Yo siempre fui mucho de SEGA y de sus Virtua Racing, Daytona USA y, sobre todo, SEGA Rally y, la verdad, jamás me llamó la atención la recreativa de Ridge Racer con coche y todo que había en Madrid en aquellos tiempos. Era un lujo de coin-op que me pareció muy difícil de manejar con unos derrapes incomprensibles. Me tiraban más los polígonos de AM#2 & Cía que las carretas de Namco y su System 32 que tan buenos juegos nos dejó en aquella época (¿recuerdan a un tal Tekken?)... Pero ocurrió un acontecimiento inesperado que lo cambió todo.
El caso es que un buen día me llamaron de Nintendo. Tenían una PSX
en la oficina y querían que me acercara a verla. ¡¡Ups!! Cómo debía
ser la máquina para que la compañía de Mario y Yoshi me dejara
disfrutar de la competencia (Sony) en sus oficinas. Me llevaron a
la sala de reuniones en la que tenían un proyector con una pantalla
gigante y... el bicho Ridge Racer empezó a
moverse. ¡¡Uff!!, aquello era bestial. ¡¡Madre mía!! “¡¡Vaya
torta os van a pegar con esta consola!!”, me salió del
alma...
Desde entonces, Ridge Racer es una cita obligada en cualquier consola que juego. Son títulos explosivos, increíblemente divertidos y que desde que se pueden jugar fácilmente en modo multijugador... ¡¡son la repera y no me separo de ellos!! A los cuatro primeros de PSX, el 5 de PS2, el 6 de Xbox 360 y el 7 de PS3, los 2 de PSP y ahora el de Nintendo 3DS que ya es un Ridge Racer de verdad. Pero entre duelo StreetPass y carreras del campeonato, este fin de semana he caído en un detalle que hasta ahora no había advertido. O no había reparado en él: la casualidad de que siempre hay un Ridge Racer cuando lanzan una nueva consola.
Ridge Racer es uno de esos juegos que SIEMPRE se
colocan en la línea de salida de cada nueva consola. Es sabido por
todos que esos primeros juegos que llegan con cada nuevo cacharro
suelen venderse por que sí, ya que la oferta (por géneros)
en ese momento no es muy alta y los paganinis (es decir,
nosotros) nos acabamos comprando casi cualquier cosa. ¡¡Si hasta me
aficioné a jugar con Metal Gear Acid sin tener
ni papa de japonés con el método en ensayo-error cuando salió
PSP en las navidades de 2004 simplemente para jugar con algo!!
Ese don de la oportunidad, Namco lo ha sabido trabajar como nadie
y, si tiramos de memoria, podemos ver un Ridge
Racer siempre al lado de una nueva consola. El primer día.
Sin retraso. Así ocurrió con PSX, PS2, PSP, Xbox 360, PS3 y, ahora,
Nintendo 3DS. ¿Casualidad? Me da que no. Es un modo de negocio que
le ha ido de maravilla a Namco y que justifica seguir haciendo lo
mismo hasta que otros se den cuenta y le copien la estrategia.
Namco, además, tiene muy bien cogidos los tiempos y no sólo en el
lanzamiento. El primer juego para una consola lo saca el primer día
y luego, según le ha ido con las ventas, nos administra una segunda
dosis de recuerdo como si de una vacuna se tratara. Así ha pasado
tras PSX (donde se pasó tres pueblos exprimiendo la vaca cuatro
veces): en PS2 y PSP lanzó uno en el lanzamiento y otro pasado un
tiempecito. En PS3 y Xbox 360 está tardando (aunque se anuncia uno
para 2012) y en Nintendo 3DS cumple con el protocolo en el
lanzamiento.
Namco-Bandai, otrora Namco, sabe administrar los tiempos e ir cambiando lo justito en estos juegos para que no se queme la franquicia. Lo hizo en los tiempos de las vacas gordas por lo que ahora, cuando todo el mundo pliega velas, con más razón. Por si acaso y hasta que salga PSP2 con otro Ridge Racer bajo el brazo, voy a disfrutar del de Nintendo 3DS.
Y a vosotros, ¿os hace Ridge Racer?