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Análisis de Crow Country, gran survival horror con una vuelta radical a los clásicos

Crow Country

Una de las aventuras de terror más interesantes del momento es, en realidad, un humilde homenaje a los primeros pasos del survival horror. Conoce el mundo de Crow Country.

Seguro que a muchos de vosotros os marcaron los primeros survival horror que probasteis en la generación de PS1. A los que ahora son desarrolladores de videojuegos también. Tal es el caso de SFB Games, un pequeño estudio formado por dos hermanos, que han creado el sorprendente Crow Country para PS5, Xbox Series X|S y PC.

Este juego es una aventura de terror con todos los ingredientes del estilo clásico, desde Resident Evil hasta Silent Hill, mezclados con algunas gotitas de experimentación y mucho amor por los orígenes del género. Recuperad los VHS de El Príncipe de Bel-Air, que vamos de vuelta a los años 90.

El análisis de Crow Country en Hobby Consolas:

Jugabilidad y gameplay de Crow Country

El desarrollo recuerda inmediatamente al de esos clásicos de 32 bits. Estamos en 1990. Controlando a la investigadora Mara Forest, viajamos a un parque de atracciones abandonado hace dos años para dar con su millonario propietario, que ha desaparecido. Una vez allí, descubre que hay seres inhumanos entre las atracciones. ¿Qué ha generado este caos en el parque?

El control de Mara es muy sencillo: con el stick derecho la desplazamos, con un gatillo apuntamos, con un botón disparamos y con otro recargamos. También usamos un gatillo para correr. Más adelante, podemos llevar a cabo más tareas, como encender o apagar una linterna o lanzar granadas, pero el control es fácil e intuitivo, especialmente si vivisteis aquella época.

En cualquier caso, se han incorporado tres comodidades "modernas": la primera es que podemos rotar la cámara (la mayoría de los juegos de la época usaban cámaras fijas con fondos pre-renderizados) para explorar con más detalle; la segunda, es que podemos activar la dificultad narrativa, para que no haya enfrentamiento alguno, solo exploración y puzzles.

Por último, podemos optar por un control más moderno que se aleje del estilo "tanque" de entonces, aunque es verdad que cualquiera de los dos modos se mueve con bastante comodidad.

En cualquier caso, el juego quiere sentirse como un survival horror de pura cepa: hemos de explorar montones de habitaciones, encontrar mapas que nos muestren las zonas visitas, resolver puzzles basados en manivelas, llaves y acertijos, buscar objetos que desbloqueen nuevas rutas...

La interfaz está clarísimamente inspirada en Resident Evil, con un cardiograma mostrando nuestro estado de salud, y la gestión de los objetos es rápida y sencilla. Adam, el desarrollador principal, ha manifestado que quería que los puzzles fueran un desafío pero que no atascaran demasiado y siempre hubiera algo por hacer.

Por supuesto, también hay tiroteos, pero enfrentarnos a los enemigos es completamente opcional. Podemos ser hábiles y despistarlos para pasar a la siguiente sala, aunque quitarlos de enmedio facilita la vida. Un detalle interesante es que les hacemos más daño si estamos cerca de ellos, lo que juega con el equilibrio riesgo-recompensa al atacar. 

Hay que tenerlo en cuenta, porque la munición escasea, como es tradicional, si bien el juego se "preocupa" de que siempre tengas un mínimo de balas por si, por ejemplo, has de resolver algún puzzle basado en disparar, que los hay.

Además de la pistola por defecto, podemos conseguir una escopeta o una mágnum, pero hay que currárselo para dar con ellas. 

El juego, por otro lado, nos va mostrando notas de los antiguos empleados del parque, con claves sobre lo que hacer para avanzar, pero también páginas de una revista de videojuegos con "trucos" para explorar o atacar mejor.

Crow Country

La aparición de los monstruos es cambiante en muchas ocasiones: cuanto más avancemos, más bichos (y más peligrosos) poblarán una misma sala y, además, puede haber trampas como frascos envenenados o cepos. 

Hay que tener los ojos abiertos al explorar, tanto para evitar las trampas como para dar con munición, botiquines y antídotos, pues hay bastantes desperdigados.

¿Es difícil Crow Country?

