Crítica de Barbie: brillante deconstrucción del heteropatriarcado sin renunciar al humor

¡Completamos el duelo Barbheimer! Ya podéis leer nuestra crítica de Oppenheimer y también la de Barbie. Y nos ha salido un combo cinematográfico muy suculento y variado. Porque, siendo como son películas completamente distintas, son ambas muy disfrutables, abrirán debates y llenarán salas.

Greta Gerwig, tras haber escrito y dirigido películas de gran calado como Lady Bird y Mujercitas, se reafirma en un nuevo trabajo que consolida sus dotes de guionista y directora exprimiendo al máximo a un reparto comprometido en el que brillan con luz propia tanto Margot Robbie como Ryan Gosling.

Todo lo relativo a la puesta en escena es pura fantasía: tenemos números musicales cuidados al milímetro, un vestuario que hace honor a los complementos originales de la famosa muñeca y una dirección de arte para quitarse el sombrero, con una fotografía desbordante de color y un diseño de producción en línea con las necesidades de la película. 

Barbie ha sido un proyecto que se ha protegido muchísimo por parte de la distribuidora, Warner Bros. en nuestro país, al punto de programar el pase de prensa el día anterior al estreno. La finalidad: proteger las sorpresas y alimentar la curiosidad de los millones de curiosos y coleccionistas del mundo que idolatran a la muñeca y la consideran un objeto de culto.

Algunas consideraciones previas antes de entrar en materia para hablar de las bondades y áreas de mejora de Barbie: la película no está destinada al público infantil; no es una narración de la historia de la muñeca, quién, cuándo, cómo y por qué la ideó ni es tampoco una descerebrada comedia a golpe de colorinchi que busque burlarse de ella.

Así que partamos de la base de que es más bien una sátira que lanza fuertes cargas de profundidad hacia la brecha que nos separa de la igualdad efectiva entre mujeres y hombres.

Es divertida, cómica, refrescante y tiene, si nos apuráis, incluso el aura de Toy Story al dedicarle una mirada amable a la forma en la que nos relacionamos con los juguetes pero el centro de la película no es EL JUGUETE sino LA MUJER como concepto abstracto y como ser concreto y cómo se relacionan ambos conceptos.

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La casa de los sueños de Barbie en la película (6 imágenes)

La cinta arranca con una alegre y despreocupada Barbie-estereotipo que vive en Barbieland rodeada de otras Barbies y Kens disfrutando al máximo de su mundo de plástico. Un buen día, sin venir al caso, tiene un pensamiento triste y empieza a cambiar. Aconsejada por una muñeca especial, decide visitar el mundo real para buscar a la niña que juega con ella y tratar de revertir esos cambios.

Sin embargo, no lo hará sola: también se embarcará en su aventura Ken, que al visitar el mundo real descubrirá el patriarcado y tratará de reproducir ese mundo hecho a su medida.

El argumento funciona como un tiro: imaginaos que una Barbie toma conciencia de que el mundo que ella conoce no es real y que se topa de bruces con la cruda realidad. Gerwig le saca brillo a esta premisa inicial y usa un humor muy fresco para introducir un montón de mensajes sobre cómo somos y cómo nos relacionamos.

Barbie es una película didáctica sin ser pedante, faltona y, por encima de todo, sin perder el sentido del humor, basándose siempre en la mirada algo naif de una muñeca que es a fin de cuentas como una niña en lo que respecta al mundo real. Tiene que aprender de nuevo y sobreponerse de su tristeza para "pegar el estirón".

Contará con la ayuda de una humana con la que tiene una relación muy íntima, que con un eficiente speech, digno de ser enmarcado, pondrá sobre la mesa verdades como puños.

Poco hemos hablado hasta llegar a este punto de Margot Robbie, que es la espina dorsal de la película. Ella combina todas las cualidades necesarias para dar vida, y nunca mejor dicho, a este personaje porque tiene una capacidad inmensa para emocionar al público además de representar un canon de belleza que la aproxima tanto a la propia Barbie que asusta.

En este papel, consigue hacernos reír a carcajadas, tocarnos el corazón cuando quiere y sobre todo que vayamos de su mano para hacer un viaje de autodescubrimiento muy conmovedor. En la misma liga juega un Ryan Gosling que irradia dinamismo en un papel en el que canta, baila, toca el teclado y se muestra más desatado (para bien) que nunca.

Y tenemos una galería de secundarios estupenda con Simu Liu, Emma Mackey, Michael Cera o Kate McKinnon dándolo todo además de a Dua Lipa o John Cena.

En el lado del "debe" se queda la tibia crítica hacia los ejecutivos de Mattel... se le da algo de caña a su mentalidad empresarial capitalista pero había de donde tirar para sacarles más los colores, algo que obviamente la película no iba a hacer porque sería morder la mano que te da de comer.

Es fácil augurarle a Barbie un futuro prometedor y una taquilla suculenta y es una buena noticia por dos motivos: porque contribuirá a que muchas personas se planteen la necesidad de dejar de medirse por la mirada de los demás y porque al calor de su éxito llegarán películas de otros juegos y juguetes que, de contar con el mismo nivel, nos van a reportar mucha diversión.