Crítica de Los anillos de poder 1x07 "El ojo" ("The Eye"), ya en Prime Video

El episodio anterior de Los anillos de poder, titulado "Udûn", fue muy dinámico y revelador al mostrar cómo los humanos perdían una importante batalla en las Tierras del Sur. 

En el episodio de esta semana, el 1x07 "El ojo", escrito por Jason Cahill y dirigido por Charlotte Brändström, vemos las consecuencias de todo ello. A grandes rasgos, Sauron se ha salido con la suya al conseguir crear su propio reino desde el cual extender la oscuridad y en el que los orcos pueden moverse a su antojo.

Humanos y elfos se repliegan para dar parte a sus superiores, avituallarse y contraatacar con más fuerza mientras Elrond libra su propia batalla para convencer a los enanos de la importancia de extraer el mithril de la montaña... algo que conllevará la liberación de una enorme amenaza, que aún desconoce.

Uno de los puntos más importantes de este episodio es el del establecimiento en las Tierras del Sur del dominio del mal: la erupción ha dejado sepultada Tinharad y los supervivientes tratan de alcanzar el campamento levantado por los númenóreanos. Adar renombra el lugar comoMordor, aunque tercamente Los anillos de poder se imponen el veto de revelar la identidad de Sauron. 

Las imágenes son de pura devastación con el cielo rojizo sembrado de cenizas; árboles, hombres y caballos en llamas y algún rescate in extremis que no es obstáculo para que se contabilicen numerosas bajas entre las filas de los humanos. Isildur se la juega tratando de sacar a varios aldeanos de una casa que se le viene encima y no volvemos a verlo.

Galadriel encuentra a Theo, desesperado por saber algo de su madre y Arondir a quienes encontrará por fin en el campamento, no antes de que la elfa le hable de la pérdida de su hermano Finrod y de su esposo Celeborn y le deje su espada con el augurio de que en el futuro puede que tenga que luchar y ser un soldado como lo es ella.

Elendil se reúne con Valandil y Míriel, cuya vista se ha hundido en las tinieblas. La reina regente, ciega ya, decide poner rumbo a Pelargir, gran ciudad portuaria de Gondor, con la promesa de regresar para plantarle cara a Sauron con fuerzas renovadas mientras que Galadriel y Hallbrand (herido de gravedad) parten a Lindon a informar al Alto Rey y curar a este último con medicina élfica.

Los pelosos, en su peregrinar, empiezan a encontrarse lugares calcinados y le piden al extraño que repare el daño, algo que al principio no consigue. Sin embargo, Nori y Malva descubren al día siguiente que ha hecho rebrotar los manzanos y todos recolectan las frutas con regocijo.

El problema es que tras él van las tres capas blancas. Nori trata de desorientarlas pero ellas se enfrentan a los pelosos, apagan su fuego y lo esparcen después por los carros. Con su comitiva reducida a cenizas, las pequeñas criaturas que no son fuertes ni audaces pero sí leales, deciden ir a alertar al extraño de que lo están persiguiendo.

Elrond y Durin emprenden su propia excavación en busca del valiosísimo mithril después de que éste se percate de su valor, viendo cómo una hoja ennegrecida recuperaba su aspecto, pero justo cuando encuentran un resquicio desde el que se ve la veta, el rey les pilla in fraganti desobedeciendo su parecer.

Elrond es expulsado con el obsequio de una lasca de mithril y el deseo de que ambos "se dirijan al bien" y Durin recibe una dura reprimenda de su padre, que le arranca el emblema del pecho. Considera que si los elfos han sido condenados no es su problema y no deben interceder para cambiar algo que está sentenciado.

Durin se muestra abatido por la decisión de su padre, pero su esposa Disa le dice que terminarán excavando ellos mismos y sacando el mithril a la luz. 

El rey lanza la hoja por el agujero y ordena que se cierre, pero al caer al fondo, empieza a arder y se abre paso el Balrog rodeado de fuego.

Los tres momentos más chocantes que reescriben lo que está por venir

Descoloque total: se supone que Celeborn no fallece (o al menos no desaparece) hasta la Cuarta Edad, así que tenemos a Galadriel convertida en viuda de forma muy prematura y "libre" para seguir poniéndole ojitos a Hallbrand, con el que saltan chispas. Esto cambia completamente su historia y puede tener una enorme trascendencia en el futuro.

¿Qué hay del Balrog? Éste es otro de los puntos clave del episodio porque implica que se aceleran los sucesos: se suponía que hasta la Tercera Edad no se despertaría el Balrog de Morgoth que dormía bajo la montaña y que sería la codicia de los enanos la que afloraría este conflicto que se saldaría con el éxodo y el abandono de su antiguo reino.

¿Qué ha pasado con Isildur? No tiene sentido que haya perecido rescatando a los demás, sobre todo teniendo en cuenta que todavía tiene que jugar un importante papel en la lucha contra Sauron o puede que la serie tome una dirección totalmente distinta. De momento parecen haberlo dado por muerto.

Adar por su parte, constata que las Tierras del Sur son ahora Mordor, lo que está por determinarse es si terminará adoptando también el nombre se Sauron, a quien dijo haber matado, o si por el contrario tendremos nuevas sorpresas en el episodio final.

Lo que está claro es que a medida que vamos viendo cómo se desarrolla Los anillos de poder, nos vamos separando de lo esperado en el universo de Tolkien, algo que juega en favor de mantener el interés de los espectadores pero que levantará ampollas entre los más puristas que buscaran fidelidad al corpus de su narrativa.