Análisis de Tales of Symphonia Remastered, un regreso que acusa sus 20 años de edad

Parece que recuperar clásicos de GameCube está de moda, después del pelotazo que ha supuesto Metroid Prime Remaster. Ahora es el turno de Tales of Symphonia Remastered, el regreso de un magnífico juego de rol que llegó al cube de Nintendo hace exactamente 20 años (si bien su estreno en Europa tuvo lugar en 2004).

Para celebrar el aniversario, Bandai Namco lanza una versión remasterizada con los cambios imprescindibles para llegar a la generación de PS4 y Xbox One (no hay versión propia de PS5 o Xbox Series X, aunque el juego se puede ejecutar en ellas) e incluso se ha perdido algo de calidad por el camino, como ahora veremos.

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La historia nos pone en la piel de Lloyd, un joven espadachín que decide acompañar a su gran amiga Colette en su viaje para asumir su papel como la Elegida, la encargada de ayudar a la Diosa a regenerar el mundo. Junto a otros aliados como Genis o Kratos (también es un tipo duro, pero no tiene que ver con el espartano), emprenderán un periplo de descubrimiento, humor, drama y aventura.

El análisis de Tales of Symphonia Remastered de Hobby Consolas:

• El gameplay de Tales of Symphonia Remastered
• Nivel de dificultad de Tales of Symphonia Remastered
• ¿Cuántas horas dura Tales of Symphonia Remastered?
• ¿Cuánto cuesta Tales of Symphonia Remastered y dónde puedes jugarlo?
• La opinión de Hobby Consolas de Tales of Symphonia Remastered
• Nota: Lo mejor y lo peor de Tales of Symphonia Remastered

Jugabilidad y gameplay de Tales of Symphonia Remastered

Este juego retomó las ideas de los "Tales" previos a él, pero refinó la fórmula de una forma que serviría como referencia para las entregas futuras. A grandes rasgos, es un JRPG tradicional, pero tiene sus señas de identidad. 

En las partes de exploración, movemos a nuestro personaje (por defecto, a Lloyd, pero podemos asignar a otro sin que afecte al rendimiento) por las ciudades, bosques y mazmorras, mientras abrimos cofres, pulsamos interruptores y decidimos qué hacer con los monstruos del camino: enfrentarnos a ellos o esquivarlos.

Si decidimos entrar en combate, la pantalla cambia a una vista lateral y cercana para que ataquemos en tiempo real con nuestro personaje principal, mientras que el resto de aliados ejecutan sus movimientos automáticamente. Como es de esperar, podemos asignarles una táctica general (defensiva, magia desde lejos, ataque cercano, etc.) o hacerlos ejecutar movimientos concretos.

Mientras lanzamos golpes, todo se mueve en tiempo real, pero para asignar comandos o usar un ítem la pantalla se queda en pausa. Nuestro personaje puede lanzar golpes normales, cubrirse o saltar para, por ejemplo, atacar al rival por la espalda. 

A medida que progresamos, descubrimos nuevos ataques especiales que podemos asignar a los gatillos del mando, por ejemplo. Estos nuevos movimientos se "descubren" en pleno combate, por lo que el personaje lo ejecuta una vez "de propina", pero luego tendremos que aisgnarlo a mano a uno de nuestros botones.

Como decíamos, nuestro personaje por defecto es Lloyd, pero podemos decidir que él se mueva solo y controlar a otro. En realidad, como en los combates tenemos hasta 4 personajes, podemos incluso decidir que todos se controlen a mano, lo que permite que participen hasta cuatro jugadores simultáneamente. Eso sí, solo en los combates...

En los combates, además, ganamos puntos de grado, que luego podemos usar para canjearlos por Gemas EX que nos den alguna habilidad extra para un solo personaje. 

Por último, tenemos la cocina, una de las señas de identidad del juego: si previamente conseguimos ingredientes (pan, huevo, arroz, etc.) y si conocemos la receta, al terminar un combate podemos cocinar automáticamente para que los personajes recuperen algo de salud o adquieran otras ventajas.

Para descubrir las recetas, hemos de encontrar al "capitán cocinillas" que se esconde por las ciudades, disfrazado de los objetos más estrambóticos.

