Un nuevo estudio afirma que es “improbable” que el juego afecte a nuestro bienestar y salud mental

Jugar a videojuegos se ha convertido en una de las actividades de ocio (y cultura) más populares entre la población. Personas de todas las edades disfrutan cada día de sus juegos favoritos, mientras el tiempo libre lo permita.

Más allá del puro entretenimiento o incluso la socialización (con los juegos online), en varias ocasiones se ha demostrado que los videojuegos pueden ser muy beneficiosos para nosotros.

De hecho, en el año 2020 la Universidad de Oxford realizó un estudio sobre el impacto de los videojuegos en la salud mental. Sorprendentemente, se llegaron a conclusiones muy positivas sobre la relación que guardan los juegos y nuestro bienestar.

Han pasado dos años desde aquel estudio, y parece que las cosas han cambiado. El mismo grupo ha compartido un nuevo estudio, tomando como referencia un mayor muestreo de la población.

Según se puede ver en este enlace, los resultados de este estudio son bien distintos a los cosechados en 2020. La Universidad de Oxford asegura que no, no existe una relación directa entre videojuegos y salud mental.

Dicho de otra forma, jugar a videojuegos no supone mejorar nuestro bienestar y salud mental. En el anterior estudio se demostró que las personas que jugaban más llegaban a ser más felices.

Para elaborar este segundo estudio se ha tomado un muestreo de más de 39.000 personas (frente a las 4000 del primer estudio). Además, muchos usuarios dieron permiso para que el grupo de trabajo rastrease sus horas jugadas.

''Realmente le dimos a los aumentos y disminuciones de lo que es jugar a videojuegos una oportunidad justa de predecir estados emocionales en la satisfacción con la vida, y no encontramos evidencia de eso; encontramos evidencia de que eso no es cierto de una manera prácticamente significativa''.

No solo los jugadores han participado en este estudio. Compañías como EA Respawn, People Can Fly o Playground Games aceptaron implementar los sistemas de muestreo de la Universidad, con el fin de recopilar datos más exactos.

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Esto quiere decir que juegos como Outriders, EVE Online, Forza Horizon 4 o Apex Legends formaron parte del estudio de forma directa. Los hábitos de juego se estudiaron durante alrededor de 6 semanas.

Aspectos como la autonomía, la competencia o la motivación fueron sometidos a estudio. Las conclusiones del estudio son claras: jugar a videojuegos no nos hace más felices (a nosotros sí), ni tampoco nos otorga un mayor grado de bienestar en pos de la salud mental.