Análisis del Logitech G715, un teclado mecánico personalizable

Creo que la review del Logitech G715 se me ha ido de las manos. He tardado mucho en publicarla porque he estado con análisis de otros muchos dispositivos y, la verdad, debería haber llegado antes.

Sin embargo, eso me ha permitido pasar más tiempo con este teclado que se ha convertido en uno de mis favoritos de los últimos años por su diseño, la comodidad, los switches y la función multidispositivo que me permite usarlo en mi Mac y en mi PC, cambiando de ordenador con un solo botón.

Dicho esto, te cuento mi experiencia con este teclado que, pese a ser de los que más me han gustado, puede que no compraría porque el precio de 170 euros no sé si está justificado (y menos el de la web oficial, de 229 eurazos). Y antes de seguir, te dejo una tabla con sus características técnicas principales:

Apartados del análisis del Logitech G715:

• Diseño y switches
• Experiencia trabajando y jugando
• Software adicional
• Conclusión

Recuerda a lo retro y tiene un reposamuñecas... peculiar

Voy a empezar por el diseño, ya que es uno de los puntos más fuertes de este teclado. En la presentación a la que pude asistir, el equipo de Logitech nos contó que esta nueva línea de periféricos de la marca era más inclusiva.

No hablaron de funciones, sino de la paleta de color y, la verdad, qué quieres que te diga, no hay nada más clásico que un teclado en este color. La "inclusividad" viene por el color blanco, los LED pastel y los botones superiores en un tono, de nuevo, pastel.

Puede que también por el reposamuñecas en forma de nube que, la verdad, me parece muy cómodo, aunque con mi setup no pega demasiado. Lo he llevado a una mesa de madera de color más claro y, ahí sí, queda genial. 

Es un reposamuñecas muy simple, ya que no se ancla de ningún modo al teclado (no está imantado como hemos visto en otras ocasiones), pero hace su función perfectamente. Ahora bien, si le hubieran metido un antideslizante en la base, estaría mejor.

La "inclusividad" se queda meramente en lo estético (nada como un diseño que sea, de verdad, inclusivo y ergonómico, como podemos ver en otros teclados como el Dygma Raise), pero bueno, lo cierto es que es bonito y lo vas a poder personalizar.

La tapa superior es de plástico y cuenta con un sistema imantado que te permite cambiar de color entre varios disponibles. Son reemplazos caros y Logitech también vende packs de keycaps para personalizar aún más el teclado, aunque en esta ocasión te recomiendo tirar por opciones más baratas.

Hablando de keycaps, y creo que entrando ya en lo importante de este análisis, tenemos unas teclas de gran calidad. En estos meses que lo he estado usando como mínimo 8 horas al día, las teclas han resistido de una manera excepcional.

No solo no he tenido problemas de "grasilla" incrustada, sino que tampoco he notado que haya teclas que bailen. La barra espaciadora se mantiene firme, la rugosidad de las teclas está como el primer día y la retroiluminación RGB es perfecta.

Claro está, son keycaps fabricadas en PBT y, como digo, me parece uno de los puntos más fuertes del teclado. Es un teclado 80% y, además de tener layout en español (con su 'ñ' y los símbolos bien colocados) tiene una serie de teclas de función que me han parecido muy útiles.

Para empezar, hay una rueda con un tacto gomoso que permite subir y bajar el volumen. Tiene un muy buen tacto y, al lado, tenemos teclas para controlar la reproducción de la música. En el otro extremo está el botón de iluminación, el que amplifica el modo juego y el que nos permite cambiar entre conexión Bluetooth y la de 2,4 GHz.

Si le damos la vuelta podemos ver dos patillas (que permiten poner el teclado a 4 u 8 grados), una serie de almohadillas antideslizantes y un espacio para guardar el pincho USB en caso de no necesitarlo. 

Y en el perímetro tenemos un marco LED RGB que le da un toque interesante al teclado, pero que rara vez vas a ver mientras lo estás usando y que, además, creo que tiene pocas zonas de LED. 

Esto hace que la iluminación en algunos puntos sea irregular, algo que no debería ocurrir teniendo en cuenta el precio, y algo que tampoco me ha gustado es que el botón de encendido y apagado tiene bastante holgura. 

No es algo que reste, evidentemente, pero tenía que comentarlo. En el otro extremo tenemos el puerto USB-C que sirve tanto para cargar el teclado como para jugar por cable. 

Genial tanto para escribir como para jugar, incluso vía inalámbrica

Pero bueno, vamos al corazón de los teclados mecánicos: los switches. Aquí, pese al precio, tenemos unos switches que, de primeras, seguramente no te sonarán. Se trata de los Long Hua, unos switches marrones que están fabricados por Kailh y que son táctiles.

Parece ser que hay tres tipos de switches disponibles para este modelo, pero en nuestro territorio solo podemos acceder a los marrones y a los rojos -lineales-. La verdad es que no tengo queja alguna con el que me mandaron porque los 'brown' son mis favoritos.