Al margen de los combates y la exploración, hemos de dialogar con los personajes que encontremos para hacer que la acción principal progrese, pero también para conseguir otras mejoras como ítems o los llamados títulos. 

También hay momentos en los que podemos iniciar una conversación especial con nuestros compañeros (algo característico de esta franquicia) lo cual también nos puede dar pistas o hacer ganar títulos. Podemos asignar un título a cada personaje ("Mercenario", "Mejor Hermana", etc.), lo cual afecta a sus estadísticas de ataque, inteligencia o defensa, por ejemplo.

Al margen de todo esto, el desarrollo nos sorprende de vez en cuando con minijuegos de todo tipo, como tests de conocimientos sobre lo aprendido en el juego o diferentes pruebas de habilidad. En ese sentido, la aventura es de lo más simpática.

Si salimos de pueblos o mazmorras, entramos al mapa general de Sylvarant, el mundo del juego. Desde ahí, podemos explorar para llegar a asentamientos, caminos nuevos o más ciudades, pero los enemigos están por doquier y nos atacarán a las primeras de cambio. 

En estas zonas, la cámara tiene la molesta costumbre de recolocarse para impedirnos ver bien, aunque podemos rectificar su posición a mano. Además, en ciertos puntos hay una roca que nos permite activar el "modo larga distancia" para ese área. Así, podemos montar en nuestro perro Noishe para ir más rápido por el mapa.

Algo que puede desesperar bastante (y con razón) a los no acostumbrados al rol "old school" es la escasez de puntos de salvado. Solo aparecen en las ciudades y algunos puntos de descanso del mapeado, pero es recomendable incluso dar algo de rodeo para llegar a ellos.

Decimos esto porque no hay autoguardado ni checkpoints, así que, si morís en un combate, volveréis a la última partida guardada, que pudo haber tenido lugar 10 minutos atrás o puede que una hora antes... Hay que ser muy disciplinados y guardar siempre que se pueda, porque nunca se sabe cuándo puede venir el siguiente desafío de dificultad estratosférica.

¿Es difícil Tales of Symphonia Remastered?

En realidad, el juego en sí no es demasiado complicado, pues la mayoría de los combates se resolverán con comodidad gracias a las habilidades automáticas de los compañeros. Es importante, eso sí, asignarles las estrategias más efectivas a cada situación.

Lo que sucede es que los jefes finales suelen tener una curva de dificultad muy loca en comparación con el resto de desafíos. 

Además, estos duelos suelen llegar sin previo aviso y en ningún caso sabemos la salud que tienen (solo podemos saberlo gastando un ítem especial, como suele pasar con los Final Fantasy), por lo que algunas de estas luchas pueden ser algo desquiciantes. Si morimos después de mucho tiempo sin salvar... pueden darte ganas de tirar el mando por la ventana.

Como decíamos, en realidad esto era muy común en los JRPGS de vieja escuela y se resuelve con dos rutinas: salvando muy a menudo y farmeando, farmeando mogollón a base de combatir sin parar en las zonas abiertas para subir de nivel y ganar dinero e ítems.

Al margen de esto, tenemos dos niveles de dificultad, Normal y Difícil, pero incluso el Normal os pondrá en estos aprietos de vez en cuando. Paciencia y constancia, consolegas.

A la hora de explorar, también es muy importante estar atentos a todas las conversaciones para saber bien cuál es nuestro siguiente destino, porque el juego no nos lo indica de forma clara en el mapa. Tenemos un apartado en la pausa llamado Sinopsis que nos suele dar pistas sobre lo que hacer, pero estar atentos ayuda mucho.

¿Cuántas horas dura Tales of Symphonia Remastered?

Que os quede claro: este es un juego muuuuy largo, más incluso que la media de los juegos de rol japoneses. Yendo muy, muy al grano, la aventura se podría superar en unas 50 horas, pero lo más probable es que os lleve cerca de 80, a poco que os lancéis a por algún desafío secundario.

El 100% del juego es casi inabarcable y os puede llevar cerca de 200 horas, sin tener en cuenta el tiempo que añadáis si alguna vez llegáis al temido Game Over y haya que cargar partidas.

