Nintendo baneó a Square Enix durante 10 años después del lanzamiento de Final Fantasy VII
El lanzamiento de Final Fantasy VII Remake ha vuelto a poner en primera plana a Square Enix y a esta famosa saga que tantos años lleva ganándose el cariño de los fans. La reimaginación de uno de los títulos más queridos de la historia ha dado mucho de qué hablar, pero hoy nos remontamos a la década de los noventa para recordar uno de los aspectos que más caracterizaron al Final Fantasy VII original.
Prácticamente no se puede entender Final Fantasy sin FF VII, y es que, dejando de un lado debates sobre cuál entrega es la mejor, la aventura de Cloud Strife elevó las cotas de popularidad de la franquicia nipona al siguiente nivel. El momento histórico, los avances que introdujo y una historia inolvidable hicieron a este juego una de las grandes obras de la historia.
Sin embargo, el proceso de desarrollo no fue nada fácil para Square. Tras seis entregas desarrolladas para Nintendo, la desarrolladora intentó plasmar su idea 3D en Nintendo 64. La gran N se alió con Silicon Graphics, Inc. para llamar la atención de Square, pero como ya todo el mundo sabe, la desarrolladora acabaría uniéndose a Sony y su nueva PlayStation.
PlayStation supo apañárselas para llamar la atención de numerosos terceros que acabarían realizando algunos de los juegos más icónicos de la consola. Final Fantasy VII fue seducido por la consola debido a la promesa de que se trasladaría la idea de Square a la consola y que esta quedaría intacta. Los cartuchos de Nintendo 64 no pudieron rivalizar con el poder de los CD's.
Esta decisión causó mucho revuelo y polémica y el resto ya es historia; el abandono de Square a Nintendo es uno de los capítulos más conocidos dentro del desarrollo del juego. Sin embargo, lo que no se sabía a ciencia cierta es hasta qué punto esto sentó mal a Nintendo. En una entrevista a Polygon, varios miembros de Square Enix y creadores de Final Fantasy VII han hablado sobre este asunto.
Hironobu Sakaguchi, vicepresidente ejecutivo de Square Japan comentaba: Políticamente fue un cambio drástico y una gran decisión, pero para mí fue algo natural porque ese era el hardware que necesitábamos para hacer el juego.
Jun Iwasaki, vicepresidente de marketing señalaba que la decisión afectó profundamente a la relación con Nintendo: pensé que era la decisión correcta, pero sí, hubo mucha tensión con Nintendo después. Palabras que eran secundadas por Tomoyuki Takechi, presidente y director ejecutivo: hubo alrededor de cuatro a cinco años en los que realmente no pudimos hablar con Nintendo. No tuvimos una relación amistosa con ellos.
Shinichiro Kajitani, vicepresidente de la compañía, corroboraba todo esto y añadía: cuando tomamos la decisión de ir con Sony, durante unos 10 años básicamente no se nos permitió entrar a las oficinas de Nintendo. Desde una perspectiva comercial, nuestro principal interés era asegurarnos de que Sony ganara y Nintendo perdiera, básicamente, porque eso sería mejor para nosotros.
Unas declaraciones realmente importantes para la historia del videojuego. Ahora, más de veinte años después, nos encontramos disfrutando de su remake con todos sus cambios y novedades. Sobre uno de ellos se ha hablado largo y tendido: Yoshinori Kitase explicó hace poco por qué se alteró el papel de Sefirot en Final Fantasy VII Remake.
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