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Iron Man: El Demonio en una botella - review del cómic clásico

Jesús Delgado

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El Demonio en una botella es como se conoce a un arco argumental clave de Iron Man. En él, El Vengador Dorado hubo de enfrentarse a uno de sus más duros adversarios: el alcoholismo. En la siguiente review repasamos la intensa etapa clásica del personaje a cargo de David Micheline, John Romita Jr., Carmine Infantino y Bob Layton.

Aprovechando la reedición que Panini ha hecho recientemente de él, vamos a analizar El Demonio en una botella, una de las sagas clásicas más importantes de Marvel Comics y del propio Iron Man. Tanto es así que incluso Iron Man 2, de aquella manera, se basó en los presupuestos de esta saga para desarrollar la espiral de autodestrucción protagonizada por Tony Stark durante la película. De hecho, si os acordáis, veréis que la historia final de esta trama se recogió en la antología de 75 Aniversario de Marvel, dedicada a la etapa editorial hasta 1983. 

Iron Man_El Demonio en una botella

 

El demonio en una botella recoge el material publicado en 1979, de marzo a noviembre, comprendiendo los números 120 a 128 de la tirada original de The Invincible Iron Man. En él se explora uno de los momentos más peliagudos de Stark durante sus primeros años como superhéroe y también el punto de inflexión en su carrera.

Por un lado, se nos presenta el intento de SHIELD de tomar Industrias Stark, mediante la adquisición de las acciones de las compañías, una jugada orquestada por el propio Nick Furia. Por otro, tenemos la presentación de Justin Hammer, un siniestro millonario que está decidido a acabar con Stark, desprestigiando a Iron Man, quien por entonces se tenía como su guardaespaldas y no como su alter ego. Además, en medio de estos dos ataques tendremos al propio Stark, quien cada vez más y más irá sucumbiendo al adictivo canto de sirena de la botella. 

Desde el fondo de la botella al olimpo de los héroes 

1979 fue un año cuanto menos importante para no pocas colecciones de superhéroes. Como ya pudimos ver en la reseña de Daredevil de Frank Miller, fue ese mismo año en el que el Hombre Sin Miedo renació de sus cenizas. No fue el único. Iron Man también lo hizo y de una manera bastante espectacular y asentando, además, asentando uno de los pilares de la mitología del personaje: sus problemas con el alcohol. 

En 1977, como os decíamos, pintaba muy mal para Iron Man. La serie amenazaba con pasar publicarse cada dos meses, síntoma de su mala salud y de la posible cancelación en poco menos de un año. Sin embargo, en pleno auge de la etapa de Jim Shooter como editor, Iron Man cayó en manos de un equipo casi providencial: David Micheline y Bob Layton. El tándem comenzó a pergeñar nuevas historias que pronto se verían ilustradas por John Romita Jr. (Kick-Ass), quien por entonces comenzaba a dar sus primeros pasos en el mundo del cómic. 

El Demonio en una botella_Iron Man

 

El resultado no pudo ser más espectacular para la colección. En 1979, Iron Man no solo remontó en cuanto a ventas se refiere, sino que la crítica alabó el cambio. Sobre todo porque la serie comenzó a operar cambios tremendamente positivos. Tony Stark se humanizó enormemente, mostrando su debilidad ante el alcohol; se introdujo un personaje femenino que era inmune a los encantos del playboy y que llegaba a manejarle con holgura; y también estableció a James Rhodes en el Universo Marvel. Recordemos que Rhodes sería posteriormente Iron Man, antes de consagrarse como el superhéroe conocido como Máquina de Guerra

Por otro lado, también el planteamiento de la historia sería novedoso y sentaría una base para el discurso de lo que serían la mayor parte de las historias de Iron Man en lo sucesivo, y que incluso dominarían el tono de sus adaptaciones cinematográficas. Esto es, Iron Man ya no sería solo un superhéroe luchando contra seres imposibles venidos del espacio o conjurados por El Mandarín. Sus peores enemigos serían mercenarios, espías y asesinos. Sus tramas tendrían un tono descaradamente jamesbondnesco, orientándose hacia los relatos de espías y de intrigas industriales. 

Hemos de decir que aprovechando este etapa, el equipo formado por Micheline, Layton y Romita también coquetearon también con el origen del personaje, presentando una historia de retcon (actualización de origen), la cual dibujó el siempre genial Carmine Infantino, responsable del nacimiento de Flash como Barry Allen en 1956. Esta historia, titulada "Viaje", es simplemente una joyita de la Edad de Bronce del cómic. 

¿La etapa que definió a Tony Stark?

El diablo en una botella tiene muchos motivos para ser una de las mejores historias de Marvel. Aunque no es novedad que el alcoholismo o las drogas se trataran en los cómics (a mediados de la década Green Arrow y Green Lantern ya trataron a cuestión en su común serie crossover), el cómo los responsables de la historia lo presentaron en esta trama fue novedoso, arriesgado y bastante duro. Tened en cuenta que no se pensaba en un lector adulto, per se, sino en un público joven. De ahí que sin frivolizar sobre la cuestión de la adicción de Tony Stark, se evitasen los detalles más escabrosos de de esta. Ahora bien, que no se regodeen en la degeneración del personaje no significa que por ello el discurso fuera menos serio.

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De hecho, tan traumática sería esta experiencia para Iron Man, que su alcoholismo galopante pasaría a ser parte de sus mitos, como un axioma en el que fundamentaría muchas de sus debilidades posteriores. Tal y como demostró más recientemente Miedo Encarnado o Superior Iron Man

Ahora bien, no os penséis que El Demonio en una botella es una historia sobre "Iron Man beodo" o una profética revelación sobre lo que iba a pasar Robert DowneyJr. (actor que encarna al héroe en las películas), antes de su rehabilitación. Realmente El Demonio en una botella es la historia culminante del arco argumental, no el eje central. Pero debido a su peso y a ese tono conclusivo, se ha adoptado su título como nombre para toda la saga.

Paralalemante, el guión es claro, diáfano y muy directo. Micheline va a donde tiene que ir, sin dar demasiadas vueltas a la trama, reteniendo las sorpresas justas para que disfrutemos con su lectura, pero sin dar por hecho todo. Además, el cómic cuenta con un planteamiento netamente de finales de los 70 y atiende a concepciones estéticas del momento. De hecho, John Romita Jr. por entonces es un claro exponente del Marvel clásico. Su dibujo en esa etapa es muy diferente del actual (median casi 40 años, amigos). Y se nota que aún intentaba emular a la escuela Marvel del momento. Eso implica que las composiciones cuadros, los rostros y las expresiones se ciñan a cánones estéticos de su época. En este aspecto, el amante del cómic clásico quedará encantado. De hecho, el dibujo de Romita y las tintas de Layton son de los mejores trabajos a nivel visual de Marvel en la edadde Bronce. 

Si os queréis hacer un favor y haceros con uno de los mejores tomos reeditados de Marvel, os decimos que actualmente es bastante fácil el adquirir Iron Man: El Demonio en una botella. Este tomo de 15,50 euros resulta bastante sencillo de encontrar en tiendas online, grandes superficies y librerías especializadas. 

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