Película de Street Fighter - El director confiesa que Van Damme iba drogado al rodaje

¿Quién no recuerda la película de imagen real que hicieron sobre el célebre videojuego de lucha Street Fighter? Aunque recordamos con bastante cariño esta adaptación (e incluso sorprendentemente, a día de hoy le sigue generando dinero a Capcom), lo cierto es que Street Fighter: La última batalla era una película bastante malucha (para muestra, nuestra crítica). Recientemente se ha sabido que uno de los actores protagonistas de la película, Jean-Claude Van Damme, iba hasta arriba de cocaína durante el rodaje.

Steven de Souza, el director de Street Fighter: La última batalla, confesaba en una entrevista realizada por The Guardian los motivos por los cuales la película salió tremendamente mal. El cineasta tiene bastante claro que uno de los principales problemas lo causó el actor Jean-Claude Van Damme y su adicción a la cocaína. "No podía hablar de ello en aquel momento, pero ahora sí puedo decirlo claro: a Jean-Claude se le fue la cabeza completamente", confesaba el cineasta. "El estudio le había asignado a un cuidador, pero, por desgracia, el mismo cuidador era una mala influencia. Jean-Claude estaba indispuesto tan a menudo que había que buscar continuamente tomas alternativas que rodar. Había veces que teníamos que esperarle durante horas".

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Por lo visto, Van Damme consumía unos 10 gramos de cocaína al día. Eso junto a su complicado trato y su elevado ego hicieron que las sesiones de rodaje fuesen un suplicio para el equipo. "Una vez estaba en su caravana muy cabreado, y mi ayudante no podía convencerlo para que saliera, ni tampoco yo era capaz", comentaba Keith Heygate, ayudante del director. "Tuve que llamar al productor, Chad Rosen, para que lo sacara, y acabó saliendo con una botella de champán. Le dije que la botella iba en contra de la seguridad y salubridad del rodaje, y desde ese momento me odió". Su compañero de reparto Roshan Seth, que interpretaba a Dhalsim en la película, comentaba que "a veces no se presentaba en el rodaje, pero enviaba un mensaje que decía '¡Necesito inflar los músculos!', y eso era todo".

No sabemos si, de no haber tenido estos problemas con Jean-Claude Van Damme, la película de Street Fighter: La última batalla hubiese tenido más éxito, pero desde luego ha sido un buen aliciente para su fracaso, ¿no os parece?