Esta duración se debe en buena medida a los numerosos diálogos, pero es que aparte hay montones de mazmorras, entornos y puzzles que visitar. Vamos, que tenéis Lloyd y Colette para rato. Par que os hagáis una idea, a lo largo de la aventura reclutaremos un total de nueve personajes en nuestro grupo, todos ellos con una personalidad muy definida.

Precio y plataformas disponibles

La versión estándar del juego (que en principio está disponible en edición digital y física, pero muchas tiendas españolas no la tienen) tiene un precio de 39,99 euros, ya sea en PS4, Xbox One o Switch.

La versión PS4 se puede jugar también en PS5 (pero sin mejoras) y, por supuesto, la de One es totalmente compatible con Xbox Series X y S.

Al margen de esto, existen una Chosen Edition, solo en formato físico, que cuesta 49,99 euros y que incluye postales y pegatinas, para coleccionistas. Esta es la edición que con más facilidad se puede encontrar en las tiendas, actualmente.

Puede parecer algo caro para un remaster de un juego de hace 20 años, pero al menos la relación precio / horas de juego está más que compensada...

Una sinfonía alegre, pero algo desafinada

Después de todo lo que hemos comentado, seguro que tenéis claro que este es un juego enorme y variado y, en ese sentido, no os equivocaréis. Pero lo cierto es que esta remasterización tiene sus más y sus menos.

Incomprensiblemente, todas las versiones se muestran a una resolución de 1080p (720p en el caso de Switch en modo portátil) y a 30 frames por segundo, incluso aunque las ejecutemos en una PS5 o en Xbox Series X.

Lo sorprendente (y un poco indignante, como ya han mencionado algunos fans)... ¡es que el juego original corría a 60 fps en GameCube! Por tanto, hemos perdido fluidez por el camino...

Por supuesto, y dada la diferencia de resolución, se han mejorado las texturas, pero en realidad se ha usado uno "filtros de escalado" un tanto burdos que desde lejos dan el pego, pero que se ven poco detallados y algo borrosos en partes de la ropa o, sobre todo, en los suelos de los escenarios. 

No es algo terrible, pero desde luego, no parece a la altura de un remaster de celebración como este. Incluso las ilustraciones o los vídeos de anime que aparecen de vez en cuando están escalados a partir del material original de GameCube (¿no se conservaban los masters?) y quedan algo "sucios" en una pantalla moderna.

Es una pena que todo lo relacionado con la adaptación a los nuevos tiempos esté tan descuidado, porque el material original es de lo más meritorio. Cuando lo analizamos en Hobby Consolas allá por 2004 (¡demonios, si lo analicé yo mismo, 20 años más joven!), le dimos una nota de 87, gracias a sus muchas virtudes.

Por un lado tenemos una historia que va ganando al jugador poco a poco gracias a unos personajes que sí, son arquetipos de los animes shonen (la chica virginal y encantadora, el héroe algo bobalicón pero noble y valiente, el mentor distante...), pero tienen mucho trasfondo y unas relaciones muy cuidadas entre ellos.

El apartado visual, aunque tiene muchos aspectos anticuados hoy día (la casi nula expresividad de los personajes o sus animaciones super básicas, por ejemplo), tiene un estilo muy encantador y entrañable, gracias al uso del cel-shading y de los diseños de personajes de Kousuke Fujishima, autor de mangas tan celebrados como ¡Oh, mi Diosa! ¡Estás arrestado!

La música mezcla algunas piezas muy repetitivas y olvidables con otras que acabaréis tarareando sin remedio (la música de Palmacosta se os quedará en el cerebelo), las cuales acompañan a unas voces en inglés y japonés muy convincentes, especialmente en el caso de estas últimas.

Así, Tales of Symphonia Remastered nos deja un sabor agridulce. Por un lado, siempre da gusto recordar un juego que sentó cátedra dos décadas atrás con su estilo simple, pero atractivo y completo. Por otro, da pena que no se haya puesto más esfuerzo en adaptarlo a los tiempos que corren. Y más viendo lo que la saga ha alcanzado recientemente con juegos como Tales of Arise...