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Crítica de Alice, cariño con Anna Kendrick abordando una historia dramática sobre las relaciones abusivas

Alice, cariño

Crítica de Alice, cariño (Alice, Darling), dirigida por Mary Nighy en base a un guión de Alanna Francis con Anna Kendrick como protagonista principal. Estreno el 19 de mayo.

La producción canadiense Alice, cariño (Alice, Darling), viene a poner el foco en las relaciones de pareja que se tornan violentas sin que medien golpes físicos entre agresor y víctima. Busca ponernos en el lugar de esta última para ver hasta qué punto su personalidad puede quedar desfigurada por una figura controladora que busca su constante autosatisfacción.

Se une al ramillete de películas que han abordado esta temática entre las que sobresalen Durmiendo con su enemigo o El hombre invisible, si bien en aquellas terminaba aflorando la violencia física.

Alice, cariño, nos presenta a una mujer que esconde un secreto enorme. Le pasa factura de muchas maneras, porque ha comenzado a somatizar el estrés que padece cuando está con su prometido, un reputado artista local a que ella apoya de forma incondicional.

Cuando sus dos mejores amigas le proponen pasar unas pequeñas vacaciones en una cabaña familiar para celebrar el cumpleaños de una de ellas, Alice decide mentir a Simon: le dice que tiene que asistir obligatoriamente a un convención laboral.

 

Sin embargo, no escapa a su estricta vigilancia y dependencia emocional: pronto empieza a recibir mensajes en los que le pide regresar antes. Alice tiene al principio dificultades para encajar con Tess y Sophie: la primera que recrimina que sea tan estirada y la segunda, aunque es más comprensiva no termina de comprender los cambios que ve en ella.

Con el paso de los días, Alice se dará cuenta de hasta qué punto necesita recuperar su vida y tomar sus propias decisiones.

 

Mejor el "qué" que el "cómo"

Si analizáramos Alice, cariño desde la óptica de la calidad audiovisual estrictamente, nos daríamos cuenta muy pronto de que no tiene un gran valor derivado de su forma. No es más que una película correcta, muy sencilla, sin grandes alardes y con un metraje ajustado para lo que quiere contar: 89 minutos que no buscan estirar de más la historia.

Lo que es muy enjundioso es lo que cuenta. Cuando conocemos a Alice, no sabemos nada sobre Simon. Todo lo que sabemos es a través de ella: cómo se relaciona con él, hasta qué punto cede a su insistencia, el miedo que le provoca y cómo se comporta ante el mero hecho de que se le nombre, poniéndose en guardia.

Lo que hace diferente, única y notable esta película es que nos permite comprender las señales de alarma que se dan en una persona que está inmersa en una relación abusiva: la manera en la que su personalidad se difumina hasta el punto de cambiar por completo su forma de peinar, de vestirse, de maquillarse, de caminar y de comportarse.

Alice, cariño hila muy fino para dejar a la interpretación de la audiencia si al hacerle luz de gas a una pareja, despreciarla, humillarla, tratar de cambiarla y alejarla de las personas que la quieren podemos añadir o no las relaciones sexuales forzadas o, en otras palabras, la violación.

El foco no está solo en las relaciones sexuales sino en todos los aspectos de la relación, comprometidos por el maltrato.

Pero lo bueno del guión es que no se queda con la parte más sombría y se recrea en el morbo sino que aporta también algunas soluciones. La sororidad es uno de los ingredientes que van a ayudar a Alice a salir del pozo, pero esto solo es posible por la toma de conciencia previa de la víctima que llega a no reconocerse frente al espejo reproduciendo comportamientos con los que no se identifica.

Así que, en resumidas cuentas, aunque Alice, cariño pueda parecer una película pequeña, que probablemente tendrá una recaudación muy discreta en comparación a los taquillazos con los que compite, tiene un valor intrínseco muy apreciable: Anna Kendrick reproduce la asfixia vital de su personaje de maravilla y la cinta es un compendio magistral de las líneas rojas que es mejor no atravesar.

El amor no es permitir que tu pareja fiscalice tu intimidad, moldee tu cuerpo ni controle tu agenda. Quien te quiere te acepta como eres y te apoya para mejorar sin machacarte la autoestima. A lo mejor debería ser de visionado obligatorio en los institutos para dejar claro que no todas las formas de violencia dejan moratones y que hay cicatrices que no requieren puntos.

VALORACIÓN:

Alice, cariño muestra a la perfección la violencia psicológica en una relación de pareja y nos ofrece el papel más maduro de la carrera de Anna Kendrick que demuestra tener una faceta dramática muy interesante.

LO MEJOR:

La fuerza de la historia: retrata situaciones cotidianas y es un excelente manual de cómo identificar banderas rojas en las relaciones.

LO PEOR:

Hay un momento al final de la película que está a punto de echar por tierra la verosimilitud de la narración. Se queda al límite...
Hobby

70

Bueno

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