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Crítica de Cazafantasmas: más allá, nostalgia y vocación de futuro en un entretenimiento muy digno

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Cazafantasmas: más allá

Crítica de Cazafantasmas: más allá (Ghostbusters: Afterlife), escrita y dirigida por Jason Reitman y protagonizada por Carrie Coon y Paul Rudd. En cines el 3 de diciembre.

Estamos en 2021 pero hay franquicias que están lejos de llegar a su final... y no será por escollos en el camino, pero cuando despiertan tal oleada de interés, son imparables.

Tras las dos películas originales escritas por Harold Ramis y Dan Aykroyd Cazafantasmas(1984) y Cazafantasmas 2 (1989) que dieron lugar a toda una fiebre de merchandising y a una serie de animación derivada, en 2016 se buscó una nueva fórmula, la de la parodia, para realizar un reboot a todas luces fallido.

Cazafantasmas fue una de las películas más impopulares de aquel año, lo que hizo que se buscara un giro de timón con el que reencauzar la saga.

Ahora, Cazafantasmas: más allá (Ghostbusters: Afterlife) se impone la dura tarea de satisfacer a los fans acérrimos sin descuidar a los nuevos espectadores, llamados a identificarse de algún modo con el espíritu gamberro y algo transgresor que está en el ADN de estas películas.

¿Quién mejor para hacerlo que Jason Reitman? El hijo de Ivan Reitman, el director de las dos primeras películas, se ha encargado de situarse al frente de la producción además de escribir el guión en colaboración con Gil Kenan (responsable de películas como el remake de Poltergeistde 2015 y del primer episodio de la serie Scream). 

Vamos, que tiene un curriculum bastante curioso de cara su especialidad: dar nueva vida a conceptos ya conocidos por el público.

Juntos, consiguen hilvanar una historia entretenida, simpática y muy movida que rinde homenaje en todo momento al desaparecido Harold Ramis y a lo que supuso su figura como "fundador" de la franquicia. Con esto ya dejamos traslucir que Cazafantasmas: más allá tiene el firme objetivo de llegarle al corazón a la audiencia... ¡y vaya si lo consigue!

Por fortuna no es solo un producto fan service acomodaticio (solo se entrega a esta faceta en el desenlace y las dos escenas postcréditos), sino que también se preocupa por mostrar nuevos personajes, darles un trasfondo y un desarrollo y vincular así a las viejas glorias con las nuevas generaciones.

El reparto ya hablaba por sí solo si tenemos en cuenta que los jóvenes están liderados por el mundialmente famoso gracias a Stranger Things Finn Wolfhard, McKenna Grace, de extraordinaria fotogenia y dilatado bagaje en películas de terror y fantásticas como Maligno o Annabelle vuelve a casa, el simpático debutante Logan Kim y Celeste O'Connor (Este cuerpo me sienta de muerte).

En lo que se refiere a los adultos, además del reparto original, que vuelve a reunirse, tenemos a la siempre impecable Carrie Coon y a Paul Rudd, cuya química en pantalla es innegable.

Cazafantasmas: Afterlife

La película transcurre en la temporada estival: Callie es una mujer cuya vivienda es embargada tras haberse retrasado con los pagos del alquiler. Paralelamente recibe la noticia del fallecimiento de su padre, un hombre ausente y obsesionado con el fin del mundo que vivía en una ruinosa granja en Oklahoma. 

Como no tiene a dónde ir con sus hijos Trevor y Phoebe, decide instalarse allí y matricular a la pequeña en el curso de verano de la escuela donde conocerá a Mr. Grooberson, un profesor más preocupado por entretener a los chavales viendo Chucky o Cujo que en estropearles el verano siendo estricto con ellos.

Phoebe hará migas con Podcast, el único de sus compañeros que se ríe con sus chistes de ciencia mientras que Trevor se quedará prendado de Lucky, una joven que trabaja en el dinner de la ciudad.

Callie pronto descubre que solo ha heredado de su padre deudas y lo que le parecen cachivaches, pero Phoebe y Podcast bucearán por su pasado para descubrir que hay cosas muy interesantes... y que de alguna manera el espíritu de su abuelo sigue muy presente en el que fuera su hogar.

Hasta aquí podemos leer para no desvelar las líneas maestras de Cazafantasmas: más allá, que sabe reivindicar su legado mediante un sinfín de guiños a las señas de identidad de las películas originales y con la aparición de determinados ectoplasmas pero también encontrar su propia voz.

Quizás se alarga demasiado en su tramo final, el más nostálgico y en el que el homenaje y el reencuentro se llevan buena parte de la atención, pero está claro que es una película simpática, entretenida y con proyección de futuro que también dedica tiempo y esfuerzo en presentar nuevos personajes atractivos con sus propios arcos narrativos al margen de la trama fantástica.

No faltan tampoco el ECTO-1, las pistolas de protones, las trampas, los marshmallows en clave de petisos carambanales y los momentos de gran artificio en los que los efectos especiales se apoderan de la pantalla, así que aburrirse viéndola es imposible. Mención especial a la banda sonora omnipresente de Rob Simonsen, que nos desplaza en el tiempo sin abusar del tema principal.

Si lo tuyo es el cine de los 80, no dudes en echarle un ojo a este especial, en el que encontrarás las recomendaciones esenciales de las películas más influyentes de la década.

VALORACIÓN:

Sony entrega un bien medido ejercicio de nostalgia ochentera pero con la vista puesta en expandir el universo de los Cazafantasmas. La película dejará satisfechos a los fans e intrigados a los nuevos espectadores que se acerquen a una franquicia que tiene visos de continuar.

LO MEJOR:

Que sabe medir la nostalgia y no permite que se apodere de toda la película. El homenaje a Harold Ramis y la estupenda banda sonora de Rob Simonsen.

LO PEOR:

Se echa en falta algo más de sentido del humor y novedades más allá del joven reparto. Un poco de imaginación con los villanos, habría estado bien.
Hobby

70

Bueno

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