Crítica de Moonbase 8, la comedia que emite Movistar+

Seis episodios de media hora componen la primera temporada de Moonbase 8, una comedia creada, escrita y protagonizada por Fred Armisen, John C. Reilly y Tim Heidecker que aterriza hoy con su primer capítulo en Movistar+ y cuya emisión continuará a razón de un episodio por semana.

Con la cata del primero ya es fácil determinar si eres un espectador al que vaya a interesarle la serie o si, por el contrario, su humor absurdo no es para ti. Ya os avisamos de que cuesta pillarle el tono... y que no resulta particularmente estimulante.

En Moonbase 8 Skip (Fred Armisen), Rook (Tim Heidecker) y su líder Cap (John C. Reilly) son tres astronautas de la NASA que viven aislados en un simulador lunar situado en el desierto de Winslow, Arizona. 

Desde allí, trabajan para lograr el nivel de cualificación óptimo que les permita emprender su primera misión a la Luna. Mientras completan su entrenamiento, una serie de circunstancias inesperadas les lleva a cuestionarse su propia cordura, a medir su confianza mutua y a plantearse si están preparados para ser enviados al espacio.

La galería de personajes de Moonbase 8 ya tiene lo suyo: Cap, el líder, tras un desencuentro con Hacienda, perdió su negocio turístico en Hawaii; Skip quiere emular a su padre, un reputado científico, y el cristiano evangélico Rook aspira a difundir el legado de Jesucristo por el universo... Si sus motivaciones personales no os parecen una verdadera chifladura, esperad a comprobar cómo ninguno de ellos es capaz siquiera de saber qué significan las siglas NASA.

Está claro por tanto que buena parte de los equívocos y de la forma en la que se van a desempeñar los tres aspirantes a astronautas tiene que ver con su profunda incapacidad para hacer frente a problemas relativamente sencillos y a contratiempos más terrícolas que lunares... Entre otros, robos, un brote de gripe o el corte del suministro del agua. Así nos iremos familiarizando con sus problemas de autoestima y su escasa inteligencia para lidiar con todo ello. En el fondo, la idea es hacer una caricatura de la sociedad estadounidense y uno de sus bastiones como es la NASA.

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En muchos sentidos, Moonbase 8 tiene grandes similitudes con Space Force. Cuenta con medios para sacar adelante una producción interesante y con un reparto que tiene química. John C. Reilly de hecho declaró en una entrevista que éste había sido uno de los rodajes en los que había sentido más cómodo, pero hay que decir, porque es de ley hacerlo, que lo bien que se lo ha pasado el reparto no se traduce en un resultado satisfactorio a nivel de diversión para la audiencia.

No solo se hecha en falta más ingenio, sino también un ritmo más adecuado para concatenar los gags y, sobre todo, mordacidad en lo que a la sátira se refiere.

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Encontraréis alusiones a SpaceX y los planes de Elon Musk, por ejemplo, pero todas estas tramas secundarias se resuelven en un plano mucho menos protagonista: el recurso estrella de la serie es esa interacción entre los tres intérpretes a los que adicionalmente se añaden varias estrellas invitadas, como Travis Kelce, jugador profesional de fútbol americano actualmente en los Kansas City Chiefs de la NFL en el primer episodio; el cantante, modelo y actor Adam Lambert, vocalista actual de Queen y los actores Thomas Mann (Project X) y Alia Shawkat (Arrested Development) en el cuarto.

En nuestra modesta opinión, Moonbase 8 es una serie de nicho, muy encauzada a una audiencia muy peculiar que se deleitará con sus disparates, y por ello una pequeña decepción de cara a su estreno para un público amplio, sobre todo teniendo en cuenta que está detrás del proyecto A24, el estudio independiente responsable de aclamadas películas como Moonlight (ganadora del Oscar a mejor película), Lady Bird o Ex_Machina. ¿Se redimirá en una segunda temporada en la que consiga alzar el vuelo?