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Crítica de Junji Ito Maniac, la serie de Netflix que es gasolina para tus pesadillas

Junji Ito's Maniac

El mangaka de terror más famoso ya tiene su propia serie en Netflix. Junji Ito Maniac es una antología de historias de miedo que se ven en un suspiro, pero que tardarán en borrarse de tu mente por sus escalofriantes imágenes. Vamos con la crítica de esta primera temporada.

A poco que hayas buceado en el mundo de los mangas de terror (un terreno realmente apasionante, si te interesa el género), es seguro que habrás oído hablar de Junji Ito, todo un referente gracias a obras como Uzumaki o Tomie. Ahora, el mangaka da el salto a Netflix con Junji Ito Maniac: Relatos japoneses de lo macabro.

Es una recopilación de pequeñas historias de terror del mangaka sin aparente nexo común (aunque el ojo avezado notará ciertas conexiones), que tienen sus pilares en el folklore y el misterio, pero sobre todo en imágenes concretas y espeluznantes que beben mucho del surrealismo y el gore: cabezas que se mueven, humanos fusionados con monstruos...

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Aunque todo se basa en la obra de este autor, en realidad él no ha participado activamente en la serie, solo ha "dado su bendición" para que contenido saliera adelante.

Junji Ito siempre ha tenido la capacidad de crear historias que se clavan en nuestra mente sin necesidad de aportar demasiado contexto. Es más, muchas veces los comportamientos de los protagonistas parecen poco responsables o ilógicos viendo los peligros que hay a su alrededor, lo que nos hace sentir que estamos viendo una pesadilla en movimiento... ¡y eso nos encanta!

En total, la primera temporada de Junji Ito Maniac tiene 12 episodios de apenas 24 minutos de duración cada uno. Además, varios de ellos se dividen en un par de historias, así que, como supondréis, no hay mucho margen para que la historia se "despiste".

A diferencia de otras series similares que se toman su tiempo para bucear en la psique de cada personaje (como la interesante El gabinete de curiosidades de Guillermo del Toro), aquí se va al grano y, de hecho, muchas veces acaba abruptamente en un cliffhanger, para que nosotros nos imaginemos lo que sigue.

Y es que no necesitamos nada más: no hay que buscar la lógica a lo que sucede, ni el origen "científico" de las amenazas. Aquí, cada episodio es un salto de fe del espectador hacia un mar sobrenatural en el que lo que importa es esa imagen chocante que se queda tatuada en nuestras retinas.

Y ojo, que esta serie de Netflix no se anda con chiquitas. Vemos desde niños deformados o muertos de forma terrible hasta cándidas colegialas que se transforman en abominaciones sangrantes. No es lo más bestia que hemos visto en nuestra vida (para eso están las sobremesas de Tele 5), pero desde luego consiguen impactar.

Junji Ito Maniac c

Así, en términos generales, los episodios consiguen dar en la diana de nuestros miedos, aunque es cierto que hay algunos mejores que otros

De hecho, no comprendemos cómo han colocado como primer episodio "Los escalofriantes hermanos Hakizuri", cuando es el más flojo de la temporada. Curiosamente, es el único que apuesta un poco por el humor, algo atípico en estas historias.

Pero no os plantéis en él, seguid viendo la serie porque luego hay verdaderas maravillas de lo siniestro. Nuestro favorito es, desde luego, el tercero, "Los globos de la horca", una historia desesperante y plagada de imágenes delirantes que os harán revolveros en el sofá.

También hay un homenaje a esa Tomie de los mangas a la que nos referíamos antes, si bien la historia cambia bastante. Nos hemos quedado con las ganas de una trama inspirada en el genial Uzumaki, pero es que este manga tendrá serie propia en un futuro. ¡Mejor que mejor!

¿Qué hay de la estética? Lo cierto es que se ha respetado bastante bien la forma de dibujar de Junji Ito, especialmente en los diseños de las chicas y, por supuesto, de las mayores monstruosidades que veamos: esos ojos desencajados, esas contorsiones imposibles... Sin que la animación sea nada del otro jueves, lo cierto es que hay un buen trabajo general.

Sí hay algo que choca desde el principio: el uso del color, quizá demasiado brillante y el dibujo fino en las siluetas de los personajes. Ito suele ser más (deliberadamente) rudo en sus mangas, que además inspiran un mundo desaturado o incluso en blanco y negro, algo que apenas se explora aquí. No es que funcione mal en lo visual, pero no se acaba de dar con el "toque" del autor.

Es interesante ver que, aunque la inmensa mayoría de la serie usa animación tradicional, se han usado algunos efectos 3D con lógica, para generar una sensación de amenaza frente a algunas apariciones que no son de este mundo. No siempre funciona igual de bien el efecto, pero en cualquier caso no es un recurso del que se abuse.

Junji Ito Maniac

La música también hace un buen papel, con melodías distorsionadas o entremezcladas para darnos más sensación de caos cuando todo se pone cuesta arriba.

Así, Junji Ito Maniac: Relatos japoneses de lo macabro es un llamativo homenaje a lo obra de un imprescindible de los mangas de terror, que quizá parezca predecible o naif (¿algo tan gore puede serlo?) para el público menos entregado, pero para los que veneramos las monstruosas invenciones de Ito-sensei, ver estas 20 historias es como volver a casa. Una llena de moho y desesperación, claro.

VALORACIÓN:

Una efectiva temporada, que alterna algunas tramas más desacertadas con otras que te pondrán los pelos de punta. No te la pierdas si eres un creyente del terror. Si no, quizá te deje más frío.

LO MEJOR:

Lo bien que traslada el espíritu de los mangas de Ito. Episodios como el de la horca o La ciudad de las tumbas son puro goce surrealista.

LO PEOR:

Algunos episodios menos afinados, como el primero. ¡No os dejéis "engañar" por el y seguid viendo la serie!
Hobby

79

Bueno

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Etiquetas: Netflix