Las grandes polémicas y problemas del cine en 2020: del coronavirus a las pugnas judiciales

Si hace un año nos hubieran dicho de qué estaríamos hablando al finalizar 2020, lo más probable es que no llegáramos a creérnoslo. Los estrenos de enero y febrero, últimos de la normalidad, nos parece que llegaron a las carteleras en otra vida... como si a partir de marzo hubiéramos transitado por una realidad alternativa distópica, más cercana a la ciencia-ficción que a cualquier posibilidad verosímil.

Pero aquí estamos, finalizando ya el mes de diciembre de este annus horribilis 2020 que merece que repasemos algunas de las más amargas polémicas que han asaltado el mundo audiovisual, sobre todo en su versión de industria del entretenimiento y espectáculo, que es la que se ha visto más afectada por la pandemia de coronavirus que ha obligado primero a diversos cierres de las salas de cine y posteriormente a un especie de "desconexión" de la audiencia, ante la falta de iniciativa de muchas distribuidoras (no todas, por fortuna) y de la carencia de ayudas por parte de las instituciones.

Las plataformas también han sufrido lo suyo, a pesar de haber estado muy bien posicionadas para absorber la atención de su audiencia cautiva. Por una parte ha habido dos que se han ido al garete como es el caso de Quibi y Sky España. Por otra, las estrategias para salir adelante se han tenido que plantear sobre la marcha, con aciertos y desaciertos. La más criticada (el cachondeo en redes sociales ha sido notable), la seguida para el estreno de Mulan, con acceso premium con tres meses de antelación por la desorbitada suma de 22 euros. Parece que Disney+ tiene claro ya que ésta no es la vía y sus próximos estrenos potentes, como Soul, llegarán sin coste adicional.

El otro gran terremoto mediático relacionado con plataformas ha sido el anuncio de que HBO Max llegará a España en 2021 y que muchos estrenos se producirán de forma simultánea en dicha plataforma y salas de cine con el consiguiente rebote de cineastas como Christopher Nolan o Denis Villeneuve que ven peligrar el mundo que aman por encima de todas las cosas. Como muestra, el empecinamiento del primero en estrenar Tenet para reactivar la industria y sus amargas críticas a este posicionamiento y las declaraciones del segundo afirmando que han matado su versión de Dune.

Lo que está claro es que las ventanas de distribución han saltado por los aires en 2020. Hemos tenido estrenos directos en plataformas, estrenos primero en plataformas y posteriormente en salas (como la nueva de Fesser, Historias lamentables), estrenos primero en salas y luego en plataformas (la mayoría de las pelis importantes de Netflix como Mank o Cielo de medianoche) y, sobre todo, cascadas de cancelaciones y retrasos que han hecho que la mayor parte de los blockbusters hayan saltado a 2021 dejándole todo el espacio en las salas a títulos que implicaban un menor riesgo. La nota positiva es que los muy fieles a la experiencia del cine han tenido ocasión de descubrir títulos que de otra manera les habrían pasado desapercibidos, pero por desgracia ha conllevado también un abandono masivo del público que demandaba cine-espectáculo.

A día de hoy, tenemos puestas las esperanzas en el año próximo, sobre todo porque las vacunaciones masivas en Europa, Asia y Estados Unidos, en principio, pronostican un verano muy distinto al último que hemos vivido, pero el futuro de la exhibición está cogido con pinzas. Hasta Almodóvar está escribiendo una distopía en la que no existen ya salas de cine (no sé si esto nos da más miedo o pena).

Ya en un terreno mucho más mundano, hemos tenido sonadas polémicas como el duelo Johnny Depp-Amber Heard, la controversia por la publicidad de ciertas películas como Guapis en Netflix o la derivada de los requisitos de diversidad para confluir a los Oscar. En fin, polémicas de todos los colores, pero que a día de hoy están en un segundo plano teniendo en cuenta la que está cayendo en el sector.

Nosotros, humildemente, os pedimos que no dejéis de ir al cine: que las salas están protegidas y si sois cautos, como en el resto de vuestras tareas cotidianas, es tremendamente difícil contagiarse ahí. Y que le deis oportunidades a un cine diferente.

Es verdad que muchas distribuidoras han sido en exceso conservadoras, estrenando solo producciones de años pasados y aprovechando la oportunidad para asumir pocos riesgos, pero también es cierto que hay buenas oportunidades para disfrutar de películas que merecen nuestro tiempo. Cada semana os hacemos recomendaciones al respecto. Así que no nos enrollamos más y os deseamos un final de año ¡de cine!