Ya te hemos contado todo lo que debes saber de los switches de un teclado mecánico, pero para mi estos son los mejores porque sí, no so tan fáciles de presionar para juegos como unos red o unos yellow, pero son una buena mezcla para jugar y trabajar.

El sonido que hacen es agradable, algo que en este modelo concreto se ve potenciado por los keycaps de doble inyección y ya digo, llevo decenas de miles de palabras escritas desde que tengo el teclado y también un buen puñado de horas acumuladas en juegos y no tengo queja.

No son unos Cherry, tampoco los de Razer o los mecánicos que montan en susMX Keys, pero ciertamente se portan genial y si no eres un obseso de los teclados mecánicos, no vas a notar la diferencia.

Evidentemente, por el precio creo que deberían montarse switches de otra marca, pero esta es solo una opinión personal. Dicho esto, ya digo que para escribir me gustan. Los he estado usando en el Mac y los controles de música son de lo más útiles, pero claro, aquí también estamos para jugar.

No soy un jugador profesional, esto que quede claro, pero sí noto el momento en el que un teclado responde bien, mal o regular. En este sentido, y jugando a juegos como Halo Infinite, Overwatch 2 o Valorant, tengo que decir que, si bien el brown no es la mejor elección para el título de Riot, el comportamiento ha sido perfecto en los tres.

Es Plug&Play, pero puedes personalizarlo con G Hub

Y esto también se aplica a la conectividad, aunque aquí ya depende de para qué lo uses o el equipo. Mi configuración ha sido Bluetooth para el Mac, ya que para escribir, un teclado Bluetooth me parece lo más cómodo y el microlag no afecta en absoluto.

El USB con conexión de 2,4 GHz está en el PC para jugar, pero también tengo un cable USB-A a USB-C del PC al teclado para cuando quiero cargarlo. La batería no me ha parecido demasiado generosa y, de hecho, tengo que cargarlo como mínimo una vez a la semana.

Sin embargo, la buena noticia es que puedes seguir usando el teclado mientras lo cargas, así que no hay ningún problema en conectar el cable en mitad de una partida. De hecho, tengo otro cable USB-C sobre la mesa que da corriente y puedes cargarlo mientras usas el Bluetooth con el Mac.

Es decir, no es un teclado que detecte un cable y diga "ok, pues a funcionar solo con cable". Y para saltar de un equipo a otro (de Bluetooth a 2,4 GHz)... la cosa no es lo intuitiva que debería, pero bueno, funciona.

Conectar con el USB de 2,4 GHz es lo más fácil que hay. Simplemente pinchas el USB en el equipo que quieras y a funcionar. No hay misterio. Sin embargo, siguiendo las instrucciones de conexión por Bluetooth, no era capaz de que el Mac lo reconociera.

El teclado no entraba en el modo de emparejamiento, pero al final, probando varias configuraciones, lo logré. Para saltar de una conexión a otra, simplemente hay que dar un toque en el botón correspondiente para pasar del Bluetooth al 2,4 GHz y... perfecto.

Y el teclado es totalmente funcional en cuanto lo sacas de la caja, pero con la app G Hub puedes configurar algunas cosas como la iluminación del perímetro, la de las teclas o crear macros. El software funciona tanto en PC como Mac, algo que Logitech tiene totalmente dominado.

Buen teclado, aunque creo que el marketing juega en su contra

Llegamos al final del análisis del Logitech G715 y, al final, tenemos un teclado que, ciertamente, me ha gustado utilizar durante todos estos meses. 

Los switches responden genial tanto a la hora de jugar como en el momento de trabajar, la estética me encanta, la retroiluminación de las teclas es buena y la conexión me parece sólida por Bluetooth y 2,4 GHz. Además, que las teclas sean de PBT es genial.

Es un muy buen teclado, pero el problema es... el precio. Creo que el tema de recalcar que es "inclusivo" y todas las opciones de personalización se les ha ido un poco de las manos porque el precio no está en la línea de lo que ofrece el producto base.

Es decir, entiendo que los juegos de keycaps o las placas superiores tengan el precio que tienen, ya que son accesorios que aportan, únicamente, estética, pero el teclado base me parece caro porque la batería podría durar algo más, la iluminación perimetral podría ser mejor y, sobre todo, los switches deberían ser de otra marca.

Actualmente el precio ha bajado bastante en ciertas tiendas, pero el marcado de 229 euros que sigue vigente en la página oficial me parece bastante alto. 

Sin embargo, ya digo que me parece un muy buen teclado mecánico y si te gusta la estética, no te importará pagar ese extra por algo que vas a tener durante años en el escritorio.

Así que, nada, este ha sido mi análisis y, si quieres saber cómo elegir el mejor teclado mecánico para ti, no te pierdas esta guía de mi compañero David Losada.