¿Somos demasiado sensibles o las películas y series son cada vez más bestias?

Esta semana nos paramos a pensar en el tono de las series y películas que están generando más debate en redes sociales. 

A menudo, las quejas van a acompañadas de una paradógica fascinación respecto a los temas que se tratan en dichos contenidos audiovisuales. Es decir, que levantan mucha polémica pero también un gran interés en la audiencia. 

En Netflix sin ir más lejos tenemos el caso de Monstruo: la historia de Jeffrey Dahmer, que se ha posicionado en el número uno de la plataforma y, además, ha venido acompañada de una serie documental llamada Conversaciones con asesinos: Las cintas de Jeffrey Dahmer.

Las ficciones basadas en hechos reales son las que más a menudo levantan ampollas. Algo similar ha sucedido con Blonde, la película basada en la novela ficcionada de Norma Jean Baker (Marilyn Monroe) en la que se recogen algunos de los momentos más turbios de la vida de la actriz.

Pero no quedan atrás tampoco series completamente ficticias como La casa del dragón que en su episodio 1x07 mostraba una secuencia de excepcional violencia entre niños que se salda con una consecuencia brutal para uno de ellos... 

Hubo un tiempo en el que la explotación sexual, el canibalismo y la extrema violencia solo podrían haberse consumido como ocio en un restringido circuito comercial, pero las plataformas digitales diversifican para llegar a todos los públicos y, aunque suelen "avisar" del tipo de contenido que van a servir, todavía hay quien se sorprende de lo destrozado que te puede dejar determinado visionado.

Se entiende que los creadores buscan una respuesta de rechazo en los espectadores, pero quizás no sea necesario hacerlo todo tan explícito...

¿Tenemos la sensibilidad a flor de piel o por el contrario nos están anestesiando contra el dolor ajeno? ¡Os esperamos en los comentarios para conocer vuestra opinión!