Crítica de Los Fabelman (The Fabelmans), la nueva película de Steven Spielberg con Paul Dano, Michelle Williams, Seth Rogen y Gabriel LaBelle. Estreno el 10 de febrero de 2023.
Tras acariciar el año pasado la cuarta estatuilla dorada con West Side Story el director Steven Spielberg, el escultor de sueños en imágenes, regresa con Los Fabelman una película de tintes semiautobiográficos en la que muestra algunos de los hitos de su infancia y juventud.
De esta forma nos lleva a conocer la decisiva presencia de su madre en el origen de su obsesión por el cine hasta el momento cumbre en el que conoció a John Ford cuando era un recién llegado a la industria y pasaba por algunos de los momentos clave de su aprendizaje realizando películas caseras, proyectos académicos y obras colectivas tan imaginativas como divertidas.
Tráiler de Los Fabelman, la nueva película de Steven Spielberg que llega en 2023
Los Fabelman entronca con películas como Belfast en la cual otro cineasta, Kenneth Branagh, relacionaba su infancia con el incipiente amor por el lenguaje del cine, utilizando como telón de fondo elementos dramáticos relacionados con el devenir de su familia.
Ambas son, a su modo, un homenaje a sus orígenes y a las personas que les marcaron pero, antes y por encima de ello, son cartas de amor a su oficio compuestas por secuencias de indudable belleza formal. Porque ojo a la fotografía de Janusz Kaminski y a los planos con los que nos obsequia en esta película...
Los Fabelman no parte entre las favoritas por número de nominaciones a los premios Óscar de 2023, ese honor lo ostentan Todo a la vez en todas partes con 11, Almas en pena de Inisherin y Sin novedad en el frente, con 9 cada una de ellas, pero estará en la pugna con 7 nominaciones entre las que destacan la de mejor película, mejor director, mejor guión, mejor diseño de producción y mejor BSO.
La película comienza situándonos en los años 50 para contarnos el primer acercamiento de un muchacho a la pantalla grande. El pequeño Sammy Fabelman (alter ego ficticio de Spielberg) va con sus padres a ver su primera película y se obsesiona con lo que ve, así que su madre, Mitzi, le regala una cámara casera con la que irá confeccionando sus primeras recreaciones y educando su mirada.
Gracias a su talento y dedicación, el padre de Sammy va prosperando en el plano laboral, lo que implica varias mudanzas y las consiguientes tiranteces con su esposa, que podría haber desarrollado su propia carrera como concertista de piano.
Pero él no hace sino seguir rodando y rodando ampliando cada vez más su capacidad para narrar historias y aprendiendo su verdadero poder. Pronto lo que parecía un hobby pasajero se transforma en una pasión y decidirá dedicarse a ello renunciando a todo lo demás.
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Un pedazo del pasado del tito Spielby
Para el público cinéfilo Los Fabelman es un regalo por muchas razones. Una de ellas es que durante el rodaje el reparto tuvo acceso a películas caseras, fotografías y recuerdos de la familia de Steven Spielberg así que mucho de lo que se ve es una recreación muy fidedigna de una época concreta y a la vez un ejercicio de introspección profundo.
Así, se puede decir que la película es Historia del cine: se han recreado cintas como el cortometraje western que hizo con sus amigos de los Boy Scouts para ganarse la medalla al mérito fotográfico, el cortometraje de guerra Escape to Nowhere (1961) o la recreación infantil de la escena del accidente de tren de El mayor espectáculo del mundo (1952), de Cecil B. DeMille.
Eso implica claro está que se ven los procesos físicos: el corte de la película, los empalmes con pegamento y hasta los trucajes para conseguir "explosiones" agujereando el negativo. Un precioso detalle es que Gabriel LaBelle, el protagonista, contó con película real en la cámara de 8 y 16 mm. que maneja para poder filmar fragmentos que luego editaba y proyectaba en el set.
Al igual que vemos al Sammy Fabelman director comenzar a dar sus primeros pasos, se revela ante nuestros ojos también el despertar de su conciencia y su proceso de maduración en el seno de su familia que le lleva a ver a sus padres como personas reales, con sus problemas y necesidades propias más allá de lo que conlleva ser "padre" o "madre".
En resumidas cuentas Los Fabelman es una película sobre la mayoría de edad tierna, honesta y algo intrincada como montaña rusa emocional: sus 151 minutos de duración dan para momentos maravillosos y valles algo más áridos pero todo confluye en un final tan divertido como emocionante.
Es el trabajo más personal del director y probablemente por ello el que más le habrá costado sacar adelante pero tras verla solo se puede sentir una oleada de agradecimiento por su generosidad para compartir una parte íntima de su historia personal y por amar tanto el cine como quienes disfrutamos de sus películas y nunca hemos dejado de ver al niño fascinado por el medio que hay en él.
Mención especial para los papeles que son caramelitos para Judd Hirsh (merecidísima su nominación como actor de reparto) y un impagable David Lynch.