Crítica de Love, Death + Robots volumen 3. Una visceral y muy disfrutable colección de cortos

Puede que Netflix no atraviese su mejor momento en términos generales, debido a su caída de acciones y a cierto caos en la organización de su contenido, pero eso no evita que nos premie de vez en cuando con series que nos recuerdan a su "época dorada".

Precisamente, una de sus mayores bazas ha sido desde hace tiempo la serie Love, Death + Robots, cuyas dos primeras temporadas, aun con sus irregularidades, nos han ayudado a disfrutar de la fantasía, la creatividad y el placer de la animación en todas sus variantes.

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Este volumen 3 de Love, Death + Robots nos presenta 9 cortos, de entre 7 y 21 minutos, aunque solo uno de ellos se queda por debajo de la marca de los 10 minutos. 

Como suele ser habitual, se tocan diferentes palos de la fantasía, desde los robots que dan nombre a la serie hasta los viajes espaciales o los monstruos marinos. Además, cada uno apuesta por una forma de narración y una estética diferentes.

Se abarca animación tradicional, pero también 3D con un cel-shading que recuerda a los cómics de Moebius, otro 3D increíblemente realista (luego iremos a ello) e incluso una apuesta con la que cuesta discernir su estamos ante maquetas o CGI... 

Una vez más, ver cómo los creadores experimentan con estas técnicas es uno de los principales placeres de esta serie de Netflix.

Como ya supondréis, aquí viene la recomendación habitual de que disfrutéis de estos cortos en una pantalla lo más grande posible, nada de verlos de reojo en el móvil. Su estética merece todas las pulgadas que podáis permitiros.

En especial, y aunque todos se ven de lujo, destacamos esto con un par de cortos, que se han convertido en nuestros favoritos de esta hornada: El propio pulso de la máquina, que puede parecer más discreto, pero tiene una elegancia que cautivará a los fans de la ciencia-ficción clásica...

Y, sobre todo, el último corto, llamado Jíbaro, que es una verdadera barbaridad visual. Probablemente, es el mejor CGI (o, mejor dicho, el más realista) que hemos visto en nuestra vida, con un uso de los planos angulares y el montaje rápido realmente viscerales y demenciales. Es tremendo.

Esto nos lleva al tono que, como ya es habitual, apuesta en el conjunto de la serie por el drama, el misterio y una violencia no apta para los estómagos más sensibles. 

Pero también hay mucho hueco para el humor en varios de los cortos. Especialmente, en el primero, llamado Estrategias de escape, que vuelve a apostar por ese trío de robots post-apocalípticos que ya son una suerte de mascotas de la serie con su sarcástico carisma.

De hecho, probablemente esta es la mejor de las 3 aventuras que han vivido hasta ahora, porque todo lo que cuentan es más oportuno que nunca, por desgracia. Sus pullas a las modas de los nuevos ricos y a la excentricidad de Elon Musk son realmente brillantes.

Y es que se nota el talento de las personas detrás de estos cortos. Tenemos a habituales como Tim Miller o al mismísimo David Fincher en la dirección y son evidentes las influencias de clásicos como La guía del autoestopista galáctico o 2001: Una odisea del espacio.

En conjunto, esta temporada 3 de Love, Death + Robots deja muy satisfecho al espectador, aunque es verdad que vuelve a caer en ciertos "vicios", particularmente en primar la estética, la forma, sobre el fondo en algunas historias, que piden a gritos cierres más contundentes.

Parece como si dejaran ciertas tramas abiertas de cara a una posible cuarta temporada, aunque personalmente hubiéramos agradecido algo más conclusivo.

Aún así, es cierto que, frente a una temporada 2 que era más reflexiva y, quizá, explícita, esta está más enfocada a los sentimientos, a la visceralidad, desde la ambición hasta la esperanza o la empatía hacia aquellos que creíamos nuestros enemigos.

Son conceptos muy difíciles de plasmar meramente con imágenes, pero esta serie lo consigue de sobra. Así pues, aunque parece haber un cierto patrón en todas las temporadas que llega a ser algo previsible, estos cortos merecen mucho, mucho la pena a poco que seáis amantes de lo pulp y lo fantástico. ¿O es que solo sois robots?