Russell Crowe no puede más con las preguntas sobre Gladiator 2: "¡Estoy muerto!"

Sí, puede que hace 23 años Russell Crowe fuese el mejor de todos los gladiadores en la inolvidable Gladiator de Ridley Scott, pero ahora, en su recién anunciada secuela, el neozelandés no tiene nada que ver con la producción, sobre todo porque su personaje está muerto, y el actor ya se está empezando a cansar de las constantes preguntas sobre Gladiator 2. 

"J**er, deberían empezar a pagarme por la cantidad de preguntas que me hacen sobre una película en la que ni siquiera voy a aparecer. No tiene nada que ver conmigo, en ese mundo estoy muerto. Estoy a dos metros bajo tierra. Pero sí que tengo que admitir que me da un poco de envidia, porque me recuerda a cuando era joven y todo lo que significó en mi vida esa cinta".

Aseguraba muy enfadado el actor durante su visita al Festival de Karlovy Vary en la República Checa. "No sé nada sobre el reparto, no sé nada sobre la trama. ¡Estoy muerto! Solo sé que si Ridley Scott ha decidido hacer una segunda parte de la historia 20 años después, es porque tiene buenas razones para hacerla y esta nueva película no va a ser otra cosa más que espectacular". 

Pero no solo Russell Crowe sabe poco sobre Gladiator 2, sino también el resto del mundo, pues lo único que se ha dado a conocer es su reparto principal, liderado por el nominado al Oscar Paul Mescal, y un poco de su sinopsis, la cual va a continuar la historia a partir de lo sucedido en la primera película del gladiador. 

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"Gladiator en el mar" 

Recordando los años más brillantes de su carrera, Crowe no pudo evitar rememorar el fracaso que supuso el estreno de Master and Commander, según él por la falta de planificación del estudio. "Peter Weir ralentizó el estreno, nosotros habíamos terminado de rodar antes que Piratas del Caribe pero esta se estrenó antes y la gente dejó de interesarse por nuestra historia".

"Como había sido una producción tan cara, el estudio decidió venderla como "Galdiator se lanza al mar", lo que supuso que todo el mundo saliera decepcionado. Eso espantó al público habitual de Peter Weir y solo vinieron a vernos los que yo llamo "niños tontos", recordaba Russell Crowe.