Crítica de Paper Girls: Amazon estrena su propia historia de ciencia ficción juvenil a lo Stranger Things

En plena ola de adicción por Stranger Things, Amazon Prime ha movido ficha para estrenar su propia serie fantástica con adolescentes: Paper Girls, cuya primera temporada ya está disponible en la plataforma.

Un nombre que sonará a los aficionados al cómic americano que desde 2015 hasta su último número en 2019 disfrutarían de una historia de viajes en el tiempo con tintes nostálgicos ochenteros escrita por Brian K. Vaughan.

En su recorrido le han acompañado miles de lectores, pero también premios: tres premios Eisner para Paper Girls y otros dos para sus creadores, e incluso una nominación al premio Hugo como mejor historia gráfica.

Tras el éxito del cómic original entre la crítica y los aficionados, Amazon hizo saltar la liebre en el verano de 2019 para dar luz verde a la producción de su adaptación a la televisión; tres años y una pandemia más tarde, ya la tenemos a nuestra disposición en la plataforma.

Paper Girls nos cuenta la historia de cuatro jóvenes de 12 años que en Stonny Stream, un suburbio ficticio de Cleveland, trabajan como repartidoras de periódicos. Los consolegas que vamos rondando y superando la treintena no podremos evitar acordarnos del mítico Paperboy.

Erin Tieng está en su primer día de trabajo en la mañana posterior al Halloween de 1988; momento en el que su vida... y su destino cambiarán para siempre. Junto a Mac Coyle, Tiffany Quilkin y KJ Brandman, son atacadas por otro grupo de chavales que les roban un walkie-talkie.

Nuestras protagonistas, lejos de amilanarse, se lanzan a su persecución hasta una casa en obras en la que encuentran una máquina que emana una extraña energía y que las teletransportará a una nueva localización.

Con el paso de las horas, irán descubriendo más sobre el nuevo mundo que se abre ante sus ojos: han viajado 30 años al futuro y se han metido de lleno en medio de una guerra entre dos grupos por el control y la protección del propio tiempo.

La emoción contra la ciencia

Por si la imagen de cabecera de este análisis no fuese lo suficientemente esclarecedora, ya os lo recalco: vamos a entrar en un enrevesado viaje a través de la nostalgia, la cultura pop, las alcantarillas humeantes y las bicicletas por barrios de casitas que en Navidad tendrán más iluminación que las Fallas de Valencia.

El enfoque de la historia es evidente: plantear una distopía adolescente desde un punto de vista de género en el que unas niñas puedan mostrar su visión del mundo que las rodea.

Sí, las cuatro protagonistas son la mayor fortaleza de Paper Girls. No por originalidad estructural; tenemos a la gamberra, a la inocente, a la inteligente y a la estoica. Pero detrás de ellas encontraremos una profundidad emocional que habla sin inocencia sobre la identidad, las aspiraciones, los miedos y las restricciones de una niña americana en los años 80.

No van a tener tapujos para hablar de dramas adolescentes cotidianos: la menstruación, la sexualidad, los prejuicios, el racismo... Y los temas surgen con una naturalidad francamente pasmosa, escapando de cualquier tipo de idealización.

La lástima es que no todo evoluciona con la misma naturalidad. Ni siquiera surge de una forma tan orgánica. La narrativa de ciencia ficción entra con calzador en el primer capítulo, mostrándonos un primer viaje en el tiempo bastante confuso.

Si a ese primer y caótico acercamiento le sumamos un CGI no tan a punto, junto con una fotografía y un diseño de vestuario para los villanos del show que fuera del color de los cómics parecen salidos de un anuncio de detergente , su género empieza a ofrecer dudas como para convertirse en el hit con el que se la va a comparar.

Porque sí, la eterna comparativa con Stranger Things va a ser inevitable. Ya lo fue durante la publicación del cómic, no iba a ser menos con el lanzamiento de la serie.

¿Cómo hubiera sido Stranger Things fuera de Netflix?

Lejos de buscar mejores y peores, Paper Girls es un visionado interesante para los amantes de una serie que en su primera temporada plantó cara a los mejores años de un titán como Juego de Tronos. Al César lo que es del César.

Tampoco olvidemos que el lanzamiento de Paper Girls llegó un año antes de la existencia de Stranger Things, por lo que en sus influencias podemos encontrar desde Regreso al Futuro a motivos del cine de Steven Spielberg. Y creedme, la evolución del cómic va mucho más allá de la profundidad que nos muestra su primera temporada.

Hay una diferencia evidente: Paper Girls no se instala en una época concreta. Durante la primera temporada veremos sus viajes por un tiempo conocido: los 80, los 90, los 2000. Pero la historia nos llevará más allá. Mucho más allá. Al menos si llega a una segunda temporada.

Pero su esencia sí recorre puntos comunes, al menos en los episodios que tenemos disponibles. Esa fraternidad, aunque menos impostada y más real, y las relaciones que se derivan de ella son la nota más dulce de la serie.

Un original que promete mucho más

Para los no tan neófitos en la historia original de Brian K. Vaughan, uno de los rasgos principales que os harán saltar el bombín son sus protagonistas: son fotocopias reales del dibujo de Cliff Chiang. El trabajo de casting es absolutamente hipnótico.

Como decíamos, la profundidad de sus personajes fue uno de los grandes motivos que popularizon el cómic, pero la serie necesitará más de media temporada para alcanzarla. Y llegados a ese punto, la trama se ralentiza lo suficiente como para que su interés empiece a decaer.

En ese punto, de hecho, nuestras protagonistas podrán cruzarse con las futuras versiones de sí mismas en otras líneas temporales, lo que ofrece una perspectiva emocional realmente interesante cuestionándose temas que en otros shows son tabú. 

No vive con la sensibilidad visceral de Euphoria, pero lo hace desde un punto de vista absolutamente encomiable: niñas de 12 años con problemas que serán cotidianos en Estados Unidos, sí, pero también en todo Occidente.

La serie no idealiza la época como lo podría hacer Stranger Things, sino que nos ofrece una visión más afilada de su contexto histórico. Aún así, es inevitable que explore terrenos conocidos como la madurez — o la la absoluta falta de ella —, la familia o la popularidad.

También para su trasfondo histórico. La historia de Vaughan sumergía sus raíces en los temores y las vivencias de los Estados Unidos en el siglo XX. La Guerra Fría, el racismo, las armas... y sus restos para el XXI.

Conclusión

Con la ciencia ficción pendiendo de un hilo y un nudo emocional de personajes que se resuelve a marcha lenta, tenemos una primera temporada que no termina de despegar.

Tiene un humor divertido y lo suficientemente bobalicón como para encajar con la edad de sus protagonistas, y a la vez tiene una mirada afilada e inteligente sobre el entorno que las rodea, pero no termina de encajar con la grandilocuencia que — a priori — prometen sus viajes temporales.

Aunque Paper Girls no vaya a ser el éxito de lanzamiento que podría esperarse dado el material original, habrá que dejarla madurar. Sus temas están bien planteados; solo queda afinar esa narrativa de ciencia ficción — el vestuario y sus efectos especiales tampoco sirven de apoyo — que ofrece demasiadas dudas.