Death Stranding: Kojima, siempre un paso por delante

Si algo ha caracterizado a Hideo Kojima, a lo largo de sus 33 años de trayectoria profesional, es la búsqueda constante de la innovación. En cada uno de sus juegos ha buscado sorprender al jugador, incluso en aquellos que partían de una fórmula bien establecida, como era el caso de la saga Metal Gear. A nivel narrativo y estético ha homenajeado, sin ningún disimulo, sus películas favoritas, pero siempre ha aportado “un toque” diferencial en sus obras.  

Los juegos de Kojima son un reflejo de su infancia y de sus años como estudiante, cuando la literatura y el cine eran sus grandes pasiones (un romance que continúa hoy en día). Siempre quiso convertirse en un artista, en un director de cine, pero, como muchos otros japoneses, la presión social le empujó a convertirse en un “salary man”, por lo que comenzó a estudiar económicas… hasta que descubrió la Famicom y se enamoró de los videojuegos.

Aquel nuevo medio podía hacer realidad sus sueños como creador, volcar en ellos su pasión por escribir historias y plasmarlas visualmente como haría un director de cine, deleitando a los usuarios con obras interactivas capaces de aunar la espectacularidad y las herramientas narrativas de la industria del cine con mecánicas sorprendentes y rompedoras.

Death Stranding: un reparto de cine para lo nuevo de Hideo Kojima

Death Stranding, el juego que podremos disfrutar en PS4, promete aplicar esta máxima al extremo, con una mecánica de la que apenas hemos vislumbrado unos pequeños trazos, tráiler tras tráiler.

De momento, y hasta que el juego llegue a las tiendas el próximo 8 de noviembre, vamos a repasar algunas de las innovaciones que ofrecieron sus anteriores creaciones.

Metal Gear

La necesidad es la madre del ingenio. Kojima lo tenía claro cuando en Konami le dieron la oportunidad de diseñar su propio videojuego, tras participar en el desarrollo de Penguin Adventure. En 1986 los shooters bélicos estaban en su mayor auge de popularidad, con recreativas como Commando o Ikari Warriors al frente del fenómeno.

Konami quería lanzar algo similar en MSX2, pero las limitaciones del estándar japonés no permitían el desenfreno de balas a los que estaban habituados los parroquianos de los recreativos. Kojima planteó una alternativa realmente ingeniosa: sustituir la acción pura y dura por el sigilo y la infiltración.

Metal Gear se inspiró en algunas de las películas preferidas de Hideo, como La gran escapada y Los cañones de Navarone, pero también en clásicos como el Castle Wolfenstein creado por Silas Warner en 1981.

Frente a la acción puramente arcade, Metal Gear ofreció una historia y unos personajes absolutamente inolvidables, la búsqueda constante del sigilo y unos enemigos capaces de detectarnos a simple vista. Unos elementos que Kojima potenciaría aún más en la gloriosa secuela de 1990, Metal Gear 2: Solid Snake.

Snatcher

El género de las aventuras gráficas ya era bastante popular en 1988, pero Hideo Kojima logró darle a Snatcher su propio toque personal, a pesar de utilizar elementos muy reconocibles de obras maestras de la Ciencia Ficción como Blade Runner (Gillian Seed era prácticamente un clon de Deckard), Dune (Random Hajile era clavadito a Sting / Feyd Rautha) o Terminator (los snatchers compartían, bajo su piel artificial, la misma fisonomía que los T-800).

Al margen de la trama principal, que incluía detalles alucinantes como la aparición de cáncer de piel en los snatchers, el juego encerraba un lore realmente apabullante, que podíamos consultar desde el terminal del cuartel general de JUNKER.

Metal Gear Solid

La aparición de PlayStation dio alas a la creatividad y la ambición de Hideo Kojima, para firmar uno de los videojuegos más espectaculares de todos los tiempos. Solid Snake, el héroe de las dos anteriores entregas de la saga Metal Gear, regresaba de su retiro para adentrarse en una instalación militar tomada por un comando rebelde de FOXHOUND, liderado por Liquid Snake.

