He jugado a Splatoon 3: La Cara del Orden, el DLC con el que Nintendo se zambulle en el roguelite

Splatoon 3 salió en septiembre de 2022 en Nintendo Switch y nos dejó una sensación un poco agridulce. Era el Splatoon más pulido, con muchas mejoras que lo colocaban por encima de su predecesor y un modo campaña estupendo, pero con muy pocas novedades.

Splatoon, que cuando debutó en 2015 era un soplo de aire fresco brutal para una Nintendo a la que muchos criticaban que no tuviera nuevas IP, de repente se había quedado estancado. Divertía pero ya no sorprendía.

Por eso es tan agradable admitir que La Cara del Orden, la expansión de pago que sale a finales de este mes, nos ha dejado verdaderamente sorprendidos. No decimos que sea una reinvención de Splatoon, pues es más bien una reforma tremendamente eficiente: con muy pocos cambios en la jugabilidad consigue brindar una experiencia diferente y adictiva al single player de Splatoon.

Splatoon 3, el primer roguelite de Nintendo

El pase de expansión de Splatoon 3 se lanzó el año pasado. Consta de dos partes, vendidas de forma unificada, aunque la primera parte no es muy significativa: se abre la plaza de Cromópolis, la ciudad del primer juego, para los nostálgicos del título de Wii U, pero nada más.

Por eso todos esperábamos a esta segunda parte del pase de expansión, y que ofreciera algo a la altura de la Octoexpansión, el DLC de pago de Splatoon 2 que añadía una nueva campaña aún más larga que la del juego base, accediendo por los túneles del metro.

La Cara del Orden, sin embargo, ofrece algo diferente. Es una experiencia para un solo jugador (no hay nada de multijugador en el DLC) pero con un formato roguelite. El primer roguelite de Nintendo (aunque oficialmente no lo reconozcan como tal).

La historia de la expansión nos lleva a una especie de realidad virtual, un Matrix donde nos encontramos con los personajes habituales del mundo de Splatoon. 

El objetivo es llegar a lo alto de una torre, y cada uno de sus pisos es un nivel. Pero si pierdes, tendrás que reiniciar la escalada a la torre desde el principio: vuelves a la plaza y comienzas a subir de nuevo en una sucesión aleatoria de niveles.

Conviene aclarar, antes de detallar cómo funciona la torre, que los niveles no son como los niveles de la campaña u Octoexpansión, que solían ser niveles de plataformas como si de un Mario 3D se tratara. 

Estos niveles son mucho más cortos y más centrados en la acción: destruir varios portales de donde salen enemigos, defender una zona de hordas de enemigos, empujar una "torre" al final del nivel, derrotar a enemigos escurridizos...

Como podéis deducir, estos niveles son experiencias de los modos multijugador (Pintazonas, Torre, Salmon Run) adaptados al modo single player. No hay niveles de recorrido con varios puntos de control diseñados "a mano", ya que el objetivo es que sean cortos para progresar rápidamente en la torre. Cortos, pero intensos.

Una campaña infinitamente rejugable

Esto puede suponer una decepción si esperabas una nueva campaña más larga y compleja, como ocurrió con el DLC Splatoon 2 o la propia campaña de Splatoon 3 y su "hub" desde el que acceder a niveles. 

Sin embargo, nos parece una decisión acertada: en vez de ofrecer más de lo mismo, Nintendo ha creado un modo de juego diferente que cambia nuestra forma de disfrutarlo, con los códigos propios de los roguelite (muere, repite y cambia estrategia de manera indefinida).

La lógica de este género popularizado por juegos como Dead Cells, Hades o Slay the Spire implica un cambio de mentalidad. Al estar "condenado" a repetir las mismas misiones (o misiones muy parecidas) una y otra vez, aprendes a valorar el camino más que llegar al destino. 

La satisfacción no se consigue por hacer crecer un porcentaje avanzando en línea recta, sino que el deseo de seguir jugando viene al sentir un crecimiento personal: sentir que poco a poco vas aumentando tu dominio del juego y que cada vez llegas más lejos.

Por ello, aunque Nintendo no lo quiera llamar roguelite, La Cara del Orden tiene todos los elementos que encuentras en cualquier otro juego roguelite. Hincapié en "lite", ya que no es un roguelike puro (si lo fuera, sería mucho más áspero).

Nos referimos al equilibrio de riesgo-recompensas y a los dos tipos de progresión, permanente y temporal. Cada vez que subas de piso, podrás elegir tres niveles (o mejor dicho, desafíos o encuentros) diferentes, escogidos de forma aleatoria. 

Pueden ser de cuatro tipos de dificultad (de Fácil a Dificilísimo) y con recompensas diferentes cada uno: un chip que mejora algunos de los atributos de tu personaje o sus armas.

Ahí entra la estrategia: los niveles más difíciles otorgan recompensas mejores, pero quizás te interese hacer el nivel fácil, ya que su recompensa específica te viene mejor para tu "build": el arma que llevas y las estadísticas que quieras centrarte en mejorar (movilidad para escabullirse rápido de los enemigos, daño, defensa...). Y, creednos, es posible cambiar enormemente la experiencia según las mejoras que elijas.

Esos chips de mejora, así como otros potenciadores que puedes comprar con una moneda, se pierden al morir y finalizar tu "run". Tu puntuación, sin embargo, se convierte en perlas que puedes usar luego para comprar mejoras permanentes.

Otra forma de gastar perlas es retomando tu partida en el piso en que moriste, lo que suaviza aún más lo "rogue" de roguelite... aunque es bastante caro, y creemos que merece más la pena invertir en mejoras permanentes que te hagan más fuerte en tus próximas runs.

El modo que Splatoon necesitaba

El resultado de todo esto es que te hace ser mucho más consciente de todos los engranajes del juego. Aunque al principio es un poco abrumador recibir tanta información, y el tutorial es un poco lento, cuando La Cara del Orden empieza de verdad se convierte en una experiencia muy ágil y que capta mucho más tu atención que las anteriores campañas de Splatoon. 

Te vas a implicar mucho más que si simplemente fuera una sucesión lineal de niveles, que podían ser entretenidos, pero que no suponían demasiado esfuerzo, y una vez te los acabas, ya no vuelves. 

Si esto se transforma luego en más horas de juego, no lo sabemos: no nos dijeron cuál es la duración estimada del juego, ni siquiera cuántos pisos hay (este avance estaba limitada al piso 25, pero lo máximo que llegamos en las dos horas que jugamos fue al piso 16, y sudando).

El 22 de febrero, los jugadores de Splatoon 3 en Nintendo Switch que quieran retar su habilidad, no se pueden perder La Cara del Orden, un modo únicamente para un solo jugador, con historia, personajes nuevos y viejos y jefes...

... pero con el que también podrás picarte y seguir jugando hasta el infinito: siempre hay una puntuación que mejorar, una nueva estrategia que tomar y un punto de aleatoriedad que lo hace impredecible y adictivo.