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Ir a cenar al cine: algunas salas se han reconvertido, ¿pero se pierde la experiencia del visionado?

sale de cine y palomitas

En este artículo intento dar respuesta a uno de nuestros mayores temores: ¿el cine ha dejado de ser tal y como lo recordabas y todo va a peor? Te sorprenderías.

¿Cuál es la forma correcta de ver una película? ¿Cuál debe ser nuestra actitud en el cine? No estoy segura de tener la respuesta a ninguna de estas preguntas, porque no creo que exista una verdad absoluta, ni una única forma de hacer las cosas.

Creo que cuando la gente habla de “ver una película bien” lo hace de forma pedante, como cuando te imaginas que en un museo hay que mirar una obra de arte en silencio, asintiendo levemente y con el rostro serio en lugar de hacerte un selfie.

UN segundo (2020) Zhang Yimou

Pero el cine, como arte que abandonó las salas hace mucho para llegar a nuestros hogares y que no tardó en trasladarse también a nuestros bolsillos para que llevásemos nuestras piezas favoritas donde quisiéramos, perdió su significado, si es que alguna vez lo tuvo.

Películas como Un segundo (2020), de Zhang Yimou, nos recuerdan que una sala de cine en realidad nunca fue ese lugar estanco, que era un punto de reunión y comunidad, para olvidarte de tus problemas, de evasión, y en el que el metraje podía ser alterado.

La carga de los jinetes indios - Soldado Wilhelm (Ralph Brooks) - El grito Wilhelm

Hace poco estuve en una exposición y me llamó la atención cuando nos explicaron que todos esos cuadros chiquititos que teníamos delante muy ordenados se pintaron hace varios siglos para que fueran vistos de manera individual y cronológica al pasar de una habitación a otra.

Pero habían optado por alterar su formación original ya que a día de hoy tenemos la costumbre de recibir información visual de forma mucho más comprimida y directa, como cuando abrimos el feed de Instagram en el que aparecen un montón de recuadros con imágenes.

Museo Louvre

El cine de ahora existe en la misma época que TikTok, una en la que consumir el contenido cada vez más rápido. El montaje ha evolucionado mucho desde sus albores, y las películas que vemos hoy en día tienen tantos cortes y movimientos de cámara que habrían sido impensables en sus inicios.

Las plataformas de streaming son otro ejemplo de sistemas que se ha tenido que adaptar a las nuevas sensibilidades, ofreciendo la posibilidad de que visionemos las películas a x2 para que no decaiga nuestro interés. 

Además, podemos ver la película de turno mientras miramos el móvil y respondemos mensajes o echamos un vistazo a X o mientras almorzamos o hacemos manualidades o deporte.

Misa de medianoche

Y si perdemos la paciencia, y una película de tres horas se nos hace demasiado larga para una sesión, siempre podemos darle al pause y retomarla en algún otro momento -porque la plataforma se acuerda del sitio en el que nos habíamos quedado-, o no retomarla nunca.

Pero claro, en una sala de cine no podemos hacer nada de eso. No podemos poner la película a doble velocidad, ni podemos encender el móvil para no molestar al resto de personas con las que compartimos ese espacio oscuro –aunque haya quien no entienda ese mensaje-, ni podemos pararla para ir al baño.

¿Palomitas sí o palomitas no?

Lo que sí podemos hacer es comer. Palomitas es lo más habitual, todos los cines tienen su sección para venderlas antes de que entres a la sala. Incluso puedes tomar palomitas en los teatros, que son lugares aún menos accesibles que el cine

Pero las palomitas siempre han sido uno de esos grandes puntos de controversia: ¿debemos comer palomitas en el cine? Igual haces ruido y molestas, pero también están tan ligadas al cine que cuesta imaginar una película sin ellas.

Siendo el cine un lugar tan restrictivo e incluso más caro que otras opciones, uno de los pocos alicientes que puedes tener para ir a él es la mejor calidad de imagen y de sonido, pero hay varias salas que han optado por reinventarse e ir un paso más allá.

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Aparte de las que ofrecen una experiencia en 4D a un precio algo más elevado de lo normal, para que puedas sentir la película de forma mucho más inmersiva, hay otras que han buscado todo lo contrario.

Queriendo ofrecerte algo parecido a lo que puedes encontrar en el salón de tu casa, para que en lugar de butacas tengas silloncitos, o en que en vez de palomitas te puedas tomar la cena, e incluso una copa que te sirvan al momento mientras ves la peli. Todo en un esfuerzo de que no abandonemos una experiencia cinematográfica que parece perderse.

¿Significa todo esto que el cine ya no es lo que era? Pues sí, efectivamente. La sociedad ha cambiado, el cine ha cambiado, y hay muchos ejemplos de cineastas que no están conformes con la nueva dirección de la industria, pero no hay nada que podamos hacer al respecto. ¡Si Alice Guy levantara la cabeza!

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