Lógicamente, si optamos por el modo narrativo la dificultad baja bastante, pero incluso en el modo por defecto, el juego mantiene un equilibrio bien medido. Hay momentos complicados, sí, pero suelen ser los centrados en los puzzles. Con alguno nos hemos quedado atascados un buen rato, pero todos responden a la lógica. Es solo un problema de observar con la mente despejada.

Es cierto que, en ese sentido, echamos en falta un listado con el objetivo o los objetivos actuales en el menú de pausa, pues a veces podemos tener tantos "melones abiertos" que olvidemos bien qué se espera de nosotros. Aún así, podemos visitar las salas seguras del parque para guardar la partida y consultar los mensajes que hayamos leído, para refrescar la memoria.

Crow Country

Por tanto, sí, supone un desafío al estilo de la vieja escuela, pero está bien pulido con comodidades modernas y las pistas necesarias, de tal forma que no llega a frustrar. Al contrario, más bien parece que nos sentimos "como en casa".

¿Cuántas horas dura Crow Country?

Ya hemos comentado en otros análisis, como el de Alisa, que estos juegos creados por equipos pequeños suelen ser cortos. En este caso, quizá lo sea incluso de más, pues se puede superar en unas cinco horas si no os atascáis demasiado con los puzzles.

Lógicamente, el precio también está acorde a las circunstancias. Al costar 20 euros (solo está disponible en digital) es apetecible y, de hecho, habrá una buena parte de los usuarios que verán esa duración de cinco horas como una virtud, en estos tiempos en los que apenas da tiempo a pasarse un juego AAA.

Cuando "pilotas" del género, se nota

Crow Country es un juego sincero y directo: sus creadores adoran la etapa clásica del survival horror (Adam tiene, de hecho, una envidiable colección de juegos poco conocidos del género) y se nota que tienen asimilados sus pormenores y dinámicas.

Además, su apuesta gráfica sabe homenajear con mucho mimo el arranque de los gráficos de 32 bits a la vez que le da su propio toque. El look es muy extremo desde el menú principal: resolución muy baja a propósito, múltiples filtros para "envejecer" la imagen (no se pueden desconectar, a diferencia de otros juegos), cajas de texto enormes para los diálogos...

El resultado es una curiosa mezcla de fondos muy detallados y personajes extremadamente simples (casi nos recuerdan a clásicos como Little Big Adventure o el propio Final Fantasy VII), lo que lleva a que sí, haya un pelín de terror y mal rollo, pero sobre todo nos invada una agradable nostalgia al recordar cómo eso nos podría haber dado canguelo 30 años atrás.

El apartado sonoro huye por completo de los diálogos digitalizados y nos proporciona efectos sencillos, con alguna pequeña distorsión intencional, y melodías que buscan inquietar o dar algo de ambiente. La mayoría son muy buenas, aunque algunas salas tienen un diseño de sonido que puede volverse pesado si tardáis un poco en resolver su puzzle.

Crow Country

Pocas pecas más podemos poner (quizá, que el frame rate da un pequeño tirón al comenzar a rotar la cámara) a un juego que hace de la necesidad virtud. A veces, solo necesitamos esto: un desarrollo simple, pero bien estructurado, con textos (en castellano) que den las dosis justas de misterio y hasta algo de humor y puzzles que nos hagan centrifugar el coco, pero haciéndonos sentir bien.

Crow Country es, en definitiva, uno de los mejores exponentes actuales de ese "neo retro" que tanto se lleva: labores de amor y nostalgia de unos creadores hacia las aventuras que los marcaron décadas atrás. Quién sabe, quizá ahora sus obras hagan lo propio con una nueva generación de jugadores.

VALORACIÓN:

Una estupenda carta de amor a los orígenes del survival horror en 32 bits. Puzzles bien planteados y nostalgia con algo de humor y terror hacen de esta una experiencia corta, pero muy satisfactoria, sobre todo para los veteranos del género.

LO MEJOR:

Lo bien que trae de vuelta el concepto clásico del survival, a la vez que lo moderniza. Su atrevimiento estético.

LO PEOR:

Pequeños defectillos técnicos. Echamos un falta un menú de misiones u objetivos.

Versión comentada: PS5

Hobby

84

Muy bueno

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