forma en que las gotas de lluvia y el granizo pueden dispersar y reflejar la luz. Se comenta que estos fenómenos suelen pasar al atardecer o al anochecer, y donde las gotas de lluvia pueden dispersar todo excepto la luz cerúlea.

Y no, es tremendamente improbable que lo veamos en nuestro país, al igual que no vemos huracanes, pero lo cierto es que es una estampa de la que incluso los meteorólogos se siguen sorprendiendo.

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