Metal Gear Solid era un auténtico festín de momentos geniales (la huida de la celda usando una botella de ketchup) que incluían no pocos guiños hacia las entregas de MSX2.

Pero si tuviéramos que destacar dos situaciones que dejaron patente, una vez más, la capacidad de Kojima para sorprender a los jugadores rompiendo la cuarta pared, serían el momento en el que debíamos mirar la parte trasera de la caja del juego para encontrar una frecuencia determinada para el CODEC, y sobre todo el duelo con Psycho Mantis, un tipo capaz de leer nuestro pensamiento (más concretamente el contenido de nuestras Memory Card en busca de más juegos de Konami) y de hacer bailar nuestro DualShock sobre la mesa, en una inolvidable demostración de sus poderes telequinéticos.

Metal Gear Solid 2: Sons of Liberty

Solo Hideo Kojima sería capaz de enfrentarse a sus jefes en Konami para hacer realidad un concepto tan demoledor como sustituir al icónico Solid Snake, en mitad de la aventura, por un nuevo personaje: Raiden. Aquello dejó ojipláticos a toda una generación de jugadores, pero apenas es una anécdota comparado a una trama que incluía conceptos absolutamente rompedores en 2001, que hoy en día no pueden ser más cotidianos, como los memes, las fake news y el poder de la información para cambiar el curso de la historia.

Todo ello envuelto en unos gráficos absolutamente magistrales, que dejaron patente el poderío de PlayStation 2. Han pasado 18 años desde el lanzamiento de MGS2: Sons of Liberty, pero el capítulo del carguero sigue siendo una auténtica proeza gráfica.

Boktai: The Sun is in Your Hand

Esta pequeña maravilla no cosechó todo el éxito comercial que merecía, posiblemente porque no se comunicó bien el revolucionario gadget que incluía su cartucho: un sensor fotométrico capaz de detectar la luz solar, con la que podíamos cargar la pistola del protagonista, un cazador de vampiros llamado Django (Kojima, una vez más, dejando patente su amor por el cine).

Además, al introducir nuestra zona horaria al comenzar nuestra primera partida, Boktai calculaba a qué hora salía y se ponía el Sol, variando con ello ciertos elementos de la mecánica, ya que los vampiros no pueden exponerse a la luz solar. Otra idea genial al servicio de un juego memorable.

P.T. / Silent Hills

Aunque Hideo Kojima ya había jugueteado con el concepto del terror en cierto segmento de MGS3 (el fantasmagórico paseo por el río en el que iban apareciendo los fantasmas de todos los seres que habíamos matado hasta el momento, desde soldados enemigos hasta fauna), con P.T. pudo dar rienda suelta a su amor por el cine y el manga de terror.

Esta demo era un aperitivo de lo que iba a ser Silent Hills, una ambiciosa producción que retomaría la popular franquicia de terror de Konami, para la que Kojima reclutó nada menos que a Guillermo del Toro, Norman Reedus y el célebre mangaka Junji Ito. Por desgracia el proyecto se canceló y la demo desapareció de la PS Store, pero aquellos que pudieron probarla pueden dar fe de su pavorosa ambientación, desde la aparición de Lisa a los guiños a Cabeza Borradora, de David Lynch.

Death Stranding

Y llegamos a la última, y más ambiciosa, creación de Hideo Kojima hasta la fecha. El secretismo que envuelve a la trama y la mecánica de Death Stranding es total, pero lo que se ha vislumbrado hasta ahora en los tráilers, y en las crípticas declaraciones de Kojima, es apabullante.

En el juego convergerán los conceptos de vida y muerte, las relaciones humanas y el aislamiento al que nos somete la tecnología. ¿Cómo logrará Sam unir a una civilización rota por la incomunicación? ¿Qué papel desempeñarán los viajes en el tiempo? ¿Quienes son los fantasmagóricos seres que amenazan al protagonista? A partir del 8 de noviembre podréis descubrirlo por vosotros mismos.