Crítica de Invasión Secreta 1x01: Marvel recupera el tono adulto en un thriller de espías que no termina de brillar

Tanto va el cántaro a la fuente... que antes o después se resquebraja. Este cántaro está lleno de éxitos, pero en los últimos años hemos visto cómo las gotas de agua han comenzado a resbalarse entre las grietas; cómo el Universo Cinematográfico de Marvel sugiere un descanso. O, más bien, sus espectadores.

Estoy seguro de no ser el único que disfrutó como un niño con la apasionante aventura narrativa que desde Iron Man (Jon Favreau, 2008) nos propuso el UCM, pero que, tras el cierre del arco con Vengadores: Endgame, el blip de Thanos supuso un punto y aparte para mi interés por el género.

La saturación es mala compañera de viaje, pero la maquinaria superheroica seguirá funcionando a todo motor mientras su nicho siga manteniendo una lealtad que haría ruborizarse al mismísimo Steve Rogers. Y esa es la siguiente parada de su tren: el estreno de Invasión Secreta.

Basada en los Marvel Comics originales del extraordinario Brian Michael Bendis, la nueva serie está disponible en Disney + desde el 21 de junio y quiere alzarse como la alternativa de la Fase 5. Con el Nick Fury de Samuel L Jackson y, precisamente, con el Talos de Ben Mendelsohn a la cabeza, la apuesta firmaría que Invasión Secreta se convierta en la Rogue One de Marvel Studios.

Como no podía ser de otra forma en una línea argumental tan densa como la del Universo Cinematográfico de Marvel, será mejor que tengas presentes los acontecimientos de Capitana Marvel; pero, y esa es una de sus fortalezas, la serie está dispuesta para que el público neófito pueda disfrutar de ella sin la rémora del equipaje de tantos años de historias.

La oscuridad después del Blip

Los Skrulls se han infiltrado en la Tierra: ocultos entre la sociedad adaptándose a la piel de los humanos, han construido su propia base de operaciones desde la que planifican dinamitar toda la estructura que compone el sistema y garantizar el futuro que su líder, Gravik (Kingsley Ben-Adir), ha prometido a la causa.

Nick Fury será la pieza determinante de la historia. Invasión Secreta quiere desarrollar un personaje opacado inevitablemente por las principales caras de Marvel, con un Jackson que consigue dar la dentellada final para hacer suyo el humor y la presencia de Fury.

El conflicto con los Skrull llevará a Fury al sufrimiento y la derrota, reflexionando constantemente sobre lo que todos los personajes a su alrededor señalan: algo ha cambiado en él desde que Thanos acabase —temporalmente— con su vida y la de millones de seres.

Su colaboración con Talos, Skrull de nacimiento, añadirá profundidad dramática a una trama que bebe del cine de espías moderno con el aderezo fantástico de Marvel.

Y para muestra, un botón: la secuencia inicial de la serie nos trasladará a las nocturnas y frías calles de Moscú, con el resonar de los zapatos sobre las calles adoquinadas y una paleta de destellos anaranjados que despertará ecos de Jason Bourne, Ethan Hunt o James Bond. El siguiente paso será arrancar la persecución.

A partir de aquí, la pregunta viene dada: ¿qué quiere ofrecer Invasión Secreta al género? Tendremos que analizar si su propuesta sólo cumple el objetivo de seguir diversificando el contenido o tiene capacidad propia para elevarse con el potencial que señaló con gracia el dedo de Bruja Escarlata y Vision.

El primer paso lo han dado en firme: el elenco artístico no sólo cuenta con los nombres de Jackson y Mendelsohn, sino que van acompañados de Emilia Clarke y la siempre triunfante Olivia Colman. Junto a la frescura de la propuesta, hacen de este primer capítulo un completo que pedirá que volvamos a sentarnos frente a la televisión.

Los humanos toman el testigo

Invasión Secreta es el primer producto de Marvel que no está protagonizado por superhéroes. Y es, paradójicamente, la que más se acerca a la experiencia de iniciar una nueva serie de cómics: una historia con personajes y vínculos conocidos, pero con una propuesta original que quiere hacer funcionar nuevos resortes.

El thriller de espionaje cruzará estrechos lazos con la política, que también es protagonista de la historieta en la que se basa, utilizando para ello al personaje de Don Cheadle, Máquina de Guerra. El eterno conflicto geopolítico que vuelve a trasladarnos entre tierras norteamericanas y tierras rusas.

En un primer vistazo, Invasión Secreta es más oscura, más seria y más personal que muchas de las propuestas del estudio desde el fin de la saga del Infinito. Quiere caminar sobre el mismo plano que Capitán América: El soldado de invierno.

Ahora bien, con el género sobre la mesa, ¿es lo suficientemente oscura? ¿Ha hundido la Marvel de Disney sus manos en las tortuosas, complejas y afiladas raíces de una Guerra Fría a la que referencian visual y emocionalmente? La respuesta, con el piloto como referencia, es que no.

Marvel sigue siendo una potencia que mueve públicos de todas las edades, lo que provoca concesiones que, tan inevitables como Thanos, pasan factura.

Todos y cada uno de sus diálogos, una vez más sacudidos por la implícita propaganda militar estadounidense; sus escenarios e incluso sus composiciones tienen un par de bajadas de tono para no saltar de lleno sobre el terreno de paranoia política de propuestas como El puente de los espías.

Es su negociado, y sería un necio si negase que se mueven como un auténtico escualo en las aguas del "Para todos los públicos", pero si el objetivo es que capitanee una nueva línea de productos cinematográficos, un servidor hubiese preferido un compromiso más absoluto.

Una oportunidad prometedora

La fátiga del género es innegable. La hemos visto reflejada en la taquilla de sus últimos estrenos, pero también la hemos visto brillar a pesar de la saturación: Spider-Man: Across the Spider-Verse es firme defensora de calidad sobre cantidad.

Invasión Secreta sienta una base que, aunque no sea todo lo brillante que pudiéramos desear, presenta un piloto formal de lo que podría transformarse en una nueva gran ramificación narrativa para el UCM. Una nueva apuesta de calidad que haga frente a la cantidad.

Los arcos de Fury y Talos serán la gasolina con la que tendrán que pisar el acelerador en el desarrollo, pero será la personalidad interpretativa y la camaleónica naturaleza de su personaje las referencias que convertirán a Samuel L. Jackson en la principal fortaleza de la serie. 

Respondiendo a la pregunta que nos hacíamos al comienzo de estas líneas, ese es su ingrediente genuino para con el género. Tendremos que esperar, eso sí, hasta el mes de julio con la proyección de sus seis episodios para ofrecer conclusiones definitivas; visto lo visto, hay proyecto.

Sólo queda superar los redundantes mecanismos que han agotado nuestras reservas de épica superheroica y que salgan disparados los botones de ese corsé que enclaustra sus posibilidades.