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Si echas de menos la magia de los JRPG de antaño, dale una oportunidad a Xenoblade Chronicles

Xenoblade Chronicles

Coincidiendo con el lanzamiento de Xenoblade Chronicles 3, os contamos por qué creemos que esta debería estar en lo más alto junto al resto de grandes JRPG y os invitamos a darle una oportunidad si aún no lo habéis hecho.

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Mañana se lanza Xenoblade Chronicles 3 para Nintendo Switch y hace tan solo unos días se publicaban los análisis. El nuevo juego de la saga JRPG de Monolith Soft ha recibido unas calificaciones fantásticas, ostentando en estos momentos una nota media de 89 en Metacritic.

Por desgracia, tengo la sensación de que para mucha gente las palabras "Xenoblade Chronicles" suenan a alienígena, cuando en realidad es una saga que debería codearse con los más grandes, como Final Fantasy, Dragon Quest o Monster Hunter.

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Y lo entiendo; lo entiendo porque hasta hace unos años yo también estaba en esa posición y veía Xenoblade como algo que me llamaba la atención... pero no lo suficiente como para adentrarme en su universo. Por suerte eso ha cambiado y hoy estoy aquí para contaros por qué deberíais haceros un favor y jugar a Xenoblade. A cualquiera de ellos.

Voy a asumir que estáis en mi posición y lo primero que os tira para atrás es que el combate es automático y estilo MMORPG.

Vale, en primer lugar, lo único automático son los ataques básicos. Y cuando te paras a pensarlo, tiene todo el sentido del mundo. Pensad en todos los JRPG con sistemas de combate por turnos a los que habéis jugado y preguntaos cuántas veces pusisteis al grupo a hacer ataques básicos para superar encuentros aleatorios. Muchas, ¿verdad?

Xenoblade

En Xenoblade el combate es en tiempo real, no existen los turnos, así que si tuviésemos que estar presionando continuamente el botón de ataque básico... No sería divertido. Eso, por no hablar de que en este juego los ataques básicos son lo de menos, y dada la enorme cantidad de sistema que hay que tener en cuenta a la hora de pelear, se agradece y mucho no tener que preocuparnos de lo más simple.

Dicho esto, y como no me voy a poner a explicar los pormenores del sistema de combate (porque perdería la cabeza), os diré que si os preocupa que sea automático, podéis estar tranquilos porque es justo al revés: tenemos control sobre el personaje (movimiento incluido) y me atrevería a decir que se interactúa y se presionan botones de la misma manera e incluso más que en cualquier otro JRPG.

El siguiente punto a tratar es su estilo artístico, porque la saga ha pasado por varias fases, todas muy distintas, y eso puede llevar a equivocaciones.

El primer Xenoblade Chronicles, para Wii, tenía un estilo que recordaba hasta cierto punto al fantástico Vagrant Story, pero con Xeblade Chronicles 2 aumentaron el anime un 1000%, algo que le granjeó unas cuantas críticas. 

Para mi gusto, Xenoblade Chronicles 3 ha encontrado el equilibrio perfecto (sigue siendo anime, pero con unos diseños mucho más comedidos) y creo que es el estilo que la saga debería perseguir de aquí en adelante.

Xenoblade

Y digo que puede llevar a equivocaciones porque, quizás, el estilo anime da pie a pensar que estamos ante la típica historia sobre la lucha entre el bien y el mal, magia, fantasía, bla, bla, bla. Cuando, en realidad, los Xenoblade tocan temas como filosofía, política o religión sin cortarse ni un pelo.

Por poner un ejemplo del más reciente, Xenoblade Chronicles 3 nos invita a replantearnos cuestiones como la naturaleza de los conflictos bélicos, el valor que le damos al tiempo que duran nuestras vidas o lo importantes que son los jóvenes de cara al futuro de una sociedad. 

Y entre tema filosófico y tema filosófico, Xenoblade te cuela una espectacular secuencia de acción en la que dos robots gigantes se parten la cara. De verdad, ¿qué más se puede pedir?

Bromas aparte, creo que Xenoblade captura a la perfección la sensación mágica que tenían los JRPG en su edad dorada (depende de a quién le preguntes, pero diría que en la época de Super Nintendo y PS1). Seguro que sabéis a qué me refiero: ese viaje largo e inolvidable, esos personajes que recordamos casi como a unos amigos, esas canciones que vuelves a escuchar y te traen un millón de recuerdos...

En mi caso, me adentré en el universo de Xenoblade con la Definitive Edition del primero y, pese a tratarse de la remasterización de un juego que fue lanzado hace más de diez años, pasó automáticamente a ocupar un puesto entre mis JRPG favoritos. Y puedo decir exactamente lo mismo de Xenoblade Chronicles 3.

Así que si los Final Fantasy de los últimos años os han decepcionado o hace mucho tiempo que no sentís "esa sensación", confiad en mi palabra y jugad a Xenoblade Chronicles. ¡A cualquiera de ellos!

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