Análisis Pillars of Eternity II: Deadfire para PS4 y Xbox One - camarero, ¡hay un RPG en mi tiempo de carga!

Pillars of Eternity II: Deadfire desembarca en PS4 y Xbox One, y nunca mejor dicho dada su temática marinera, ofreciendo una más que meritoria adaptación del RPG de Obsidian Entertainment en las consolas actuales (en Nintendo Switch se lanzará más adelante).

Se trata de la secuela directa de Pillars of Eternity, el éxito de Kickstarter que se materializó en 2015 en PC, y que llegó a consolas en 2017 en una edición completa. Pillars of Eternity 2 continuó la historia del protagonista del primer juego, y se lanzó en PC en 2018. Ahora, llega a PS4 y Xbox pero tranquilos... que no es necesario haber jugado al original para disfrutar de esta secuela.

Estos son los mandos para PS4 más vendidos en Amazon

Como vamos a ver en este análisis de Pillars of Eternity II Deadfire para PS4 y Xbox One, el juego nos pone en la piel de El Observador, un ser con la capacidad de comunicarse con las almas de los recientemente fallecidos, para ayudarles a encontrar su camino hacia el más allá. Este Observador terminaba el primer juego volviendo convertido en rey a su castillo.

La secuela comienza haciendo un breve repaso sobre la vida y milagros del héroe para ponernos en situación (un reinado tranquilo, sin sobresaltos...), para acto seguido, ver como un dios renegado se escapa, y le mata. Es una forma de forzar algo tan habitual en el género como que pasemos por el completísimo editor de personajes y creemos al héroe como nos plazca: clase, raza, apariencia, especializaciones, asignar puntos...

Tras crearlo y pactar en el limbo nuestro regreso al mundo de los mortales para detener al mencionado dios renegado, nos embarcaremos en una larga aventura que, poco o nada tiene que envidiar a las aventuras roleras de libro y de tablero. Su universo está genialmente construido, tanto desde el punto de vista de la narrativa como del guión (con los textos traducidos al castellano, que son de gran calidad y con una prosa soberbia y cuidada), a la que acompañan unos gráficos más que notables y ricos en detalle.

Buena parte de la aventura gira en torno a explorar un archipiélago a bordo de nuestro barco, el cual primero debemos reparar y aprovisionar, lo que implica también escaramuzas con piratas y otros navíos, pero nunca sin llegar a alcanzar la profundidad, por ejemplo de Assassin's Creed Black Flag.

Su universo destila unos matices bastante adultos, con decisiones morales que nos habrá plantearnos escenarios de todo tipo, aunque nunca serán decisiones totalmente "buenas" o "malas", y siempre se moverán en una escala de grises que lo hacen, además, muy rejugable. De hecho, al comenzar a jugar, podremos importar nuestra partida del primero, y si no lo jugamos, elegir algunas decisiones que marcarán algunas relaciones y hechos futuros en la aventura.

A la hora de jugar, aunque el grueso de Pillars of Eternity II adopta las formas de un RPG con vista isométrica, en el que podemos acercar y alejar la cámara o escondernos en la hierba alta y actuar de forma sigilosa entre otras muchas cosas, algunos pasajes se resuelven tomando decisiones en las páginas de un libro. El éxito o fracaso en estas acciones marcará que la historia avance por unos derroteros u otros.

Los mejores juegos de rol y RPG de 2019 para PS4, Nintendo Switch, Xbox One y PC

Tampoco falta un mapa, por el que nos movemos para acceder de una zona a otra, y donde tienen lugar también pequeñas escaramuzas mientras avanzamos. Estos combates son bastante tácticos y, salvo que te enfrentes a murciélagos o ratas, lo más fácil es que tengas que pensar bien cada acción... o hasta el combate más sencillo puede suponer tu muerte, incluso en el nivel fácil de dificultad (hay un modo historia que hace que los combates sean "un paseo").

Como podéis ver, se trata de un RPG puro y duro, con miles de opciones de personalización (el equipo es muy abundante, como son las posibilidades de especializarnos en distintas habilidades o estilos de combate), muy en la línea de Baldur's Gate Enhanced Edition Pack, aunque con sus propias reglas (no son las de Dungeons & Dragons), en los que podemos optar por un sistema de combate por turnos, o uno más propio de acción, en el que podemos pausar para reasignar acciones y ataques a los personajes.

Eso sí: prepárate para bucear en decenas de tutoriales que explican todas y cada una de las mecánicas del juego. Son completamente opcionales (si no pulsas el panel táctil del Dualshock 4 ni abrirás los tutoriales cuando la alerta aparezca en pantalla), pero si quieres dominar el juego son más que recomendables. Si llegas de nuevas al juego, si haber probado la versión de PC, no deberías perderte ninguno, dado que el juego es mucho más profundo de lo que pudiera parecer a primera vista.

Añade que tampoco es un juego fácil, ni siquiera en el nivel más bajo de dificultad, en el que puedes morir fácilmente en la primera emboscada nocturna (pillando tú por sorpresa), si no dominas los rudimentos del juego. Por suerte, en modo fácil se puede avanzar, y cuenta con un modo "historia" que rebaja aún más la dificultad. 

En total, completar la aventura principal de Pillars of Eternity 2, puede dar para 40 horas, y el doble si vas a por todo lo opcional. Añade sucesivas partidas con otras razas, clases y decisiones, y el resultado es un título muy rejugable, sobre todo si eres un fanático del rol. 

Como venimos diciendo, todo esto deja un port que en sí mismo es bastante bueno, y que destaca por condensar y adaptar todas las mecánicas del ratón y teclado en versión de PC al mando de la consola. Pero, en su estado actual, tiene una enorme tara, que en nuestra opinión, afea enormemente el resultado final. Nos referimos a esta que podéis ver debajo de estas líneas

Efectivamente, los tiempos de carga de Pillars of Eternity 2 son muy, muy, muy, muy largos. Y no sólo eso: frecuentes y abundantes. Entra en una casa: tiempo de carga. Sal de la casa: tiempo de carga. Avanza unos metros y cambia de área: tiempo de carga. Cada tiempo puede oscilar entre los 45 segundos y el minuto y 15 segundos, aproximadamente... Es decir, si entras en una casa por error y sales, y acto seguido te vas a otra área, en 4 minutos de tiempo de juego, 3 pueden ser fácilmente tiempos de carga.

Del mismo modo, hay ocasiones en las que el interfaz del juego no va todo lo ágil que debiera... como si le costara cargar las texturas del modelo del personaje o cargar los datos al comparar dos ítems del inventario para ver qué arma o protección nos supone una mejora superior. Esto último es hasta más "perdonable", pero los de los tiempos de carga realmente acaba afectando al juego.

Y es una pena, porque salvo por este detalle, en nuestra opinión Pillars of Eternity 2 para PS4 y Xbox One es un excepcional juego de rol, que se suma a otras grandes joyas del género que han pasado por PS4 como Divinity 2: Original Sin o Dragon Quest XI Ecos de un Pasado Perdido. Pero, sin duda, a falta de un parche que corrija este grave problema, hoy por hoy, es una experiencia que está lejos de dar su mejor cara. Y es una pena, porque la materia prima es EX-CE-LEN-TE. De momento, con el último parche, el 1.02, la cosa no ha mejorado...