Crítica de La lista final, la serie de Prime Video en que Chris Pratt interpreta al Navy SEAL James Reece

James Reece podría pasar por el hermano pequeño de Jack Ryan o de Jack Reacher. El comandante del SEAL Team 7 ha protagonizado una serie de novelas firmadas por Jack Carr, al igual que Ryan se convirtió en el personaje estrella de Tom Clancy y Reacher protagoniza una veintena de libros de Lee Child.

Y como sus dos compañeros, Reece recibe una adaptación en forma de miniserie en Prime Video. Jack Ryan, protagonizada por John Krasinski se estrenó en 2018, Reacher hizo lo propio hace tan sólo unos meses, con Alan Ritchson a la cabeza. ¿No es demasiado pronto para una serie similar?

Es algo que ni me planteo, porque tengo debilidad por este tipo de política-ficción. Pero cualquiera que no sea un fanático del género tendrá esa sensación. 

Quizá sean demasiados hombres debatiéndose entre salvar al mundo y recuperar su vida privada. Demasiados veteranos afectados por la pérdida de un camarada, demasiadas conspiraciones en el seno del gobierno militar. Las similitudes entre las tres series son evidentes. 

Ahora bien, para que la gente como nosotros duerma tranquila en sus casas, la gente como Reece tiene que pasar a la acción. 

Es hora de seguir su ejemplo con nuestra crítica de La lista final, miniserie de 8 capítulos disponible en Prime Video desde el pasado 1 de julio.

Más que una ficción militar

De nuevo nos encontramos ante un "ejército de un sólo hombre" que protagoniza un "thriller" con pretensiones. ¿A qué me refiero? Da la impresión de que durante toda la serie, La lista final lucha por alejarse de una típica historia de venganza para entrar en la investigación criminal. 

En un segundo plano, el argumento también gira en torno a los efectos del estrés postraumático causado por la exposición al combate e incluso los experimentos realizados con "cobayas humanas" por parte de las grandes corporaciones. 

En ocasiones, la idea funciona, pero la mayor parte del tiempo tenemos la sensación de que estas intrigas entorpecen el ritmo. Si eliminamos las secuencias en que Reece tiene algún "flashback" -no vamos a hacer spoilers sobre la trama- o se frota los ojos para tratar de recuperar la concentración, se podría reducir la duración de la serie a la mitad.

Tiene poco sentido enfrentarse a la historia de un SEAL, la máquina de matar más efectiva de la naturaleza, para que pase la mayor parte del tiempo realizando tareas de investigación. La novela tiene apenas 400 páginas y está cargada de acción, y como podéis suponer trasladar este argumento a 8 horas de metraje lo deja lleno de tiempos muertos. 

Pero no todo está perdido. Jack Carr, el autor de las obras originales, sabe de lo que habla. Además de ser autor de éxito, es veterano de los SEAL, y actuó como líder de pelotón -igual que Reece- y como francotirador en diferentes campañas de Oriente Medio.. 

No se trata sólo de una curiosidad. La serie es capaz de reflejar la arrogancia de estos hombres, la camaradería en el cuerpo, y por supuesto, su efectividad en combate (aunque no hay demasiadas secuencias bélicas). Se nota que hay un material interesante de partida.

Al contrario que nos ocurrió en la crítica de Trigger Point, sí que notamos que se han cuidado especialmente las tácticas de inserción, las armas y equipo que utilizan estas unidades en las operaciones reales. 

No estamos hablando de "gun porn", pero sí que nos encontramos detalles interesantes aquí y allá que ayudan a darle credibilidad al personaje; desde las condecoraciones y parches de las unidades al pequeño arsenal que guarda en su cobertizo.   

Se agradece ver que se utilizan tácticas avanzadas de recarga, "double tap" para abatir a los enemigos o que se siguen los protocolos de movimiento y comunicaciones. Aunque todo esto no sea suficiente para "levantar" la serie.

En cuanto al reparto, Chris Pratt (Jurassic World Dominion, Guardianes de la galaxia) resulta muy solvente tanto en las secuencias de acción, en que hace valer su físico y un buen entrenamiento en el manejo de armas, como en las secuencias más dramáticas. 

Sin embargo, tenemos la sensación de que los personajes que le rodean están desaprovechados. Tan sólo Katie (una periodista a la que interpreta Constance Wu) consigue algo de profundidad. 

En particular es una lástima que la parte más política, que recae sobre Jeanne Tripplehorn (Instinto básico) quede tan difusa. 

¿Merece la pena ver La lista final?

Aún siendo aficionados al género, nos hemos encontrado con una serie fallida. La misma sensación que nos dejó Reacher o la película Sin Remordimientos, basada en una obra de Clancy y también en Prime Video. 

La producción tiene un estupendo nivel, las secuencias de acción son contundentes y Chris Pratt está a la altura del personaje, pero parece adaptada "con complejos", como si tratase de ser algo mucho más profundo que la historia original. 

Esto juega en su contra, y a medida que avanza la serie se hacen patentes los momentos "vacíos" que abundan entre las partes de acción. De hecho, consiguen que el espectador termine aburrido, sin que en ningún momento se enganche a la trama.

Con todo, La lista final tiene algunos momentos muy intensos y bien rodados, y sienta las bases para que veamos de nuevo a Reece en una segunda temporada, con suerte, con un objetivo más claro.